La máxima dirigencia del campo volvió ayer al centro de la escena política, como en la batalla contra las retenciones móviles librada el año pasado. Y una vez más prefirió el desafío al kirchnerismo y rodearse de la oposición parlamentaria para avanzar en su camino por lograr renovado modelo agropecuario.
“Hoy, como hace un año, el Congreso es el lugar para buscar los cambios necesarios”, resumió el presidente de Federación Agraria (FAA), Eduardo Buzzi, tras participar de un encuentro con sus colegas de la mesa de enlace y los principales referentes de la oposición, entre ellos Carlos Reutemann, Margarita Stolbizer, Francisco de Narváez y Felipe Solá.
La reunión se produjo a escasas cuadras de la Casa de Gobierno, donde los máximos referentes del ruralismo evitaron asistir, pese a la invitación que le había cursado personalmente el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para que estuvieran presentes en el anuncio del nuevo sistema de reparto de cuota Hilton que hizo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
A la Casa Rosada, llegaron segundas líneas del ruralismo –entre ellos el diputado electo Ulises Forte, de FAA– para escuchar que la controvertida Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) será la encargada del nuevo mecanismo, lo que irritó aún más a los referentes de la producción primaria. “Vinimos como menos espectadores de este anuncio que significa la defunción de los pequeños ganaderos”, denunció Forte a El Cronista.
Diálogo en dudas
Si bien los máximos líderes rurales negaron que su ausencia en la Rosada –donde los invitaron después de un año de su última visita– deba interpretarse como un desaire al oficialismo, Buzzi se encargó de poner en dudas la presencia del ruralismo en el Consejo Económico y Social. “Reafirmamos nuestra vocación de diálogo, pero no a cualquier precio. Queremos saber de qué se trata. Conocer los estatutos y los objetivos de esa instancia, que no puede ser bastardeada”, resaltó el dirigente federado sobre el llamado del Gobierno al Consejo Económico y Social, que comenzaría el martes. Y se quejó de que, a pesar de las invitaciones por parte de funcionarios oficiales a contactos informales, que los ruralistas se encargaron de rechazar, “sigue habiendo ruido”. En el hotel porteño donde ruralistas y opositores se encontraron, hubo análisis de situaciones y se acordó una agenda parlamentaria con la prioridad en retenciones; emergencia agropecuaria e incentivo a la cría ganadera.
También se debatió la necesidad de recortar por ley las atribuciones de la Oncca, el organismo que para los ruralistas debe “transparentar su accionar” a la vez que se “recuperen los mercados, porque sino el productor seguirá desfinanciándose”, indicó el presidente de Coninagro, Carlos Garetto.
Su par de Confederaciones Rurales (CRA), Mario Llambías, remarcó que el trabajo parlamentario es fundamental “porque hay puntos que se deben arreglar en la Legislatura, mientras otros tienen que ser resueltos de manera urgente por el Ejecutivo”.


