Aquí aborda la industrialización de la materia prima, la cosecha récord y otros temas.

-¿Cuál es el escenario que lo toma al frente del gremio?

-Tenemos 40 socios. Vemos que las multinacionales últimamente se han callado un poco y queremos acercarnos y ofrecer los servicios de la Cámara para lo que sea. Capeco hizo un buen trabajo en el comercio exterior. Hemos obtenido ventajas de acceso a mercados que benefician a todos, quizás no por igual, en el sentido de que cada uno tiene sus intereses particulares. Esta cosecha está atando mucho la atención de todos los socios, porque queremos recuperar el año desastroso que fue el 2009.

-¿Capeco ratifica su proyección para un año excepcional?

-El año es mejor que el año pasado, definitivamente. Incluso podría decir que está un poquito mejor que lo normal. Estaríamos con rendimientos agrícolas de 2.800 kilos por hectárea en promedio (N. de la R.: el histórico de los últimos años es de 2.600 kilos). Con una superficie de 2.680.000 de hectáreas llegaríamos a 7 millones de toneladas. Sería el máximo hasta ahora. Hay que recordar que en Paraguay sigue creciendo la producción. Así, el récord puede ser el año que viene. La demanda crece por el hambre en el mundo. Paraguay es uno de los pocos que producen enorme cantidad de excedentes de alimentos, sea en granos, carne o leche.

-¿Por ese volumen récord podemos tener problemas de infraestructura?

-Esa es la pregunta que esperamos resolver. Argentina ya no ejerce la admisión temporaria (N. de la R.; esto permitía a Paraguay tener más maniobra para manejar su producción) y los mercados no son fáciles.

-¿Argentina se descarta para este año?

-La admisión temporaria es una cuestión interna argentina. Pero siempre vale la pena estar atentos. Por ahí su industria aceitera no consigue suficiente materia prima, entonces, capaz que el Gobierno vuelva a otorgar la licencia.

-Hablando de industria, ¿está a favor de gravar las exportaciones de granos?

-La industrialización no se da por el gravamen. No tenemos suficientes aceiteras en el país. Creo que las empresas que tienen capacidad para procesar aceite van a hacerlo igual, con o sin impuestos.

-¿Cuál sería un mecanismo para la industrialización?

-Es un poco un mito que la industrialización aceitera lleva una ventaja. Imagínese de las divisas que salen del país para la importación de maquinarias y no es que el valor agregado se convierta enseguida en un mayor ingreso de divisas que, dicho sea de paso, Paraguay tiene muy buen ingreso de divisas y quizás demasiado porque la balanza de pago es positiva. Además, en las aceiteras, la creación de mano de obra es relativamente poca.

-¿Cuál sería el paso a dar?

-Habría que ir un paso más allá y transformar esos productos en algo más valioso, como la carne. Entonces, el expéller de soja se podría transformar en cerdos y aves. La industrialización tiende solo a ser un proveedor de materia intermedia para un nivel superior, como la carne que, en este caso, sí se crea algo más significativo, con más valor.