El estudio se centró en los aspectos que hacen a la eficiencia de cosecha, a partir de las mediciones de pérdidas ocasionadas por las cosechadoras durante la operación de recolección y trilla. Además, se evaluaron las características relacionadas con el estado del cultivo y su manejo, la maquinaria y las condiciones económicas y climáticas. La metodología utilizada se basó en realizar muestreos “al azar” de 101 cosechadoras que estaban trabajando para caracterizar, por medio de la observación y medición, las condiciones de realización de la cosecha.
De acuerdo a los resultados, la campaña de soja 2010 fue “normal” y se desarrolló en 65 días. Entre el 2 de abril y mediados de junio se trilló prácticamente el 80-90% de la soja de Tucumán (aproximadamente 325.000 hectáreas). Teniendo en cuenta que en la región operan alrededor de 200 cosechadoras, estamos hablando de un ritmo de trabajo de máquinas más grandes, de buen ancho de labor, que superan las 50 hectáreas cosechadas por día en buenas condiciones de trabajo.
Los datos obtenidos muestran que el nivel de pérdidas en la cosecha de soja viene disminuyendo desde campañas anteriores, lo que constituye una muy buena perspectiva para los actores del sector.
Este año se observaron valores máximos de 4.200 kg./ha. y mínimos de 2.800 kg./ha. El rendimiento promedio general en los lotes donde se encontraban las máquinas encuestadas fue de 3.393 kg./ha. Esto indica el nivel tecnológico (variedades, manejo de malezas, insectos y hongos) que se viene adoptando y que mejora año tras año, además de las condiciones climáticas beneficiosas que se presentaron.
El Ing. Mauricio César Costa, Profesor de la Cátedra de Climatología y Fenología Agrícola de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT sostuvo que “la variabilidad temporal y espacial de las lluvias de la presente campaña de soja en Tucumán y el Oeste de Santiago del Estero produjo rendimientos también variables y muy diferentes aún en localidades cercanas, por lo oportunas que fueron algunas de las lluvias del período de cultivo. De esta manera, existen diferencias de rendimiento de hasta 10 a 12 quintales, habiendo sido mejor distribuidas las lluvias hacia el Este de Tucumán y límite con Santiago del Estero que en el resto del área”.
Otra de las características analizadas fue la potencia de los motores de las cosechadoras, que aumenta constantemente a través de los años, expresando valores medios de 240 HP por máquina.
El ancho de corte de la plataforma muestra una tendencia en aumento en los últimos años. Actualmente, mas del 44% de las cosechadoras encuestadas posee plataformas con medidas que oscilan entre los 25 a 30 pies, es decir, con una longitud de aproximadamente 9 metros.
En esta campaña se observo una leve disminución de la figura del contratista, que se explica por un incremento en la adquisición de maquinaria por parte del productor.
La antigüedad de la cosechadora, otro punto crucial, mejoro notablemente desde el año 2000-2002 en adelante. Los datos reflejan una recuperación en la reposición o compra de maquinarias nuevas por parte de las empresas (productores o contratistas), que se marca con notoriedad desde el año 2002, con una baja después de 2007, pero que se recuperaría para 2010-2011 si se mantienen las condiciones macroeconómicas y mejoran las de rentabilidad del cultivo.
Estas tres características forman una trilogía efectiva en la mejora de las cosechas. Máquinas nuevas y bien reguladas, con buen ancho de corte y potencia, son directamente proporcional a los mejores resultados de trilla, logrando que los valores de pérdida sean menores.
En cuánto a las pérdidas, la humedad promedio del grano cosechado en este muestreo fue del 14%. Las pérdidas totales de cosecha para la campaña 2010 fueron de 118 kg/ha; el 9% (11 kg/ha) corresponde a pérdidas de precosecha y el 91% (107 kg/ha) restante a pérdidas ocasionadas por la cosechadora.
De los 107 kg/ha promedio que se perdieron por cosechadora, el 72% (77kg/ha) fue ocasionado por acción de la plataforma y el 28% restante (30 kg/ha) por la cola de la máquina. El porcentaje de 70-30 (que en este caso fue de 72% y 28%) es el valor normal encontrado para soja históricamente.
Los 107 kg./ha. representan pérdidas de 3,15% referidas al rendimiento total medio alcanzado en todas las muestras analizadas, mostrando una disminución con respecto al 2009 (5,18%). La buena noticia para los productores es que el 3,15% está dentro de la tolerancia de pérdidas para soja y para rendimientos de 3.393 kg./ha. como en este caso.
El estado en que queda el rastrojo después del paso de las cosechadoras es otro aspecto a considerar, en el que influyen los neumáticos de las cosechadoras (cuanto más anchos y de mejor flotación ejercen menor daño en el rastrojo y el suelo) por un lado. Esto también es aplicable para los tractores y tolvas que acompañan a las cosechadoras en los lotes.
Por otro lado, después del paso de la máquina es importante evaluar la distribución de este material voluminoso, que debe quedar esparcido en todo el ancho de trabajo de la plataforma y distribuido eficientemente por los desparramadores de pajas ubicados en la cola del equipo.
Con respecto a la modalidad de entrega de la producción, las encuestas realizadas a los productores indican que la entrega al acopiador o cooperativa es una práctica generalizada, fundamentalmente porque el acopio en campo es deficiente, ya que hay pocas plantas de silos fijas instaladas correctamente en los campos. El almacenaje en bolsas plásticas aparece como segunda opción, con un buen porcentaje. Es importante tener en cuenta que los productores no realizan un solo modo de entrega o acopio de su mercadería en una campaña, sino que combinan varias formas a la vez.
A modo de conclusión, se observa una tendencia a la disminución de pérdidas en cosecha; presencia de máquinas de mayor tamaño y capacidad de trabajo que operan en la zona; reposición de máquinas de manera sostenida; mayor capacitación de los actores (productores, técnicos y contratistas); incremento en el uso del sistema de trilla axial; y mejora en la distribución de rastrojos tras el paso de las cosechadoras.
En la disminución de pérdidas influyen la presencia de lotes ya nivelados con el correr del tiempo y varios años de agricultura; el mejor manejo de malezas; el uso de variedades de buena adaptación, mayor porte, altura y despeje; la mejor distribución espacial de la carga de vainas y no dehiscencia; etc.
La renovación constante de maquinarias desde el año 2000-2002 permite que se cuente con equipos nuevos que realizan mejor el trabajo, estando bien regulados. Esto hace que la figura de maquinas de propiedad haya aumentado con respecto a la del contratista, aunque este último sigue siendo el principal actor, ya que mas del 62% de la soja es cosechada por contratistas en la zona Norte del País.
Es importante destacar que se registra una mayor cantidad de personas, especialmente jóvenes, que participan de las capacitaciones del INTA. Además, el Precop opera con elementos permanentes de difusión y recomendaciones en toda el área productora de granos.
En cuanto al uso del sistema de trilla axial hubo un incremento respecto a encuestas de años anteriores.
La uniforme distribución de residuos de cosechas ha mejorado notablemente, debido a mejores diseños en los elementos de salida de la paja y granza en la cola de las máquinas, mejores regulaciones y mayores r.p.m. aplicadas en ellos.
Cabe mencionar que diseños de plataformas sojeras con sistema de “lonas” para el acarreo del material cortado al embocador no se han impuestos todavía, pero ya se observan los primeros modelos operando en nuestra zona y el NOA. Del mismo modo, se detecta una tendencia creciente en el uso de accesorios de captura de datos para Agricultura de Precisión.


