Ante un auditorio repleto de jóvenes ateneístas del movimiento rural confederado, se llevó a cabo, en la sede central de CRA, la primera jornada de reflexión “Presente y futuro de la ganadería argentina”. De la apertura participaron el presidente de la entidad, Mario Llambías; el presidente del ateneo juvenil, Matías Gandara; el vicepresidente de CRA, Néstor E. Roulet; y el presidente del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina, Dardo Chiesa.
La disertación estuvo a cargo de Fernando Canosa, coordinador de la comisión de ganadería de AACREA, quien presentó un estudio de la realidad del sector pecuario en el país. Por su parte, Roulet y Juan Rey Kelly, técnico de CRA, presentaron un informe elaborado por la entidad que demuestra, en números concretos, cuanto perdió la Argentina a causa de la política ganadera implementada por el gobierno a partir del año 2006.
1) Introducción:
Lo primero que tenemos que saber para que un país tenga la posibilidad de crecer en ganadería es fundamental que la carne producida provenga de la faena de la categoría de machos (Novillo, novillitos y terneros) y del 20 % de las vacas de rechazo del rodeo de madres.
De esta manera dejaríamos la categoría de futuras madres (Vaquillonas y terneras) para cubrir la reposición –ese 20 % de vacas de rechazo- y el sobrante nos daría la posibilidad de crecimiento en madres.
En nuestro país –como explicamos en los dos trabajos anteriores- la política instrumentada por el Gobierno Nacional que comenzó con la imposición del peso mínimo de faena en noviembre del 2005, el control de las exportaciones desde marzo del 2006 y en la constante intervención del mercado interno (Precios de referencias, intervención del Mercado de Liniers, compensaciones a feed lot, etc.) produjo el efecto contrario, con una merma pronunciada en la producción de carne proveniente de la categorías de machos –al desalentar la producción de novillo pesado e incentivar al novillo liviano- la faltante tuvo que ser cubierta por un aumento de la faena de hembras.
Esta acción trajo consigo tres efectos de pérdidas concretas, el primero una disminución en la producción de carne proveniente de machos, segundo –al tener que aumentar la faena de hembras- un aumento en la faena de futuras madres y tercero –al tener que faenar las futuras madres- una pérdida en la capacidad de reposición de las vacas viejas de rechazos incentivando una menor producción de terneros.
Uno de los índices que nos indica en que situación estamos es el de “la participación de hembras en la faena”. Se toma como índice neutro –mantenimiento del stock- cuando la participación de hembras en la faena es cercana al 47 %. Si la participación es menor al 47 % entramos en un ciclo de crecimiento, ya que habría más vaquillonas disponible para agrandar el rodeo de madres.
Si hacemos una simulación ideal del rodeo argentino en el 2006 (Grafico 1) veremos que la “participación de hembras” es del 47 %. En este caso hipotético nos manejamos con una reposición del 20 %, es decir que luego de la quinta parición se descarta la vaca como “vieja”.
Grafico 1: simulación ideal (año 2006)
Ahora bien, si hacemos la situación real (Gráfico 2) observaremos que igualmente estamos en el 47 %, pero con la desventaja que si evaluamos la participación de faena en las hembras observaremos una baja participación de la vaca, esto es causa de un menor porcentaje de reposición de madres (alrededor del 15 %), lo que nos lleva a un “envejecimiento” del rodeo de madres, ya que en vez de tender a tener 5 pariciones en Argentina se tiende a que tenga 7 pariciones.
Esto sin duda incide en un menor índice de destete y en un mayor índice de mortandad de las madres.
Grafico 2: Reposición real (simulación año 2006)
Peor aún si hacemos el ciclo real del 2008, observaremos un claro ciclo de “liquidación de hembras”, ya que la participación de esta en la faena es superior al 47 %(Gráfico 3). No solo seguimos con la tendencia del envejecimiento del rodeo por tener el 15 % de reposición, sino que al no poder reponer las madres de rechazos - junto al envejecimiento- hay un achicamiento en el rodeo de madres.
Grafico 3: Reposición menor a causa de faena de futuras madres (simulación año 2008)
En Argentina si tenemos en cuenta la participación de la hembra en la faena (Gráfico 4), observaremos como no hay duda que estamos –a partir del 2007- en plena proceso de liquidación.
Grafico 4: Participación de hembras en la faena.

