Ferrarotti señaló que el mundo “necesita aumentar drásticamente la producción” ya que hacia el 2020 “seremos alrededor de 8.000 millones de personas y con estos niveles de productividad habrá alimentos para sólo 5.000 millones”.
La biotecnología debería convertirse en una herramienta importante en la búsqueda del aumento de la productividad, pero para esto es necesaria una fuerte inversión en investigación.
Entre 1950 y 1990 la productividad de los cereales como trigo, maíz y arroz, se duplicó.
Con el actual ritmo de crecimiento poblacional y de demanda sería necesario volver a duplicar la producción pero en 20 años, es decir en la mitad de ese tiempo.
Para esto “la biotecnología debería convertirse en una política de estado en los países con capacidad productiva, que se flexibilicen las regulaciones para todos los conocimientos aplicados a la biotecnología, y que se promueva una nueva generación de eventos para el sector energético y de la salud”, dijo Ferrarotti.
Para Obdulio San Martín de Don Mario Semillas hay países que han avanzado significativamente en incorporar la tecnología RR 2 Bt en la soja.
Aseguró que “Brasil y Paraguay ya trabajan para tenerlo” pero que “en nuestro país no hay avances por la falta de protección de la propiedad intelectual”.
El ingeniero San Martín anticipó que en Argentina sí “se avanza fuertemente con marcadores moleculares que identifiquen zonas del mapa genético para buscar estructuras asociadas a los rendimientos”, y puntualizó que con este sistema “la tasa de ganancia genética pasa a ser del 1 al 1,5% anual a 2 o 2,5% anual”.
La Conferencia Mundial de Soja se desarrolla en el Centro Internacional de Convenciones de Beijing y la Argentina cuenta con el stand más importante además de una delegación de alrededor de 100 representantes científicos, técnicos, instituciones, empresas y funcionarios de gobierno. Tendrá lugar hasta el próximo sábado.


