por: Ricardo D. Bindi – Revista Agromercado

Necesidad de crear, vender, invertir y estar listos para la próxima ola. El caso Medio Oriente y las economías oasis.

Nuestro trabajo se enfoca en la “propuesta” de que cuando las cosas andan bien, los países deben apalancarse en sus fortalezas, y prepararse para los momentos de “bajas”. El caso del boom del petróleo y de la soja en el mundo, es un buen ejemplo de estrategias país, que podrían basarse en “cosechar” y “diversificar” en momentos de alta, para “potenciar” esos beneficios y no caer posteriormente en los de baja.

Veamos unas definiciones de los autores Joe Saadi y K. Sabbagh y R. Shediac de la Consultora Booz Allen para pensar en este tema: “A medida que la economía de Medio Oriente crece y se diversifica, el capital humano se torna más importante”; “Entender las paradojas y los desafíos que gobiernan la mente de quienes toman las decisiones, es esencial para hacer negocios en la región”; “Los gobiernos comprendieron que, para alcanzar una prosperidad sostenible, deben desarrollar una clase media aún a costa de perder un poco el control”.

La visión de medio Oriente

Hace un tiempo comencé a ver en un programa de televisión, las faraónicas obras que se estaban realizando en varios países de Medio Oriente; usted habrá visto seguramente la famosa palmera, una ciudad sobre el mar que se verá desde el espacio. Luego recibí un mail que mostraba una serie de fotos sobre la ciudad y las calles de Dubai hace menos de 10 años, luego hace 5 y finalizaba con la ciudad actual. De una población en medio de un desierto, a una vista moderna de rascacielos, autopistas, hoteles siete estrellas..., a casi nada de desierto. Fotos que mostraban un Dubai con cambios increíbles a nivel de infraestructura, carreteras, hotelería, museos, universidades y mucho más. Los números que acompañaban la presentación me impresionaron, pero más me impresionó la visión política que originó estos espectaculares cambios tan recientes.

Luego investigué con curiosidad sobre los orígenes de los mismos, y encontré un muy buen trabajo de la consultora internacional Booz Allen, titulado “Las Economías Oasis”. Estos países, pasaron de vivir sobre la base de ingresos provistos por el petróleo y el comercio, a la diversificación, lo que los llevó a pensar en crear: “centros de negocios para el mundo”, “lugares de recreación increíbles”; “hoteles siete estrellas únicos en el mundo”; “universidades, hospitales y museos de primer nivel mundial”, entre otros grandes esfuerzos volcados a cambiar diametralmente con años de ingresos basados en el petróleo.

La lógica de esta nueva economía tiene su fundamento en “capturar los beneficios de ciertas ventajas competitivas”, preparando países, empresas, instituciones y sociedades, para la diversificación. Todo esto me detonó la idea de asociar: petróleo, soja y diversificación.

Nuestra oportunidad: la Soja

Pensando en granos, y sobre la base de las estimaciones y estudios del USDA, los precios de las materias primas agrícolas, no se derrumbarán pero estarán en valores más cercanos a los actuales de mediados de 2008, que a los récord que tuvimos recientemente. De marzo a agosto recordemos que el trigo bajó aproximadamente un 42%, el maíz 33% desde junio y las soja 23% desde julio. Los incrementos siderales que asustaron a muchos, tuvieron diferentes orígenes: problemas climáticos en algunos países productores, alza del petróleo por encima de todo récord, la llegada de los biocombustibles, y la poderosa demanda de China e India. También se sumaron los famosos fondos de inversión, los miedos internos a la falta de alimentos con cierres de exportaciones y especulaciones; entre otros tantos puntos que generaron expectativas, que hoy por hoy están más cercanos a normalizar y estabilizar los valores.

Está claro que los poderosos “vientos de cola”, no serán seguramente “vientos de proa”, pero pueden transformarse de ahora en más en “suaves brisas”, siguiendo la terminología náutica. Ante este escenario, uno puede preguntarse: ¿habremos capitalizado bien estas oportunidades?; sabemos que por el lado de los productores “nuestro petróleo – soja” se convirtió en cosechadoras, sembradoras y pulverizadoras de última generación; capacitación; inversión en insumos de alta performance, entre otros.

Pero por ejemplo, si pensamos desde “políticas de Estado”, y a partir de un indicador interesante como es: el valor generado por retenciones e impuestos varios cobrados, sobre cosechas entre el 2003 y el 2008. A su vez podemos evaluar también, el volumen volcado en inversiones a mediano y largo plazo, o en diversificación. Podemos hacernos entonces las siguientes preguntas estratégicas: ¿cuántas autopistas se crearon para agilizar y movilizar el transporte y las cargas?; ¿cuántas fuentes genuinas de elaboración propia de energía se construyeron?; ¿cuántos puertos modernos y ágiles se hicieron?; ¿cuánto se mejoró en seguridad para que los visitantes del mundo, vean a nuestro país como un centro para hacer negocios al estilo Dubai?; ¿qué relaciones se construyeron con los países de Latinoamérica para ser grandes aliados de todos?; ¿qué resultados que puedan mostrarse como ejemplo ante el mundo, se lograron en materia educativa desde el Estado?, y todas las preguntas que podrían hacerse en medio de tanto ingreso vía nuestro “petróleo = soja”.

