Entre el 2 y 3 de septiembre, se llevó a cabo el Simposio sobre Fertilización en Girasol  en La Pampa, en el que concurrieron más de 150 productores, asesores y técnicos.

Por parte de Asagir, participó el Ing Carlos Feoli, Coordinador Técnico de la organización, quien presentó el Proyecto Brechas a partir del cual se busca tipificar la brecha entre los rendimientos alcanzables y los rendimientos logrados de girasol en el país y además intenta clasificar su variación interanual e interregional.

Las brechas en cuestión son las que existen entre la producción real de productores y los resultados de los ensayos que aportan los semilleros y la red nacional de cultivares.  Las primeras "brechas" que que quedan expuestas con este proyecto son números de San Luis y La Pampa donde los ensayos de los semilleros arrojan resultados de 44 qq/h, mientras que los productores líderes obtuvieron 33 qq/h y el promedio de productores obtuvo 18 qq/h.
Lo mismo sucedió en el Oeste de Provincia de Buenos Aires y en el NEA donde el promedio obtenido por los productores fue de 13,4 qq/h, mientras que los ensayos daban 22 qq/h y algunos productores líderes lograron en la zona 36,5 qq/h.”.

Según concluyó Feoli “la Asociación Argentina de Girasol busca recuperar la competitividad del cultivo para que no siga siendo desplazado de las zonas de más potencial y caer en zonas de climas más adversos con expectativas de rendimientos no mayores a los 16 qq/h que con un 32 % de retenciones deja muy poco margen”.

Las últimas tecnologías en  fertilización estuvieron a cargo del Dr. Axel Link, integrante del Centro de Investigación de Yara en Hanninghof, Alemanial quien explicó las características y ventajas de los compuestos químicos con polyfosfatos. Los polysfofatos son un agrupamiento de orto-fosfatos cuya característica diferencial es menor reactividad con el suelo, lo que da como resultado una mayor movilidad en el suelo y una mayor capacidad de absorción por parte de la planta. Se trata de una forma de fósforo más disponible para el cultivo lo que estimula el desarrollo radicular y nutre más tempranamente a los girasoles. La línea de fertilizante YaraMila tienen fósforo bajo la forma de polyfosfatos.

Más tarde el Dr. Axel Link  se explayó sobre los beneficios de la fertilización con nitratos y explicó los riesgos de inmovilización que generan los microorganismos del suelo o fijación que sufre el nitrógeno bajo la forma de urea o amonio, cosa que se puede evitar cuando se aplican fertilizantes con nitratos.

Además recordó que la temperatura del suelo influye en la disponibilidad del nitrógeno de diferentes fuentes. Cuando la temperatura del suelo es baja (invierno) se puede necesitar hasta 6 semanas con una fuente ureica de nitrógeno, lo que no ocurre con la aplicación de nitrógeno bajo la forma de nitrato gracias a que es la forma como las planta toman este nutriente, la cual no necesita ser transformada en el suelo. Sobre el lavado de nitratos, el especialista respondió que esto depende del manejo que se realice de este nutriente y no de la fuente, y que los posibles lavados que se pudieran suceder bajo condiciones de altísima precipitación son despreciables aun durante el ciclo de cultivo.

Manejo en función del ambiente

Por su parte, el Ing Alberto Quiroga del INTA Anguil explicó qué es el manejo del cultivo en función del ambiente.  La agricultura por ambiente es saber qué requiere el cultivo, cuánto le aporta el suelo y el clima, y qué le falta para cubrir con manejo o aporte de insumos. Estas preguntas llevan a pensar si es viable plantar girasol en una determinada zona. Si la ecuación no da para un girasol común habrá que buscar un confitero o un alto oleico para obtener en calidad lo que seguro no se obtendrá en cantidad.  

Según explicó Quiroga “el girasol es una planta muy gastadora de agua, entre los 30 y los 80 días genera prácticamente toda la biomasa. Por eso es que la condición inicial del girasol es mucho más importante que en el maíz. Este cultivo tiene baja capacidad de transporte de agua y baja capacidad de generar stock, esto significa que si no tiene suficiente agua en el arranque ya se pierde inevitablemente una gran parte de su rendimiento potencial. Cuando le falta agua el girasol desprende las hojas. Una planta de girasol necesita alrededor de 340 mm de agua para llegar a los 3.500 kilos de producción”.

Y agregó “el productor muchas veces se equivoca en esa evaluación inicial porque ve las 4 pares de hojas iniciales y piensa que va bien. A 4 pares de hojas todos los girasoles van a rendir lo mismo, en esa etapa no se puede diferenciar que lote va a dar 500 kg y cuál va a dar 4000 kg con sólo observar la planta. Los lotes empiezan a diferenciarse cuando la planta llega a los 6 pares de hojas y comienzan a formar una campana. Recién a los 80 días se puede estar clasificando los lotes para proyectar su rendimiento, hay que saber dónde se está parado mucho antes que eso”.
Desde su larga experiencia en el INTA Anguil explicó que una de las ventajas que tiene esta planta es que sus raíces pueden explorar más de 2 metros, cosa que no sucede con otros cultivos. Por eso es vital saber cuánta agua tiene el lote en profundidad antes de plantar. Un girasol que ha explorado 2,20 mts y que puede sacar 130 o 150 mm del suelo, cambia la ecuación de rindes. El girasol exige mucho en poco tiempo, y si se arranca mal la planta enseguida negocia rendimiento. Cuando se siente con deficiencias de agua o nutrientes “tira” la hoja al suelo y achica área foliar. Si se logra tener un recurso suelo que pueda almacenar al menos 150 mm de agua las posibilidades de buenos rindes están en el 80%, mismo clima, mismo suelo, misma genética.

“El ambiente puede ser diferente en el mismo lote. Dentro del mismo campo se tiene una gran diferencia de agua y eso le pega a la biomasa y al cultivo. Lo mismo sucede con la materia orgánica disponible y con las características del suelo.  Si hay 40 % de limo, 80 cm. a la tosca. ¿ Qué genética vale, qué fertilización, qué tecnología? Hay que buscar lotes que tengan vocación productiva para hacer girasol. La elección del híbrido debe estar relacionada con las condiciones del lote a plantar”, aseguró.

Finalmente recordó que la relación entre la textura y espesor de los suelos condiciona la  aptitud para la producción.  Al variar la textura en porcentajes de arcilla y limo cambia la posibilidad de aprovechamiento de la materia orgánica. Por ejemplo es posible que en Huinca Renancó con 80% de arena, el 1% de materia orgánica funcione muy bien y rinda 3000 kilos.

*Agradecemos a Galetto Comunicación.