A partir de que la opinión pública comenzó a prestar más atención a la situación de la producción lechera, y se fue generalizando la preocupación por el estancamiento y crisis del sector, comenzaron a aparecer respuestas de diferentes actores sociales de adentro y de afuera de la cadena, y entre ellas, se produjo una febril reactivación en el Congreso de la Nación, que pasó a considerar varios anteproyectos de Ley para la Lechería, con un sorprendente apuro por obtener una sanción de parte del bloque oficialista, que preside la Comisión de Agricultura en la persona del Diputado Alberto Cantero Gutiérrez. Y todo, sin un adecuado tiempo de consulta y debate con los principales y más representativos actores de nuestra Lechería.

Llamativamente, la mayoría de las propuestas manejadas coinciden en crear un Ente Nacional para la Lechería, alimentado por el aporte financiero de los actores privados de la cadena, pero… ¡Conducido por el Estado! (otra vez, sopa), y se refieren a la necesidad de contar con un Plan a largo plazo, pero… ¡Desconociendo el Plan Estratégico de la Lechería 2020 elaborado en base al aporte y el consenso de todos los sectores involucrados, que trabajaron para eso durante 3 años!

Ante esto es importante que nos pronunciemos todas las organizaciones de la producción y la industria, hacia adentro del sector, hacia el Honorable Congreso de la Nación, y hacia la opinión pública que nos mira. Debe quedar absolutamente claro que:

• Estamos de acuerdo en formular un adecuado marco legal para el sector lechero, pero éste deberá ser el fruto de mucho trabajo, de acuerdos y consensos, con los protagonistas de la cadena.

• El objetivo es tener en nuestras manos el poder de gestionar nuestra actividad, y de hacer una lechería competitiva, en desarrollo permanente y sustentable, para abastecer a Argentina y al Mundo. Por lo que cualquier instituto que se cree, deberá ser un instrumento de derecho público no estatal.

• La Lechería ya cuenta con las bases de su Plan Estratégico, proyectado hasta el año 2020. Es fruto de consenso de toda la cadena, y es ineludible para el Poder Legislativo tenerlo muy en cuenta a la hora de hacer su trabajo.

• Necesitamos una buena Ley de Lechería, virtuosa, que genere confianza, estimule las inversiones, y posibilite el crecimiento y desarrollo del sector. No necesitamos una mala Ley, que consagre la parálisis y el estancamiento, en un sector con extraordinario potencial de desarrollo y progreso.

• Una lechería grande y en crecimiento, ofrecerá mejores espacios para el desenvolvimiento de los pequeños y medianos productores. Es un espejismo pensar que una lechería pequeña y encorsetada pueda favorecer a este importante segmento de los tamberos.

El pasado 4 de Agosto, nuestra Cámara de Productores de la Cuenca Oeste de Bs As concurrió a la reunión de las Comisiones del Congreso Nacional junto a muchas entidades amigas de la producción y las organizaciones de la industria. Apoyamos la presentación que allí se hizo del PEL 2020, y coincidimos con todos los que expresaron claramente a los legisladores que no debían apurarse, sino abrir un tiempo prudencial de información e intercambio con los actores representativos de la cadena, para ir armando una buena propuesta, con proyección de futuro. El martes 11 hay una nueva reunión de estas Comisiones, esperemos que nos hayan escuchado y las voces de la Lechería no hayan caído en saco roto.

Afortunadamente, la mesa de Concertación de Política Lechera de la Provincia de Buenos Aires, está mostrando un buen criterio para abordar este tema, ya que convocó a las entidades representantes de productores e industriales, y aparentemente hay buena disposición para introducir un punto de vista consensuado. Enfoque que es válido al interior de la Provincia y también en la relación con el resto de las provincias lecheras.
Desde allí, como desde todas las instancias que se nos presenten, nuestra Cámara tratará de aportar lo que consideramos un aporte serio y consistente, alineados con el Plan Estratégico, y reservando la porción de poder y responsabilidad que nos corresponde.

Fuente: CAPROLECOBA