Caminando hacia el oasis

Si uno analiza las últimas décadas en nuestro país, nunca hemos podido estabilizar el crecimiento por períodos prolongados. Nuestro PBI es una ola que crece, se levanta, y vuelve a caer con fuerza. Veníamos de un ’98 en caída, hasta llegar a un ’00 que cerró en -0,8%; el ´01 impactó con otra caída, esta vez del –4,4%; para finalmente tocar fondo en el ’02 con un –10,9%. Recién entre el ’03 y el ’07 recuperamos y crecimos con PBIs del 8,5 al 9,2% (record del ´05). El Estudio O. Ferreres y Asociados, proyecta una nueva caída de la curva: para el ’08 el PBI sería de un 6,6% y para el ´09 de un 4,5%. Es decir, el ciclo creciente en el país no aguantó más de 5 años, para volver otra vez a su “tendencia histórica”. Nos falta ser “sustentables” en el tiempo, y tener estrategias y gente capaz de realizarlas.

¿Y en Medio Oriente?; según los estudios de Booz Allen mencionados al inicio, países del Medio Oriente de la zona “del Golfo”, como Bahrein, Kuwait; Omán, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Yemen; aprendieron de los errores de no haberse apalancado en las alzas explosivas del petróleo de los ´70. En lugar de ello, realizaron gastos fuera de control e ineficientes, y “la ola se cayó”, con precios de U$S 20 el barril, ocurrieron las crisis. Hoy con valores que llegaron a los U$S 140 aprendieron la lección.

Petróleo y estrategia de diversificación

“Los países productores están usando su ingreso extra para reducir la deuda externa, impulsar liquidez, desarrollar lazos comerciales y atraer inversión externa. Están decididos a construir riqueza por sí mismos y a lograr que el actual boom petrolero sea redituable en el largo plazo”.

Un dato que “rompe paradigmas”, es que la tremenda vitalidad económica de la región proviene de “individuos visionarios” que buscan el progreso con avidez. Muchos de los que gobiernan no son burócratas o políticos con ideas antiguas, provienen del sector privado, con muy buena formación académica y laboral, y además bien motivados. Hay ejemplos que impactan como el de Qatar, que hasta la década del ’40 vivía de la pesca, después el petróleo cambió todo, pero no se gastaron estos ingresos en “humo”, sino que hoy cuentan con: un alto estándar de vida, infraestructura moderna, y tienen la “Ciudad de la Educación”, en donde sus campus son sedes de grandes universidades del mundo como Cornell, Georgetown, Carnegie Mellon, y Texas A&M.

Egipto busca transformar también su ambiente de negocios, y el Banco Mundial ya lo calificó de “gran transformador”. Esto es imagen y “efecto atractor” de trabajo y de riqueza para su población.

Arabia Saudita, la mayor economía de la región, está impulsada también por la adrenalina del crecimiento sostenible. Después de largos años de burocracias, en el 2000 realizaron el cambio. Lanzaron la iniciativa “10 x 10”, que busca para el 2010 ser una de las naciones más competitivas del mundo, eliminando barreras a la inversión extranjera, y aprovechando su fortaleza energética para ser el “centro estratégico del transporte” entre Oriente y Occidente. En el informe “Doing Business” del Banco Mundial, escaló en el ´08 del puesto 38 al 23, nada menos que 15 lugares.

Los investigadores cierran su informe, con una definición clara que le resultará interesante: “Los líderes gubernamentales y empresarios entienden que solo prosperarán si edifican su futuro sobre cimientos diversificados. Son concientes de que deberán estimular el espíritu emprendedor innato de su gente, y crear la sólida infraestructura necesaria para competir a nivel global. Si ellos son capaces de generar esta economía única, el oasis que estamos viendo florecer no será un espejismo, sino un valle fértil, sostenible y atractivo”.

Moralejas y mensaje

1 – No se pude pensar un país basado en ciclos pendulares de 5 a 7 años de duración; ni tampoco sobrevivir por mucho tiempo si no se logra cambiar de una vez.

2 – Cuando se posee una ventaja competitiva como la soja o el petróleo, hay que saber como “apalancarla” con otras actividades para generar un sostenido valor en cadena.

3 – La “diversificación” forma parte de una estrategia de largo plazo, que permite sustentabilidad empresaria, social y económica. Poner los “huevos en diferentes canastas”, le decían nuestros abuelos.

4 – La gente sigue siendo la clave de todo, y los que lideran estos procesos de cambio, deben tener la capacidad de “hacer que lo demás hagan lo que hay que hacer”. Pero bien!.

por: Ricardo D. Bindi – Revista Agromercado, Septiembre 2008