Las máquinas avanzan a “todo vapor”. La logística vial y ferrocarrilera presta su apoyo merced a una excelente red que, en años como éste, se aprecia con mayor claridad.

Las lluvias excesivas ya son cosa del pasado.

Y los pronósticos hablan más bien de clima seco para los próximos días.

Se estima que, en estos días, habrá un gran aumento en la superficie trillada, por lo que prevemos que, en una semana más, se acercará bastante a la media histórica.

La gran oferta así se va asegurando y los puertos están prestos para recibirla.

Recordemos que la producción de soja será, pese a todo, un verdadero récord. El USDA estima que alcanzará 3.25 billones de bushels, es decir una 10% más que en la campaña anterior. Se aguarda que la trilla llegue a 76.6 millones de acres, algo impresionante.

Veamos el tema con números más criollos. La producción mundial se acercará a 244 millones de toneladas y quizás supere este nivel.

248 millones de toneladas no es algo imprevisible.

Sobre este volumen, EE.UU aportará entre 85 y 90 millones de toneladas.

No estamos hablando de cualquier cosa.

Se trata del 35% de la oferta mundial. Y ahora sí, este aporte está en las puertas del circuito comercial del mundo. ¿Qué puede pasar con los precios? Prever una acentuada baja sería más que razonable.

En tanto, el valor del dólar acaba de mejorar, y el precio del petróleo, de empeorar.

La divisa norteamericana presenta algunos síntomas que podrían indicar un suave cambio de tendencia por unos cuantos días.

Así las cosas, el escenario económico-financiero en el mundo que se presenta ante nuestros ojos es el de fondos en huida hacia opciones más alentadoras. Y el de ventas masivas.

Los pisos vienen cayendo. Es posible que de ahora en más las bajas sean bruscas.

En este contexto, no es descabellado prever que para la semana que viene encontremos la soja a valores inferiores a $900 en el disponible.

¿Será así?