El 2023 arranca con la necesidad de cubrir una necesidad de dólares de U$S 9.000 M.
Los acuerdos bilaterales con China (U$S 5.000 M) y Brasil (U$S 2.000 M) permitirán
continuar importando desde esos países sin necesidad de que salgan los dólares.


La deuda comercial fue clave en 2022, se incrementó en U$S 7.000 M, y puede ser
clave en 2023. Si tiene que cancelarse, presionará más sobre las reservas. Si tiene
margen para seguir incrementándose, puede ayudar a sostener el nivel de actividad
este año.


La última meta relevante del acuerdo con el FMI es la de junio. Su cumplimiento
destrabará el desembolso de septiembre. Las metas de septiembre habilitan el
desembolso de diciembre, ya bajo el nuevo período presidencial.


En julio está la mayor salida por pagos de deuda en lo que queda del año y para eso
necesita llegar con reservas suficientes. Tendrá que tener algún incentivo similar al
dólar soja para conseguir que se liquide durante el segundo trimestre y juntar los
dólares suficientes.


La recompra de bonos por U$S 1.000 M se recuperará gracias a los menores
vencimientos en 2026 e implicará un ahorro neto de U$S 1.800 M a 2030.

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