- Oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) – (*)
Las larvas de esta especie alcanzan un tamaño máximo (en el sexto estadio) de 30 a 35mm. El color de las orugas varía de amarillento a verde claro y negro. Es característica una serie de bandas dorsales finas, longitudinales, claras y oscuras, con bandas laterales de color blanco.
Las larvas se transforman en pupas en el suelo, en celdas de tierra, y luego de 10 a 15 días emerge el insecto adulto, de hábito nocturno, con manchas y bandas en las alas. Reiniciando el ciclo, cada hembra puede oviponer 1000 a 1200 huevos, en forma aislada, en los brotes terminales.
Daños:
En las plantas menores de 10cm de altura esta plaga consume, con preferencia, brotes y tallos tiernos. En este caso, la planta puede recuperarse emitiendo brotes axilares, hecho que origina plantas más bajas que lo normal. En el momento de formación de las vainas, el insecto las destruye parcial o totalmente, o bien las perfora, para consumir el grano en formación.
En estos ataques, la oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) y la oruga de la espiga del maíz (Heliothis zea) pueden atacar en forma conjunta. Helicoverpa en soja, se presenta en bajas densidades (3 a 10 larvas/m de surco) pero, por el tipo de daño provocado, perjudica mucho al cultivo.
Control biológico:
El complejo de predatores y parásitos ejerce un importante rol en el control de esta plaga, destruyendo huevos y larvas chicas.
Control químico:
Se dispone de varios insecticidas registrados para el control de la oruga bolillera en soja.
Dicho control no presenta dificultades durante la primera etapa de desarrollo del cultivo, pero la situación es muy diferente en el estado reproductivo, por la ubicación de las orugas, protegidas por el sistema foliar y las vainas del cultivo, hecho que requiere el uso de las máximas dosis recomendadas y una buena calidad de aplicación.
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