Con la mayor difusión de la comida novoandina, la demanda por cuyes para la
preparación de diversos potajes, tanto en restaurantes locales como del
extranjero, viene reportando una dinámica bastante interesante.
Esta es una tendencia que no solamente se registra en nuestro país sino también
en aquellos donde su consumo es parte de una tradición culinaria popular.
En este caso figuran Ecuador, Colombia, Bolivia y nuestro país, donde los
productores observan una mayor demanda comercial. Hay que tener presente que su
producción tradicional está básicamente orientada al autoconsumo.
De acuerdo con el gerente general de Agropecuaria Inka Cuy y también vicerrector
de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, Luis Aliaga, el 80 por ciento de la
producción nacional de cuyes es destinada al autoconsumo de las familias.
De este modo, solamente el 20 por ciento de la producción local tiene un fin
comercial. Así, de los 66 millones de cuyes que se producen al año sólo 13
millones 200 mil se orientan al mercado.
“A pesar de ello la demanda, tanto externa como interna, está insatisfecha por
lo que hay un espacio interesante para crecer y para más competidores en el
mercado”, comentó.
Potencial
El cuy que se exporta básicamente se orienta a atender la demanda de las
colonias peruanas que están asentadas en diversas partes del mundo.
Sin embargo, Aliaga reconoció que el mayor potencial de crecimiento para el
consumo de la carne de cuy está en el consumo interno.
“Hay que tener presente que tanto los que exportan como los que atienden los
locales de gastronomía en el país, no pueden atender todos los pedidos que
reciben. Hay una demanda no satisfecha”, comentó.
Esa mayor demanda, agregó, proviene de los restaurantes y de los mercados
“Siempre hubo interés por el consumo de carne de cuy. Lima está constituida por
una gran proporción de gente de provincia que tiene el hábito de consumir esta
carne a pesar de que sea más cara que las otras”, destacó.
Además, este producto es susceptible de comercializarse con un mayor valor
agregado. Así, un animal beneficiado puede venderse empacado al vacío y también
generar algún tipo de subproducto como los embutidos, entre otros.
“También hay un mecanismo para manejar el estiércol del cuy para producir humus,
lo cual tiene un importante valor comercial.”
Aportes
Co-escribieron el libro de Producción de Cuyes, Roberto Moncayo, productor más grande de Ecuador (posee granja con 45 mil cuyes); Alberto Caycedo, investigador de Colombia; Elizabeth Rico, ingeniera agrónoma que maneja diversos programas para la producción de cuy en Bolivia; y Luis Aliaga, gerente general de Agropecuaria Inka Cuy.
Manual de producción
Considerando el potencial que se vislumbra para la producción de cuyes, la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS) presentó el libro Producción de cuyes. Su principal objetivo es difundir información acerca de lo último en tecnología e investigación sobre el tema, destacó Aliaga.
Para la presentación de este estudio llegaron al país los cuatro más
importantes investigadores y productores de cuyes de Ecuador, Colombia, Bolivia
y el Perú.
“Esta obra parte de la experiencia de los grandes criadores de los cuatro
mercados más grandes de la región. Incluye estudios sobre la anatomía del cuy y
un extenso capítulo sobre las enfermedades y el control de éstas para alcanzar
una crianza y producción rentable”.
El libro presenta a la producción de cuyes como un negocio rentable, ya que
además del mercado interno también se vende al exterior, siendo Estados Unidos
el mercado más importante gracias a la colonia de peruanos y ecuatorianos que
residen en ese país.
El libro, editado por el fondo editorial de la UCSS, es considerado como el
texto más actual y completo dedicado a esta actividad.


