La retracción que provocó la crisis económica mundial en la compraventa de tierras en Uruguay desde mediados de 2008 y hasta la primera mitad de este año, se está revirtiendo, de acuerdo con el diario montevideano El País, ya que, “en un panorama global aún con incertidumbre, inversores locales y extranjeros encuentran en la tierra una inversión firme y atractiva”.
Según el periódico, la operatoria en el mercado de tierras charrúas cayó 60% en el primer semestre de 2009, en comparación con el mismo período del año pasado, tras una impactante expansión agrícola y forestal en los últimos años, que había fomentado un fuerte crecimiento del mercado de inmuebles rurales y del precio de la tierra.
Medido en dólares, el precio promedio de la tierra en el primer semestre del año fue un 30% superior al del mismo período de 2008. Aunque, aclara El País, esto se debe a que “la reducción en el número de transacciones vino acompañada de una concentración de éstas en suelos de mayor productividad (mayoritariamente de aptitud agrícola), en el Litoral y también en el Centro (Durazno y Flores) y en el Noreste”.
Por otro lado, durante los primeros seis meses del año también se destacaron operaciones en el sector forestal de predios de gran tamaño, y, por esa misma cualidad, también de mayor valor relativo. “Por lo tanto, los precios promedian tipos de campo y negocios diferentes en el primer semestre de este año respecto al año pasado”, sostiene el artículo.
Según el diario, la caída en el número de operaciones de los primeros meses mostraba una discrepancia en lo que consideraban precios razonables compradores y vendedores, con una brecha en torno del 15 al 20%, que en julio y agosto comenzó a reducirse y permitió la concreción de más negocios. Por excelentes tierras agrícolas, se han realizado operaciones de entre u$s 6.000 y u$s 7.000 por hectárea.


