Esta condición comercial (70-30) sería una buena opción si las cotizaciones en el Mercado a Término reflejaran lo que sucede con el FAS Teórico. Por lo tanto, en un mercado de trigo intervenido y con vistas a la próxima campaña, los compradores de cebada deberán ser flexibles y creativos al momento de elegir distintas formas y plazos de fijación de precio.

Si bien en su momento la estrategia de eludir las intervenciones en trigo con la siembra de cebada fue válida, en esta campaña son muchos los productores que están vendiendo la cebada a precios irrisorios.

De hecho, algunos que no tenían contratos y tenían cebada de calidad vendieron la mercadería a mejores precios (FAS Teórico de trigo) que quienes estaban atados a un contrato.

Problemas de calidad

Además de los bajos precios, los productores tuvieron que afrontar el inconveniente de una gran heterogeneidad en cuanto a la calidad. Cebadas con menor calibre que el requerido por las malterías o con porcentajes de proteína muy superiores a los aceptados por el estándar comercial, generaron desacuerdos entre las partes.

Este fue el caso de Santiago Norris, del CREA Henderson-Daireaux, quien tuvo problemas por exceso de proteína. “Me quedé con un producto que no cumple con los estándares de las malterías. Esto me lleva a pensar que hacer cebada en estas condiciones no es lógico ni rentable. Es una situación muy desagradable, porque estás totalmente expuesto a quedarte con una mercadería que no tiene valor”, señaló el productor.

Ante estos problemas de calidad, las algunas malterías se vieron obligadas a reducir las exigencias de los estándares. “Este año, a diferencia de otras campañas, nos recibieron una cebada con calibre 50. A pesar de que después nos hacen un descuento importante, por lo menos tenemos un precio de referencia”, destacó Santiago Negri, productor del CREA Henderson-Daireaux.

Sin embargo, algunos camiones rechazados en un destino por problemas de calidad, luego eran aceptados en otro que, supuestamente, tenía los mismos requerimientos. Esto generó poca confiabilidad hacia los análisis y dificultó, aún más, la planificación de la logística. “La metodología para saber la calidad de nuestra mercadería no es confiable. Tengo contrato con varias malterías y exportadores y un mismo camión que en un lugar daba mal, en otro daba bien”, relató Lorenzo DAbbadie, del CREA Loberías Grandes.

Asimismo, los requerimientos del Código de Trazabilidad de Granos dificultaron los cambios de destinos de los camiones.

Un horizonte desalentador

Frente a un panorama como el de la campaña 2009/10, con cotizaciones poco atractivas al momento de cumplir los contratos, plazos de fijación de precio que no van más allá de febrero (momento en el cual hay mayor oferta de trigo y cebada y, consecuentemente, valores más bajos) y operaciones por fuera de contrato a precios muy superiores, en el próximo ciclo los productores pensarán muy bien la decisión de sembrar cebada. Si a esto se le suman los problemas de calidad, es probable que, de no cambiar el escenario, se reduzca el área sembrada en la campaña 2010/11.

Fuente: Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA sobre la base de datos de MAGyP y MATba