Durante junio de 2008 fue violada la sede central de la Federación Agraria Argentina por un grupo de militantes kirchneristas, y después de sufrir reiteradas agresiones y epítetos, Eduardo Buzzi advirtió que este tipo de metodología se iba a profundizar, “enrareciendo el clima de sana convivencia y discrepancia que debe haber en todo país democrático”.

Federación Agraria advirtió que “la política debe servir para el bien común y no debe ser un ariete para perpetuarse en el poder mediante la crispación, que en la Argentina desgraciadamente proviene hoy de la habilitación verbal, constante y cotidiana que ejerce el “jefe virtual” de la Nación, Néstor Kirchner”.

La entidad se refirió a los últimos acontecimientos como los de la Feria del Libro, o los escraches a periodistas, y opinó que “el país ingresa, peligrosamente, en una pendiente de acción violenta, habilitada por un discurso oficialista que confunde disenso con enemigos, y ataca sin miramientos a todo aquel que lo confronta y osa discutir el rumbo ‘progresista’ de este gobierno, que de progresista no tiene nada”.

“La persecución que sufren hoy los dirigentes Fernando “Pino” Solanas y Claudio Lozano, por defender las instituciones, la ética pública, los recursos naturales, es la misma que padeció nuestro presidente, Eduardo Buzzi durante el conflicto agropecuario en 2008”. Se refirieron a “los mismos actores, con dineros públicos”.

“El kirchnerismo ha demostrado no querer debatir ninguna cuestión de fondo que haga a la búsqueda de profundizar el camino de la liberación nacional. Siempre se ha quedado en la anécdota, en el hecho superficial o minúsculo, que sirve para distraer el protagonismo del pueblo en las luchas populares, que necesariamente deben darse”, denuncia FAA.

En el sector agropecuario, hemos visto poner énfasis en la política de alianzas de la FAA (potestad exclusiva de nuestro Congreso Anual) pero no en las verdaderas causas de fondo, del malestar que existe entre los pequeños y medianos productores: brutal concentración y extranjerización de la tierra, sojización, migraciones rurales, desaparición de 60 mil explotaciones agropecuarias, más de 600 pueblos en vías de extinción. Nada de eso fue posible ni discutir, ni cambiar, durante la etapa de “progresismo trucho” que sólo benefició a los grandes grupos concentrados de la actividad agropecuaria, advirtió la entidad.

“Lo mismo le pasa a los compañeros Pino y Lozano. En el gobierno, en vez de actuar contra el monumental negociado con la deuda pública, la entrega de los recursos naturales, o la brutal ganancia de las 200 empresas líderes y monopólicas, están más preocupados por montar operaciones de prensa constantes, difamatorias y agraviantes contra opositores, principalmente de centroizquierda, usando fotos de coyuntura y tratando de estigmatizar con los dineros públicos y la organización de grupos militantes pagados y coordinados por la SIDE, la labor de estos compañeros que tienen décadas de acción desinteresada al servicio del país y que han demostrado un grado de consecuencia e incorruptibilidad que no pueden ponerse en duda”.