Los impuestos que se pagan en la argentina cuando cada habitante, el rico, el pobre, compra los alimentos diarios también sirven, como los restantes que recauda el Estado a través del gobierno, su administrador, para mantener entre otras cosas la radio y la televisión pública.
El gobierno dilapida fondos del Estado manteniendo burocracia innecesaria, súper poblando organismos públicos de personal innecesario, comprando con sobre precios, estimulando la corrupción, con cual si el gobierno es un mal administrador de los fondos que se recaudan necesita endeudarse.
La corrupción es un agujero negro por el que se escapan ingentes fondos para alimentar bolsillos inmorales y fortunas personales mal habidas de los funcionarios públicos que administran el bendito Estado, ese que es de todos pero los que lo gestionan lo consideran tan propio que no rinden cuentas y hasta se molestan si los controlan.
La corrupción mata y mata de diversas formas: mató en Cromañón por falta de controles y por controles que hicieron la vista gorda; mata futuras generaciones con mala educación pública; mata por falta de seguridad a cantidad de habitantes que mueren por año en manos de delincuentes; mata por falta de radares para controlar el abundante tráfico aéreo clandestino que ingresa drogas de países vecinos; mata por falta de una adecuada salud pública; la lista podría extenderse mucho más pero Ud. la conoce y la padece.
También los dineros públicos se dilapidan en cosas necesarias que se vuelven innecesarias por el mal uso que de ellas se hace como la radio y la televisión estatal. La radio y televisión del Estado carece de audiencia y de credibilidad informativa porque están al servicio del gobierno aunque ya se sabe no debería ser así.
Las apetencias personales de Néstor Kirchner proyectó una Ley de servicios audiovisuales que incluso extiende el radio de acción de lo que Estado (gobierno) desea alcanzar y le deja un 33% del espectro a su gobierno (en el que él y su esposa se ven de por vida, como si fuera Santa Cruz) y, otro 33% a instituciones que al ser sin fines de lucro y no tener ingresos suficientes serán un caldo de cultivo para que el gobierno extienda sus garras a ellas.
Con todo esto no solo peligra la libertad de prensa (por un masivo manejo del Estado, en verdad del gobierno) sino que también se incrementarán los fondos públicos que se deriven a ellos y sobre los cuales, como sucede ahora, tampoco tendremos rendición de cuenta alguna de los números reales del dinero que se dilapida en ellos en lugar de ser utilizados en necesidades de todo tipo que son prioritarias.
Canal 7 no existe en cuota de pantalla y cuando existe es porque aumenta su déficit transmitiendo fútbol a un costo sideral pagado por todos para mantener la corrupción que la mayoría de los dirigentes del fútbol cometen, administrando los dineros de los clubes.
Lo mismo sucede con las emisoras radiales que el Estado Nacional.
Este territorio de acción del Estado, el gobierno parecería, como en tantos otros, que fuese un coto particular donde hace y deshace sin rendir cuentas del déficit que tiene.
N países normales, como debería ser la argentina pero no lo es, sus habitantes saben como en España cuanto le cuesta a cada familia la radiotelevisión pública, 118 euros anuales para ser precisos. Como si fuese poco la televisión pública española es líder en audiencia y sus informativos por creíbles son los más vistos.
A partir del año próximo la televisión pública española no emitirá más publicidad con lo cual se proyectan 3 escenarios posibles: una "optimista", que el 80% de la publicidad de TVE vaya para las cadenas privadas, lo que inyectaría al mercado € 1.000 millones; otro escenario más "racional", que se recogiera el 50% de lo que ingresaba el ente público por publicidad, lo que significaría € 400 millones; y un último pesimista en el que las cadenas consiguieran el 40% de publicidad de la cadena pública, alrededor de € 200 millones.
Por su parte, Deloitte España presentó un informe sobre lo que cuesta mantener la televisión pública a cada español. Concretamente, el costo neto por hogar de la televisión pública en España en 2008 fue de € 118, un 11,3% más que en 2007, siendo las televisiones autonómicas más costosas que TVE. Teniendo en cuenta la renta por habitante, la televisión pública española es una de las más caras de Europa, sólo superada por Alemania y Reino Unido.
En 2008, las televisiones públicas tuvieron unas pérdidas de € 1.618 millones, antes de contar las subvenciones recibidas por los diferentes gobiernos, siendo el costo neto por hogar español de TVE de € 26 por hogar, frente a los € 93 que cuesta por hogar el conjunto de las televisiones públicas autonómicas.
Asimismo, los ingresos por publicidad de la televisión pública autonómica se han reducido en € 30 millones en 2008, un 10% menor que el año pasado, mientras que las subvenciones aumentaron en € 362 millones, un 1007 por ciento más.
Además, se auguró que probablemente este costo no se modifique en los próximos años pese a la nueva Ley de financiación de RTVE que establece que el ente se financie mediante la aportación del Estado y tasas a los operadores del sector, ya que el elevado costo de la televisión pública se debe al modelo que se dio España, que quiso tener una televisión estatal y autonómica, y el desempeño de la televisión autonómica es el que realmente explica este elevado costo, por lo que Deloitte aboga por extender el modelo de financiación de TVE a las televisiones autonómicas.
Las conclusiones corren por su cuenta.


