Con un paro ganadero de dos días y casi "testimonial", la Mesa de Enlace volverá a protestar contra la política agropecuaria del kirchnerismo. La primera medida de fuerza de los ruralistas en 2010 fue convocada para el 29 y 30 de abril. Su justificativo es mostrar solidaridad con los obreros de la industria frigorífica, que sufren cesantías y despidos por el cierre de las exportaciones de carne y la fuerte caída de la faena.

"Kirchner lo hizo", bromeaba ayer un dirigente de CARBAP mientras se fotografiaba abrazado a un integrante del Sindicato de la Carne del Gran Buenos Aires, una de las tres facciones en las que está dividida el histórico gremio de los frigorífico. Curiosa fotografía, por cierto, la de ese acercamiento entre una entidad empresaria de raigambre liberal con aquel sector obrero que fue protagonista excluyente del 17 de octubre de 1945.

Silvio Etchehun, secretario general del gremio alineado con la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, fue quien pidió a Pedro Apaolaza, el titular de CARBAP, realizar acciones conjuntas en contra de una política de carnes que desde hace cuatro años responde a los humores del secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Pero frente a la amenaza de que el inorgánico dirigente de Buenos Aires se cortara solo, toda la Mesa de Enlace hizo suya la iniciativa. Así, el bloque agropecuario puede seguir mostrando los dientes al Gobierno, mientras se reserva para mayo la discusión interna sobre si regresa decididamente a la protesta.

"Para Federación Agraria no es una novedad compartir acciones con los trabajadores. Ellos, como nosotros, están sufriendo las consecuencias de esta mala política ganadera", dijo Julio Currás, vice de esa entidad. También negociaron con los sindicalistas, además de Apaolaza por CRA, Hugo Luis Biolcati (Sociedad Rural) y Carlos Garetto (Coninagro).

El primer fruto de este noviazgo será la realización de una marcha de trabajadores de la carne, el viernes 30, en simultáneo con el "cese de comercialización" de hacienda al que convocaron las entidades del campo. Como los jueves no hay remates en el Mercado de Liniers, recién ese mismo viernes podrá medirse al acatamiento por parte de los productores. Desde ya, una medida de tan poca duración no provocará desabastecimiento.

Según Etchehun, hay cerca de 20.000 obreros de la carne, de 197 diferentes empresas, que ven peligrar su trabajo por las medidas aplicadas por Moreno. Y ya suman 3.000 los despidos. "El Gobierno ofreció un subsidio que rechazamos, porque nosotros queremos dignidad y trabajo", señaló.

El sindicalista, además, dijo que sólo 8 de los frigoríficos afectados han presentado ante Trabajo las solicitudes para cobrar esos subsidios. El resto, según denunció, oculta su situación laboral porque Moreno amenazó con sancionar a las empresas que usen como variable de ajuste a sus trabajadores.

Con ruidosas manifestaciones en el centro de Buenos Aires, en los últimos días las otras dos organizaciones sindicales de la industria también tomaron distancia del secretario de Comercio.