El remate de caballos de polo que se celebra mañana en La Rural será, según anticipan los allegados al negocio, un reflejo de la tendencia bajista que golpea al sector.

A la crisis internacional que impactó en esta como en otras actividades vinculadas con el lujo, se le sumó la debacle europea, continente donde residen algunos de los mecenas de los jugadores argentinos de polo.

Adolfo Cambiaso, Marcos Heguy y Gonzalo y Facundo Pieres, entre otros, lideran por handicap la lista de los polistas argentinos jugando en el mundo. Pero hay muchos otros, de menor renombre claro, que se la vieron más difícil este año para lograr el sustento para seguir haciendo lo suyo.

A nivel local, esta tendencia impacta como una crisis de demanda de caballos por parte de los criadores nacionales, que los buscan para reproducir su buena genética.

Estos ejemplares son, justamente, los que se rematan mañana en La Rural.

Los polistas, en cambio, compran de otra manera. Prueban un caballo en la cancha y después deciden adquirirlo o no, pero se trata de animales listos para jugar, de altísimos valores.

Según el gerente de la Asociación Argentina de Caballos de Polo, Guillermo Buchanan, los 20 ejemplares que saldrán a remate mañana –ninguno de ellos campeones ni reservados– probablemente no se vendan todos.

Esta crisis de demanda y precios ya se vio en los remates de caballos de polo más importantes que se desarrollaron en el país en 2010 –como en la exposición Nuestros Caballos y en el del Tattersall– donde los precios fueron menores y la posibilidad de colocar convenientemente a todos los ejemplares se redujo.

Es que, por la menor demanda, sólo se vende lo mejor y el precio ofertado por el resto de los animales a veces no alcanza para cubrir los costos del criador.

“Hay una demanda más selectiva”, explica a El Cronista el polista Marcos Heguy, que está en el negocio de la venta de genética a través de la firma familiar Heguy Hermanos.

Según Buchanan, pese a la merma de la demanda, el costo de criar caballos de polo en la Argentina es muy alto, por eso hay un piso de baja en los precios porque los criadores que pueden prefieren esperar una mejor época que malvenderlo.

El costo de criar un caballo de polo, según un criador calificado, puede llegar a los $ 35.000, mientras que, por citar ejemplos, los mejores ejemplares vendidos el año pasado en la Exposición Rural fueron de $ 30.000 para un macho y de $ 50.413 para una hembra.

“El caballo de polo tiene mucho de artesanal”, explica Buchanan, “y muchos, además, quedan en el camino, por lo que el criador tiene que poder cubrirse con el precio”.