Más de un centenar de productores, técnicos y distribuidores participaron de la jornada organizada por Sursem en su campo experimental de Maciel, al sur de la provincia de Santa Fe, para exhibir toda la innovación tecnológica de sus semillas de soja.
La demostración incluyó ensayos comparativos de las distintas variedades pertenecientes a grupos de maduración (GM) III a VIII, en diferentes fechas de siembra y densidades, y su comportamiento frente a enfermedades, la preocupación fundamental de esta campaña. Todos, materiales derivados de una importante tarea de investigación y desarrollo testeados a lo largo de una red de 30 localidades del país, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
De acuerdo al Ing. Agr Martín Oliva, responsable del programa de mejoramiento de Soja , en esta zona (sudeste santafesino) y en ambientes de alto potencial de producción, los GM III y IV han sido los que mejor comportamiento presentaron. Entre los más destacados se encuentran la SRM 3402, SRM 3801 y Azul 35, de GM III y con resistencia intermedia a la Mancha Ojo de Rana (MOR). Dentro del GM IV, para muy buenos ambientes con utilización de alta tecnología, sobresalen la 4205 y 4370, ambas moderadamente resistentes a MOR. Y para ambientes de potencial de rinde medio, se distinguen la 4901 de grupo IV largo, la 4637 y María 50 de GM V.

Cuál, cuándo, cómo?

La jornada contó con el aporte del Ing. Agr. Héctor Baigorrí, asesor de Sursem en manejo de cultivares de soja y director técnico de Planeta Soja, quien presentó un ensayo realizado con 30 genotipos en seis fechas de siembra diferentes. Según el especialista “no hay recetas fijas a la hora de decidir qué material usar, fecha y distancia de siembra, sino que se deben conocer las distintas variables ambientales, el lote, el agua acumulada y las distintas variedades, para definirlo”. De acuerdo a Baigorrí, “en caso de optar por un adelantamiento de fecha de siembra habrá que analizar la humedad con que se cuenta ya que una escasez en los primeros estadios, haría disminuir en forma notoria los rindes”. Y estimó que tal como se han presentado las lluvias, “particularmente en esta campaña, los grupos III presentarán mayores rendimientos que los de ciclo más largo, en fechas de siembra adelantadas”.

En cuanto a variedades, para la zona, en los mejores ambientes y siembras tempranas, Baigorrí recomendó la utilización de GM III y IV. “Si se cuenta con buena disponiblidad de agua y fósforo, se podría utilizar un material de grupo IV en siembras de octubre, y de GM III en noviembre”, precisó.
Otras de las sugerencias del técnico fue acortar el ciclo ante riesgo de heladas en siembras de segunda, recurriendo, por ejemplo, a un GM III largo y una disminución del distanciamiento entre hileras a 35 cm, con una densidad de 10 a 15 plantas por metro lineal. Finalmente, Baigorrí aconsejó tomar como criterio la altura de planta: “Entre 90 y 120 cm, no deberíamos preocuparnos por modificar la densidad de siembra. Mientras que en plantas de bajo porte, podríamos aumentarla y llevar a 35 cm la distancia entre hileras”.

Por su parte, el Ing. José Gao, del departamento de desarrollo de Sursem, dio a conocer ensayos comparativos de siembras a 52 y 21 centímetros de distanciamiento, pudiendo observarse un muy buen comportamiento de los materiales de Grupo V al acortar la distancia, y un mayor vuelco en los de ciclo más largo. Asimismo, se encontró beneficioso disminuir la distancia para siembras tardías.

Sacar la Mancha

A su turno, la Ing. Agr. Margarita Sillón, fitopatóloga, investigadora de la Universidad Nacional del Litoral y consultora privada en temas de sanidad vegetal, brindó una exposición sobre enfermedades en soja, uno de los problemas que tiene a mal traer a los agricultores en esta campaña. En el caso de Fusarium o muerte súbita, “hay que recordar que este hongo pasa a la semilla, por lo tanto se debe tener precaución con el origen de la misma para la siembra de la campaña siguiente”, advirtió la especialista. Ahora si nos encontramos frente a médula negra, un problema de hongos de suelo, la investigadora sugirió la rotación con otro cultivo que no pertenezca a la familia de las leguminosas (como alfalfa o maní, por ejemplo).
En cuanto a enfermedades de fin de ciclo, la ingeniera recomendó comenzar a monitorear a partir de floración. Hasta el año pasado, la decisión de aplicar fungicidas correspondía mayoritariamente a la presencia de Septoria, no obstante, en esta campaña, la mayor preocupación la viene causando la Mancha Ojo de Rana (Cercospora sojina), un patógeno que vive en el rastrojo, puede volar y se trasmite a través de la semilla. “Diversificar cultivares con diferente susceptibilidad a MOR es una estrategia para evitar el hongo, ya que de ese modo le costará más pasar de lote a lote”, indicó Sillón. Asimismo, “habrá que tener cuidado con los niveles de enfermedad en la semilla a sembrar; con un 40 % de infección, el curasemilla puede funcionar pero con un nivel de 90 %, no lo hará”, agregó.

Con respecto a Phomopsis y Antracnosis, recomendó aplicar fungicidas a partir de R5 y no esperar hasta tener las vainas avanzadas porque será demasiado tarde.
Por último, Sillón subrayó como estrategia para combatir enfermedades vasculares “realizar curación de semillas y hacer rotación, dejando el lote afectado al menos un año sin soja ni ninguna otra leguminosa”

Más novedades

Durante la jornada, la Ing. Agr. Valeria Selva, del departamento técnico de Stoller, una empresa con diez años de trayectoria en el mercado de la nutrición vegetal, presentó un ensayo con los distintos productos recomendados en materia de fertilización líquida de micronutrientes y macronutrientes secundarios, especialmente a la hora de hacer más eficiente la acción de las bacterias nodulares y el uso del nitrógeno por parte de la planta de soja.

Por su parte, Sursem dio a conocer su programa de cobertura climática ante granizo, planchado, incendio, heladas (solo en colza), mediante el cual restituye al productor la semilla en caso de pérdidas totales, ya sea para el mismo cultivo u otro de siembra posterior durante el año agrícola.