Las 230 hectáreas del tambo se dedicarán al cultivo de papa. Harto ya de estar harto, como dice la canción, Atilio Magnasco confirmó a Clarín que esta semana cierran uno de sus cuatro tambos propios (otros cinco son alquilados). Es algo inédito para la historia tambera de esta familia, una dinastía fundada por los inmigrantes Felipe y José Magnasco que llegaron a Tandil en 1855.

"No nos dan los números y tenemos que cerrar, vender y hacer caja para pagar cuentas", señaló Atilio, cabeza de familia de "Don Atilio" Quesos de Tandil, fundada por su padre Atilio. El patriarca falleció en 2008, a los 90 años.

Esta rama de los Magnasco venía produciendo 22.000 litros diarios de leche en sus tambos propios, con 1.100 vacas. Ahora, las 230 hectáreas del tambo que cierran se destinarán a la agricultura y específicamente al cultivo de papa. La ecuación es simple. El costo de producción de leche es de $ 1,15 para quien deba alquilar la tierra, y alrededor de $ 1 con rodeos de lecheras en campo propio. Lo que recibe un tambero, señaló Magnasco, es de 82 centavos por litro de leche al pie de la vaca.
Atilio explicó que la medida tomada fue difícil, pero en defensa de su propia firma que, además de yogures, cremas y ricotta, también produce quesos cuartirolo, gruyere, fontina, mozzarella, gouda, sardo, tybo, por salut sin sal, entre otros. "La industria, por ahora, sigue", dijo.

El empresario agregó que "liquidamos un tambo de 250 vacas, que redistribuimos en los demás tambos, y el resto de 110 vacas secas van a Liniers o al frigorífico". También dijo que, sólo en Tandil, donde hay casi 400 tambos, en el último lustro - "desde que subió Néstor"-, acota, se cerraron 20 tambos, lo que implica una pérdida de 100 puestos de trabajo. Magnasco destacó que "de las empresas lecheras, sólo un tercio de las 240 empresas de punta que llevan gestión económica, salían hechas, en los últimos tres años".