2) análisis:
a) Pérdida en la producción de carne proveniente de las categorías macho
En el Grafico 5 se observa como las políticas llevadas a cabo por el Gobierno a partir del 2006, desalentó la producción del novillo pesado (al prohibir las exportaciones, luego al ponerle cupos, con el ROE rojo, con los encajes y los no cumplimientos de los acuerdos) para alentar la producción del novillo liviano (compensaciones a feed lot).
Gráfico 5:
Estas medidas produjeron una menor producción de carne proveniente de las categorías machos (Grafico 6).
Gráfico 6:
Si calculamos a partir del 2006 –tomando este año como inicio de las intevenciones del Gobierno- la producción de carne de la categoría machos y la evaluamos en dinero, la pérdida para el país fue de 5.792 millones de pesos (Cuadro 1).
Cuadro 1: Pérdida por menor producción de carne en la categoría machos
b) Pérdida de futuras madres por una mayor faena de vaquillonas y terneras
Si observamos el cuadro 2, veremos que durante estos últimos años –para cubrir la demanda de 73 Kg por habitante por año- se tuvo que producir alrededor de 3 millones de toneladas de carne. Si la carne proveniente de la categoría de los machos bajó, para mantener el volumen de carne producida se tuvo que aumentar la participación de la faena de hembras.
Este aumento de la producción de carne proveniente de la categoría de hembras se hizo en base a una mayor faena de vaquillonas y terneras (Cuadro 3), originando un saldo negativo para la reemplazo de la vacas de rechazos, en la cual se tuvo en cuenta solo el 15 % de reposición, es decir con envejecimiento del rodeo.
Si evaluamos en dinero las vaquillonas que no se ha dejado para reemplazar la vaca vieja –si queríamos mantener el mismo stock de madres que las del 2006- a causa de esta mayor faena de terneras y vaquillonas (Cuadro 3), el monto es de 6.242 millones de pesos.
Cuadro 2: Participación de la categoría machos y hembras en la faena
Cuadro 3: Pérdida por faena de futuras madres
c) Pérdida por menor destete
Este aumento de la faena de futuras madres, trajo como consecuencia inevitable –como explicamos en el cuadro 3- no poder reponer las vacas madres de rechazo lo que hizo que bajara el stock de madres en el país, ocasionando una pérdida de terneros destetados (Cuadro 4) número que se agravó el último año por la baja preñez.
Si acumulamos los terneros perdidos a partir del 2006 y lo evaluamos en dinero, la pérdida ocasionada por las malas políticas del Gobierno para este rubro es de 2.502 millones de pesos.
Cuadro 5: Pérdida por menor destete
3) Conclusiones:
- La mala política ganadera implementada por el Gobierno nacional a partir del 2006 desalentó la producción de novillos pesados y alentó la producción del novillo liviano, lo que produjo una merma de producción de carne evaluada en dinero de 5.792 millones de pesos.
- Dejamos de producir 724 millones de kilogramos de carne de novillo, que a 200 grs. por día que consumimos los argentinos (73 Kg/hab/año) equivale la dieta de carne de un año para 9.917.808 personas (¡Y pensar que hay chicos que se mueren de hambre!)
- Al tener que faenar más hembras para obtener la misma cantidad de carne,
tuvimos que echar manos a las vaquillonas y ternera –futura madres-. Si evaluamos la pérdida en dinero por esta acción de faenar las futuras madres, el país perdió a partir del 2006, 6.242 millones de pesos.
- La no reposición de las vacas madres de rechazo –al tener que faenar as futuras madres- le produce una pérdida en la producción de terneros al país. El dinero perdido por esta acción desde el 2006 es de 2.502 millones de pesos.
- La cantidad de terneros que dejó de producir el país desde el 2006 es de 4.171.416 terneros. Si evaluamos la pérdida de carne por no tener estos terneros, el país perdió de producir – a 180 Kg de carne que me hubieran producido si lo engordábamos- 750.854.880 kilogramos de carne, que a 200 grs. por habitante hubiera alcanzado para alimentar a otras 10.285.683 de personas durante un año.
- El país perdió en estos últimos tres años por la mala política ganadera un total de 14.536 millones de pesos (Cuadro 6).
Cuadro 6: Pérdida totales por la mala política ganadera del Gobierno Nacional a partir del 2006
Cuadro 7: Evolución de Stock Ganadero Argentino (en Cabezas)
- Si hacemos un escenario probable con todas estas variables (Gráfico 6), no hay duda que la Argentina a partir del 2011 deberá –siguiendo con el mismo consumo per cápita- importar carne.
Gráfico 6:
Informe de CRA


