El TROCEO de la media res se impone al tope de la agenda sectorial.
Luego de un fin de mes en octubre caliente por la supuesta entrada en vigencia de la medida que fue postergada hasta mediados de enero y según la cual se prohíbe la salida de carnes en trozos inferiores a los 32 kilos con destino al comercio minorista, el sector público y privado, tomaron real dimensión del tema.

El sector público, nacional y provincial, advirtieron el impacto territorial que tendría, la imposibilidad de hacerlo de parte de los frigoríficos y el incuestionable encarecimiento de los precios al consumidor que conllevaría tal medida.

Ante esta situación las autoridades nacionales optaron por postergar la entrada en vigencia con una convocatoria al dialogo a todos los sectores. Al menos el comunicado en la página de la Secretaría de Ganadería y Pesca así lo expresó el 01/11, por eso estamos atentos y pendientes de esa citación.

El sector privado también tomó nota de la importancia del tema y su impacto. Actores que no se habían involucrado como las carnicerías, consignatarios, frigoríficos y consumidores, comenzaron a hacer escuchar su voz de disidencia.

Desde FIFRA siempre propusimos, y lo seguiremos haciendo, el uso de medios mecánicos como salvaguarda de la salud de los trabajadores y un trabajo integral para lograr un estándar sanitario básico con participación activa de las provincias, que implica la modificación de la Ley Federal Sanitaria de Carnes y la unificación del SENASA como único organismo de aplicación Sanitaria.

La industria frigorífica representada por FIFRA cumple con todas las condiciones higiénicas sanitarias vigentes y que dieron motivo a sus habilitaciones por parte del SENASA o los organismos públicos provinciales competentes en la materia, básicamente el Decreto 4238 del año 1968 y sus reformas.

Toda la carne que sale a reparto lo hace con la temperatura indicada desde el año 91, es absolutamente falso y parte de un relato que no se condice con la realidad que en la generalidad de los casos se saca la carne a reparto sin la temperatura adecuada.

Esa situación no se corrige con una comercialización obligatoria por trozos con destino al comercio minorista, sino con un Estado que cumpla con su función, la que muchas veces y por distintos motivos, se olvida.

Conforme lo anterior, la capacidad de frío existente en cada planta, es la que motivo su habilitación. La modalidad de salida de carnes en trozos implícitamente obliga a tener el doble de capacidad de frío de un día para otro, situación que reduce el nivel de producción de cada establecimiento faenador. Ese es el objetivo de los grandes frigoríficos exportadores para poder acaparar una parte mayor del mercado local. Esta intención está escondida debajo de un disfraz: el de querer proteger al trabajador.

Por otro lado, el otro objetivo que se pretende con la medida, es eliminar al carnicero que desarmando la media res atiende a su clientela y da respuesta obteniendo todos los cortes que le solicitan, justamente una unidad de negocio que tampoco es útil para el modelo concentrador.

Lamentablemente el Gobierno, que dice estar del lado de los que más necesitan, termina siendo facilitador de una clara acción que esconde fines económicos que implica la concentración de la faena en los exportadores de carne y por consiguiente tiene por intención llevar al cierre de frigoríficos y carnicerías, con un claro encarecimiento de la carne para el consumidor.

De implementarse, la medida afectará la libre formación de los precios que percibe el productor, que puede elegir entre más de 350 plantas de faena y más de 2.500 faenadores para ofrecer su producción, atentando con uno de los pocos mercados de libre competencia que tiene nuestro país.

La Dirección de Control Comercial Agropecuario, dependiente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería solicitó presentar los planes de adecuación de los frigoríficos abril. Los montos de inversión superan los 200 millones de pesos por frigorífico, valores muy superiores a los que alegremente se comentan.

Los montos de los créditos ofrecidos por el plan GanAr y que no se monetizaron sólo permitían hasta 50 millones de pesos por firma. Claramente, cuando se pergeño el plan de adecuación de instalaciones en la Resolución Conjunta 4 se equivocó el diagnóstico y la realidad se ocupó de demostrarlo, tornando en IMPOSIBLE la entrada en vigencia del troceo.

El consumidor también tomó conocimiento de la iniciativa, sabe que si se realiza pagara más cara la carne y así lo manifiestan. Algunos comparan esto como la “ayuda” recibida con la ley de alquileres que terminó generando enormes perjuicios en el mercado inmobiliario.

El razonamiento del consumidor, que no es tonto, es simple: si la carne estará más tiempo en el frigorífico, demandara más camiones para el reparto, se necesitará de más tiempo y de más viajes de descarga por parte del trabajador que al usar medios mecánicos deberá realizar 5 viajes por cada media res, el costo será mayor y eso lo pagará el consumidor y, además, el carnicero no contará con todos los cortes que su clientela demande, el perjuicio es entonces evidente.

Por último, no queremos dejar de comentar los difíciles problemas de sequía que sufren todos los productores del país, con situaciones productivas adversas, quebrantos económicos y que traerán consecuencias sobre la oferta de hacienda y los precios de futuro.
Los valores del ganado registran un estancamiento que ha permitido que los precios de la carne al consumidor desde junio no tengan incidencia en la formación del Índice de Precios al Consumidor.

Solo como ejemplo citamos que el índice para octubre fue del 6,3% y en el cuadro 20 del mismo informe de Indec el precio de la carne picada común tuvo un incremento del 1,2%, la paleta el 2,3%, el cuadril el 3,3% y la nalga de 2,3%.

También se pueden revisar los informes de meses anteriores en los que la situación se repite. El final está anunciado, en algún momento habrá una fuerte recomposición de precios porque no se puede tapar el sol con la mano.

Para finalizar el informe mensual, aumentaron combustibles, energía y la paritaria renegociada se re-reabrió y se discute una nueva actualización y bono de fin de año. Las variaciones de todos estos ítems son costos que afectan al sector industrial y a la cadena de la carne.

Fuente: FIFRA