Para ser eficiente en la utilización del sorgo, es fundamental conocer los
distintos tipos de híbridos, sus requerimientos (fertilización, agua, densidad
de siembra, manejo, entre otras), rendimientos potenciales y comportamiento, sin
olvidarnos de la composición química. Esta última es de gran importancia e
impacto en la alimentación animal, ya que habla del valor nutritivo de un
alimento, herramienta fundamental a la hora de formular raciones y optimizar la
utilización de los alimentos.
El impacto que tiene dentro de los sistemas de producción el costo de producir
alimentos obliga a no perder de vista el objetivo de su utilización.
Puntualmente, en lo que respecta al sorgo, a pesar de presentar gran plasticidad en su empleo, es fundamental prever el uso que se le dará, realizando un manejo diferenciado que permita atender los requerimientos según las especificaciones del híbrido elegido (selección del lote, fecha de siembra, fertilización y riegos), permitiendo así que el material exprese al máximo su potencial productivo.
Las diferencias en la composición morfológica, proporción de tallos, hojas y panojas que poseen los distintos tipos de sorgo --forrajeros, doble propósito (sileros/graníferos)-- generan diferencias en la composición química y, en consecuencia, en el valor nutritivo del alimento, cualquiera sea su utilización.
De esta manera, se refuerza el concepto de la importancia en la elección del híbrido a emplear para producir alimento de calidad.
La elección de los materiales --forrajeros o doble propósito (sileros/graníferos),
el tipo de híbrido; fotosensitivo, azucarado, nervadura marrón (BMR) o la
combinación de ellos y su forma de utilización; en pie verde o diferido,
ensilado, como heno o el grano-- va a depender del tipo de sistemas de
producción al que estemos apuntando: cría, recría y engorde.
Así, si lo que se busca es un material que produzca alta cantidad de forraje
para ser consumido en más de una oportunidad a lo largo del ciclo productivo, es
deseable que se elija un material de tipo forrajero, pudiendo ser asimismo
fotosensitivo, azucarado, BMR o la combinación de éstas.
En el caso de requerir un sorgo para realizar una reserva (henos, silajes o diferido en pie), los materiales indicados deberían ser forrajeros o sileros (azucarado o BMR) para el caso de un heno, y un silero (azucarado o BMR) o bien un granífero para el caso del silaje o el diferido en pie.
Engordar. Para el engorde, la situación es diferente (animales que superen los 260 kilogramos de peso vivo), ya que los requerimientos se invierten, pasando a ser prioritaria la energía para la formación del tejido graso, mientras que el aporte de proteína es, asimismo, necesario, aunque seguramente en menor medida que en el primer caso.
Teniendo en cuenta el requerimiento energético por parte de esta categoría y dependiendo del valor energético del silaje (2,6 Mcal/kgMS, en general), podría ser necesario incorporar algún concentrado energético; esto es, "grano".
En este punto, es interesante destacar la sinergia que se daría
complementando la base del silaje de sorgo con un grano de cereal de invierno
(avena, cebada, trigo), debido a los distintos sitios de digestión, a los
productos que se generan de esa digestión y a la eficiencia de uso
Complemento proteico.
El silaje de sorgo, desde el punto de vista nutricional, presenta limitantes
en lo que respecta al contenido de proteína. En este sentido, la utilización
eficiente en el caso de una recría (ternero de destete) debería darse con algún
complemento proteico, ya que los valores proteicos del silaje 6% a 8%, en
general, no alcanzan a cubrir el alto requerimiento de proteína que presenta
esta categoría, como consecuencia de estar formando tejido óseo y muscular.
El diferido, clave en la nutrición de la vaca
En el caso de la vaca, el sorgo puede tener diferente impacto en la nutrición, dependiendo del momento fisiológico en el cual se encuentre el vientre.
Si pensamos en el sorgo como único alimento para esta categoría durante gran parte del año, podríamos apuntar a un diferido, para la época otoño/invernal o hasta la parición/lactancia, donde necesariamente se debería complementar la base del diferido con proteína y energía debido a los altos requerimientos de esta fase.
Durante el período posterior al destete y hasta el momento antes mencionado, el silaje puede ser un buen alimento para mantenimiento de los vientres.
Los complementos proteicos a emplear pueden ser forrajes, como pasturas base alfalfa y verdeos invernales o concentrados proteicos, como expeller de girasol, soja, cebada y urea.
Un aspecto interesante es el uso de los verdeos, ya que regulando el consumo en pocas horas de pastoreo, este recurso forrajero de alto costo de implantación podría transformarse en un "concentrado proteico", del cual sólo se pretende que el animal extraiga el nutriente proteína.
Esta estrategia de utilización de los verdeos invernales es más que interesante, ya que permite extender el uso del recurso, reducir la superficie de siembra o destinarle otro uso (henos/silaje/cosecha del grano). La proteína cumple un rol esencial en el caso de su uso con los diferidos, no sólo complementándolo como nutriente, sino también participando en el crecimiento de la masa microbiana del rumen, para ésta finalmente actuar en la digestión de la fibra del forraje diferido que, de otro modo, podría limitar el consumo de materia seca y, en consecuencia el aporte de nutrientes.
El grano de sorgo (como tal, o bien el contenido en los silajes y diferidos) es uno de los pocos recursos que tiene características, por su composición, de facilitar la movilización de calcio óseo a la sangre y de ésta a la leche. De este modo, resultaría un alimento interesante para ser consumido antes del parto por los vientres y así disminuir los problemas de vacas caídas por hipocalcemia.
Finalmente, la utilización del sorgo como verdeo estival (consumo en pie de
forraje verde) es muy interesante, ya que de los restantes de verano (mijo o
moha), es el que mayor producción de forraje ofrece, con gran capacidad y
velocidad de rebrote.
Presenta, además, un buen balance de nutrientes, de modo que puede suministrarse
como único alimento, salvo necesidad de engordes intensivos.
Un aspecto a considerar en el pastoreo de los sorgos es la altura al momento de ingreso con la hacienda, ya que se sabe que, con menos de 50 centímetros, puede provocar problema de intoxicación. Esto se produce cuando las plantas de sorgo acumulan duralina (glucósido cianogénico), un compuesto que se hidroliza en la masticación formando ácido cianhídrico, algo altamente tóxico.
La duralina se acumula en plantas jóvenes en crecimiento, en los rebrotes tras un aprovechamiento y en plantas que han detenido su desarrollo por condiciones adversas; esto es, sequía o helada al final del ciclo.
El peligro es mayor en los rebrotes jóvenes de la base o de tallos viejos. No existe riesgo una vez que el follaje se ha transformado en heno, ni tampoco son tóxicos los tallos secos (Tapper y Reay, 1973).
En el caso de utilizar el sorgo para la confección de henos, es fundamental prever con antelación la logística del corte y el acondicionamiento, ya que, a pesar de utilizar los materiales indicados, el sorgo, al momento de corte para obtener henos de calidad (panoja embuchada), posee alto contenido de agua, de modo que el uso de la deshidratadora es fundamental.
Los henos de sorgo son bien aceptados para ser usados en cualquier categoría,
principalmente como complemento de fibra. La posibilidad de uso, como en todo
alimento, depende de la calidad.
La ingeniera agrónoma (MSc) Josefina Marinissen pertenece al área de Producción Animal de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Hilario Ascasubi.


