Dentro de las políticas programadas para el campo por Fernando Pino Solanas, la cabeza de Proyecto Sur -el partido que se ubicó como segunda fuerza política en la Ciudad de Buenos Aires, luego de Propuesta Republicana (PRO)- se encuentran la “intervención del Estado en el control de comercio exterior y en una política de retenciones” y la “reorganización de la Junta Nacional de Granos”.

El partido difundió la idea de implementar una política de desarrollo rural orientada a recuperar la “soberanía alimenticia, revirtiendo las distorsiones producidas por el monocultivo de la soja transgénica y las dramáticas secuelas derivadas del uso masivo de agrotóxicos que dicho cultivo requiere”.

Además, remarcaron que se buscará “revertir la grave tendencia a la concentración y a la extranjerización de la tierra”.

“Se promoverá a los pequeños y medianos productores y se estimulará a las cooperativas para favorecer la protección de las economías regionales y la diversificación productiva, junto a la recuperación de la actividad ganadera y lechera. Se establecerán planes especiales para las zonas afectadas por inundaciones y sequías”, reza uno de los puntos del programa de políticas a implementar.

En cuanto al comercio exterior, planifican continuar con la intervención del Estado en el control del comercio y en una “política de retenciones, subsidios y precios orientada a revertir los abusos de las grandes corporaciones exportadoras”.

Por último, planifican imponer “aranceles en función de la promoción de distintas áreas de la economía nacional” y la “reorganización de la Junta Nacional de Granos”.