De otra manera no se explica que el gobierno de Daniel Scioli impulse un paquete impositivo que, entre otras cosas, castiga al agro. La aprobación en la Cámara de Diputados bonaerense del aumento de hasta el 30% del impuesto inmobiliario rural y el tributo a la carga en los 14 puertos de la provincia le quitan competitividad al campo.
"Esta imposición termina siendo otra retención (encubierta) que recae mayoritariamente sobre los productores agropecuarios", alertó la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
La entidad recordó que el aumento del inmobiliario rural se iba a discutir en la mesa agropecuaria de la provincia y en la mesa fiscal en 2010.
Scioli necesita $1700 millones para cubrir el déficit presupuestario del último trimestre de 2009 y de todo el año próximo. En ese contexto, los ruralistas se preguntan por qué el gobernador bonaerense no reclama lo que le pertence a los contribuyentes de la provincia: el aumento de la coparticipación federal. "Como consecuencia de incapacidad para exigir lo que le corresponde por coparticpación, sigue experimentando y poniendo en grave riesgo la actividad económica provincial", advirtió Carbap.
Los funcionarios de La Plata argumentarán que todos deben hacer un esfuerzo solidario ante la crisis, en especial los sectores que más tienen. Sin embargo, lo que pierden de vista es que cuanto mayor es la presión impositiva menor será la actividad económica.
Curiosamente, en el caso del tributo a las cargas portuarias quienes se verán más perjudicados serán los productores del centro y del sur de la provincia de Buenos Aires que no tienen la opción de pagar un flete largo hasta los puertos del sur de Santa Fe.
Pero no sólo la provincia de Buenos Aires piensa en aumentar impuestos, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe tienen planeado, con diferente grado de avance, incrementar el inmobiliario rural. Los funcionarios provinciales creen que las alícuotas de ese tributo están desactualizadas. En todo caso, se podrían actualizar mediante el consenso con las propias entidades rurales. No parece que eso ocurriera sino, simplemente, se apela al recurso simple de incrementar la presión impositiva como si la capacidad de los bolsillos del campo fuera infinita.
El apego al corto plazo de la dirigencia política impide fijar reglas de mediano y largo plazo que permitan atraer inversiones e incrementar la producción. Otro ejemplo de esa tendencia es el acuerdo que el Gobierno firmó con exportadores e industriales para flexibilizar las ventas externas de trigo y maíz. Al cierre de esta edición, el convenio no había sido publicado en el Boletín Oficial por lo cual había dudas sobre su eficacia.
Para los exportadores, el acuerdo era la mejor manera de incorporar una dosis de certidumbre al mercado y evitar que el Gobierno intervenga aún más. "Los ruralistas se quejan, pero cuando firmamos el primer acuerdo, a principios de mayo pasado, en cuatro semanas nos vendieron un millón de toneladas. de las que pensábamos llegar recién en noviembre. Entonces quiere decir que tan malo el acuerdo no fue", se quejaba un exportador. Para Carbap, en cambio, la demora en la implementación provocó una caída del 14% en la cotización del cereal.
Como sea, el factor incertidumbre perjudica a quienes necesitan reglas confiables. Parece una quimera plantear normas claras a un Gobierno poco preocupado por la institucionalidad y más interesado en los gestos políticos. La posibilidad de que la Secretaría de Agricultura se transforme en un ministerio, no concretada al cierre de esta edición, podría ser una excelente oportunidad para que el campo recupere su papel protagónico en las decisiones oficiales.
En cambio, si con la nueva repartición se quiere provocar un vacío político a la Comisión de Enlace, y terminar así el duro conflicto iniciado en 2008, el rango ministerial de la cartera agropecuaria habrá servido de poco. Así, ese viejo anhelo del sector quedaría desdibujado por un proyecto político de corto alcance. Sería una pena porque el contexto económico internacional está mejorando y las perspectivas para 2010 son alentadoras. Y si el tiempo acompaña, como está sucediendo en las últimas semanas, el agro está en condiciones, nuevamente, como en tantas otras ocasiones, de poner al país de pie.
Resumen
170 millones
Se espera recaudar con la suba del inmobiliario rural bonaerense
La frase
"Las provincias están buscando recursos de cualquier lado, reajustan impuestos e inventan otros"
Roberto Cerutti
Coninagro, Santa Fe


