Sin embargo, el uso de la quema de rastrojos presenta externalidades negativas para los agroecosistemas y el medio ambiente, ya que al ser eliminado éste deja el suelo descubierto, aumentando la susceptibilidad a la erosión. También, los contenidos de materia orgánica disminuyen asociándose a bajos niveles de nutrientes, deterioro de las propiedades físicas de suelo y efectos negativos en la mesofauna y la microflora de este.

Los diversos procesos que afectan al suelo dependen en gran medida de las propiedades biológicas que tenga y son consideradas un factor importante para la determinación de la calidad del sistema edáfico. Así, el estudio y conocimiento de la microbiología del suelo resulta esencial para comprender el funcionamiento de la descomposición de los residuos orgánicos y el ciclado de nutrientes.

Actividad microbiana del suelo

Con esto, parámetros biológicos generales y específicos son posibles establecer como una manera de poder caracterizar los diversos niveles de actividades biológicas existentes en el suelo. Dichos niveles biológicos incluyen las poblaciones microbianas, comunidades bióticas, las propiedades relacionadas con la materia orgánica del suelo (MOS) y los ciclos de los nutrientes.

Las actividades de los microorganismos del suelo están directamente influenciadas por el contenido y calidad de materia orgánica, el pH del suelo, aireación, temperatura y profundidad de la estrata del suelo. Todas estas variables, a su vez, son influenciadas por el manejo del suelo, entre los que se incluyen, los distintos sistemas de labranza, manejos de residuos de cosecha y las labores de quema.

La quema de rastrojos y el carbono biomásico

Entre las propiedades microbiológicas del suelo, el carbono biomásico es uno de los parámetros más utilizados para describir lo que ocurre con la actividad de los microorganismos.

En estudios realizados por el INIA se observó que el C biomásico disminuyó en la medida que la dosis de rastrojo aumentó. La explicación a este fenómeno es la alta relación C/N del residuo (C/N ≈ 90), provocando el conocido fenómeno de hambre de N; el que reduce la actividad de los microorganismos por la falta de este elemento en el suelo.

Cuando no se aplicó nitrógeno antes de la incorporación del rastrojo, se detectó una menor actividad microbiana y; por lo tanto, menores valores de C biomásico.

La información generada es fundamental, dado que resalta la importancia de la aplicación de nitrógeno al suelo para evitar el hambre de nitrógeno; así se favorece la mineralización de la materia orgánica aportada.

Efecto de la quema de rastrojos y su incorporación de rastrojos sobre las principales actividades enzimáticas del suelo.

La evidencia científica señala que el indicador más sensible en el suelo está relacionado a las actividades de los microorganismos. Ante cualquier perturbación, el microbioma responde rápidamente, por ejemplo: cambios en el manejo del suelo, la fertilización mineral, input de materia orgánica, entre otros.

Así, las principales actividades microbianas del suelo están relacionadas con los macronutrientes (N, P, S), que son responsables de mantener activo los ciclos biogeoquímicos; por lo tanto, el de los elementos esenciales para la nutrición de las plantas.

Otro aspecto importante es que los microorganismos tienden a inmovilizar el nitrógeno en condiciones deficientes. Este antecedente debe ser considerado al momento de establecer un protocolo para la incorporación de rastrojos al suelo; de esta forma se propicia una adecuada actividad de los microorganismos y por ende de la descomposición del rastrojo.
Conclusión sobre la quema de rastrojos

La práctica de quema e incorporación de rastrojo no mostró diferencias en la actividad microbiana del suelo. Por otro lado, la dosis de rastrojo tampoco mostró diferencias. Solo la actividad ureasa disminuyó con altas dosis de rastrojo. Desde el punto de vista práctico; lo anterior recalca la importancia de aplicar una pequeña cantidad de nitrógeno al suelo para que los microorganismos descomponga el rastrojo en condiciones óptimas.

Fuente: Portal Fruticola