Por Arturo Navarro (*)

Después  de  analizar las conclusiones  del Consejo Federal Agropecuario y las declaraciones  del Ministro de Agricultura  pidiéndole  al secretario de Comercio  “su  intervención para que  se le pague  al productor  el  precio pactado  por el trigo ”  me parece que ha  llegando la hora  de  sincerarse y  terminar con esta  gran mentira , de  que el precio internacional que recibirá  el productor  surgirá  de   la  firma de  un acuerdo o por la intervención del estado. Mucho menos por una nueva  gestión del funcionario  de este gobierno, que fue el  responsable de destruir  todos  los mercados del complejo agroindustrial  y  promover el  enfrentamiento entre los miembros  de la misma  cadena  en vez de construir por medio del dialogo y el consenso ,  las  políticas para mejorar  la situación del sector y de todos los argentinos.

 Ante la actual situación el gobierno tiene dos alternativas, para revertir los resultados  de esta cosecha  en  la próxima siembra:

1º- Fijar  el  precio  a pagar diariamente  para la actual cosecha  y  de no haber otros oferentes, el  estado   se  convierta   en el único  comprador  estatizando  formalmente la comercialización  de trigo y  haciéndose  cargo de la  caída de  producción en el  futuro.

2º- Liberar el  funcionamiento  de los mercados  y eliminar   todas  las otras  intervenciones  en el negocio empresario creadas  desde el año 2006 ,  al ser el único sistema  para que   el precio del trigo al  productor sea  equivalente al internacional, siempre que  recuperemos  el funcionamiento  pleno de todas las instituciones en la fijación de los precios.

No hay  alternativa intermedia  para incentivar la producción, hay que  volver a la sensatez  y  adoptar la segunda opción según mi criterio.   La  producción de trigo aumentaría  en pocos años ,  se aseguraría   el consumo interno de harinas y sus derivados a razonables  valores , se  recuperaría  el mercado  de trigo del Brasil ,  porque  además de ser   el mayor importador  trigo del mundo,  tenemos  las ventajas del arancel común del MERCOSUR  y volveríamos a una rotación de cultivo  más racional, mejorando   la  actividad de la cadena agrícola  equilibrando  a todos sus protagonistas y sus ingresos  a través de todo el año.

El precio  a pagar al productor equivalente al internacional, no se forma solamente descontando los gastos y las retenciones. Por todas las intervenciones  del gobierno – formal y otras no formales –ocurre  que para llegar al precio final,  existe  prima de riesgo  muy alta  por la intervención del gobierno, que naturalmente los   exportadores y  los  molinos  descuentan del precio que le pagan al productor.

De las 8 mil. TT de producción en el 2009,  solamente 2 millones  serian  compradas por los exportadores quienes deberían  competir   con los molinos que tienen que adquirir  las otras 6 mil., de TT. Los molinos, además del mayor volumen  que tienen asegurado  para el consumo interno durante 12 meses, no tienen los riesgos de la contratación de la logística internacional.  Por lo tanto  serian  los   molinos quienes   están en mejor condición  de pagar al  productor  el precio lleno del mercado según los acuerdos firmados.

Con la cosecha en puerta  y al estar  definido producción y demanda en este ciclo,  el   mercado  no prevé ninguna sorpresa por lo tanto nadie tiene  apuro de  comprar trigo pujando en el mercado. Esta  asegurado el abastecimiento interno  y  queda  un  saldo exportable   a través de todo el año por lo cual el precio no llegaría al FAS teórico fijado por Magyp  salvo en contadas oportunidades en  el actual escenario. A esto hay que agregarle que desapareció    la presión  de la compra  de los molinos  Brasileños,  por no  cumplir con nuestros compromisos    y ahora se  abastecen  en otros mercados. Como  ocurre  históricamente,  en las economías libres o dirigistas,  siempre funciona el mercado en  la comercialización de  commodities.

Volver a la sensatez es poder  sembrar 7 millones de hectáreas como lo hicimos en 1929,  cosechar  4000 Kg por hectáreas con los usos de la tecnología disponible,  produciendo  28 millones de TT.  Con solo analizar  estos datos incontrastables de la realidad, el país no se puede  seguir dando   el lujo de  seguir con esta politica, por  asegurar   2,5 mil., de TT de trigo que  representa  la necesidad para hacer  pan barato  para  los 40 millones de argentinos.  Es más barato para el país  comprar  las 2.5 mil. TT  con recursos del tesoro que provienen de una mayor exportación,  que  seguir   interviniendo el gobierno  como hace 60 años para desacoplar los precios internos de los externos ,  que provoca  caída de producción y  actividad , aumento del precio de los alimentos  y la pérdida de los mercados para exportar.---

(*) Consultor