Si bien los desafíos de la recesión siguen afectando a la industria de la carne brasileña, los grandes frigoríficos del país tienen la oportunidad de aumentar ahora su participación en el mercado y, al mismo tiempo, de presionar a la baja el precio de la materia prima, señaló en un informe la calificadora Fitch, en un informe denominado Sector cárnico brasileño: la supervivencia del más fuerte.

En 2008, dice el trabajo, la industria cárnica brasileña tuvo una capacidad ociosa cercana a la mitad de su potencial instalado, como resultado de la suspensión de las compras de carne brasileña por parte de la Unión Europea y el efecto de la crisis internacional.

En paralelo, la competencia por hacerse de materia prima para la faena aumentó los costos de los frigoríficos, al tiempo que el redireccionamiento de productos de exportación al mercado interno obligó a los empresarios a disminuir sus precios de venta.

Pymes quebradas

Como resultado, desde septiembre, varias pequeñas y medianas industrias del sector entraron en proceso de quiebra y tuvieron que acudir a la asistencia financiera del gobierno. El conjunto de esas industrias representa el 25% de la capacidad de faena nacional, apunta Fitch.

La quiebra de esas firmas se convertiría en un beneficio para las grandes industrias, que tienen la oportunidad de aumentar su participación en el mercado y, al mismo tiempo, presionar a la baja el precio de la materia prima.

Entre estas compañías se ubica JBS, la mayor productora de carne del mundo, que tienen ocho plantas en la Argentina; Marfrig, segunda en tamaño en Brasil y principal accionista en la Argentina de Quickfood (Paty) y otras plantas, y las también gigantes Bertin y Minerva. Fitch estima que el flujo de caja de estas empresas se tornará positivo en 2009, no sólo por la menor competencia, sino también por el recorte del gasto que tendrán en bienes de capital.

Adicionalmente, sus perspectivas de corto plazo mejoraron a partir de que el gobierno brasileño dispuso hace poco de de un monto de 10.000 millones de reales para préstamos al sector cárnico.

Además de una señal al sector, la medida es también un respiro para las industrias, al reducir su dependencia de los ingresos por exportaciones, muy retraídos por la veda europea, aunque este año podría eliminarse, estimó la consultora.