El diagnóstico de preñez por tacto rectal es una herramienta muy práctica con la que contamos los veterinarios para entrar a trabajar en un campo y monitorear de forma efectiva los rodeos.

El productor que hace tacto en sus vacas, lamentablemente aún no lo hacen todos, puede manejar mucho más racionalmente su rodeo. Esta técnica está al alcance del ganadero desde el año 1948, cuando se comenzó a realizar en la Argentina, casualmente el año de mi nacimiento.

Es muy importante, pues permite conocer a los 40/50 días de finalizado el servicio el resultado del mismo y conociendo el porcentaje de preñez, el productor sabrá de forma cierta cómo debe continuar con el manejo de sus vacas.

Es un excelente momento para observar todos los vientres en forma individual e inclusive aprovechar para boquearlos y conocer el desgaste de la dentición y poder hacer un rodeo de vacas CUT (cría último ternero) y darles a éstas una alimentación preferencial para que una vez que desteten su ternero se puedan engordar y venderlas para faena.

A las hembras CUT. durante el boqueo. les colocamos una caravana de un color determinado y al final las reunimos en un solo rodeo.

En el momento del tacto, es muy importante pasar los rodeos de la misma manera como estuvieron en servicio, evitando juntar todas las vacas en un solo rodeo. De esa manera, si uno tuvo la precaución de haber identificado los toros que sirvieron a cada rodeo, en caso de que falle uno podremos saber cuáles reproductores estuvieron involucrados en ese y actuar en consecuencia.

También, durante el tacto podemos clasificar las vacas en preñez “cabeza” y preñez “cola”, e ir pintando los vientres con preñez “cola”. De ese modo, al final del tacto juntamos todas las vacas en un mismo lote. Es muy importante que este rodeo, durante el próximo servicio, sea manejado aparte del resto de las vacas para lograr que muchas de esas vacas pasen a la “cabeza” en el siguiente tacto.

Clave

Un tema clave es la alimentación pre parto; es decir, el rodeo “cola” debería comer muy bien antes de parir para que el intervalo parto/celo se acorte y las vacas se preñen temprano. También poder utilizar toros de muy alta capacidad de servicio, que, se sabe, van a servir a las vacas en celo, 2, 3 o más veces y lograr de esa manera que tengan más posibilidades de quedar preñadas en esa oportunidad.

Para confirmar si las técnicas de manejo fueron las que hicieron posible que se adelanten en el próximo servicio es fundamental que las vacas identificadas como “cola” pasen juntas en el tacto y sabremos qué porcentaje de esas vacas lograron alcanzar la “cabeza”.

En uno de mis primeros tactos en "Los Venados", en Mar de Ajó. el mayordomo Sr. Guillermo Madero me regaló una libretita. Pensando para qué la iba a utilizar, se me ocurrió anotar todos los tactos rectales que realizaría en mi vida. Comenzó una ardua tarea de muchos años, muchos kilómetros recorridos; con calor, frío, tierra y lluvia. Gracias a Dios, el físico me ha permitido trabajar. Tras 42 años de profesión, el 15 de abril de 2015 por la tarde, llegué a palpar la vaca Nº 1.000.000.

Luego siguieron pasando los años y en 2017 pude llegar al tacto 1.050.000 en “Doña Juana” y en el año 2020 colocar la caravana 1.100.000 en una vaca en el establecimiento “La Cañada”. Ahora llegando al tacto 1.150.000 ya que llevo en este momento 25/10/2022 1.146.667 tactos realizados, es decir me faltan 3.333 vacas para llegar a ese número.

Hace unos días terminamos un trabajo, con el aporte inestimable de la colega María Jesús Palma César, un documento en Excel, sobre toda la cantidad de vacas analizadas de estas casi 1.150.000. Este dato lo considero de mucho valor, ya que es un n muy importante, fueron casi 50 años secos y lluviosos, algún bote de trichomoniasis y establecimientos en 6 provincias de la Argentina, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fé, La Pampa, San Luis y Chaco. Algunos datos en papel se perdieron en varias mudanzas antes de la computadora, en fin logramos contabilizar 1.141.854 vacas, de las cuales 1.017.702 salieron preñadas y 124.152 salieron vacías, esto representa el 89,13 % de Preñez.

El campo del millón

El tacto lo realicé el día 15/04/2015 en el Establecimiento "San Máximo" de La Matilde S.R.L., en Yerbas, partido de General Alvear, Pcia. de Buenos Aires. En ese campo, desde 1979 he realizado el tacto rectal todos los años, llevando realizados 44 campañas de tacto rectal ; alcancé un registro de casi 80.000 vacas palpadas. Consideré que era el campo indicado para marcar la caravana con el bendito número y, por las dudas, se las coloqué a 2 vacas preñadas: una Polled Hereford, raza mayoritaria del campo y otra Angus Colorada.

Pedrito Goñi, encargado del campo y su hijo Ignacio, enceparon y le colocaron la caravana al vientre pampa y yo lo hice con la vaca Angus. Maneco Barragán actuó de colero; él me acompañó desde marzo de 2000 hasta mayo de 2014 y fue mi ayudante en todos los trabajos de campo. Desde el año pasado se desempeña en el bioterio de Laboratorio Azul Diagnóstico.

A partir de 1981, cuando realicé el tacto Nº 100.000, empecé a colocar una caravana a la vaca y cada 50.000 tactos le iba poniendo una con el número correspondiente al ejemplar en cuestión.

Como siempre he sido muy numérico y anoto todo, puedo decir que el año que comencé mi actividad profesional (1973), palpé 6.059 vacas y el año que más vacas tacté en mi carrera fue en 1993, con 36.743. Luego de 50 años, mi récord de tactos en un día fue el martes 13 de abril de 1993 con 1.738 vacas, en el Establecimiento “El Ñandú” en Cañada Seca, sobre la ruta 33, Km.490.

A continuación mencionaré los campos donde coloqué las caravanas.

 Año 1981 Nº 100.000 "Yanquil" en Balcarce. de Leloir.
Año 1983 Nº 150.000 "San Enrique" en Crotto. de Crotto.
Año 1986 Nº 200.000 "Tres Hermanos" en Pourtalé. de Boubée.
Año 1988 Nº 250.000 "Sanquilcó" en Rocha. de Pessagno.
Año 1989 Nº 300.000 "Atalaya" en Azul. de Borda.
Año 1991 Nº 350.000 "El Gato" en Adelia María (Córdoba) de Ortiz Basualdo.
Año 1992 Nº 400.000 "Sanquilcó" en Rocha. de Lanús.
Año 1994 Nº 450.000 "Santa Ana" en Tandil. de Santamarina.
Año 1995 Nº 500.000 "El Ñandú" en Cañada Seca. de Ortiz Basualdo.
Año 1997 Nº 550.000 "María Rosa" en Leones (Córdoba) de Pinasco.
Año 1999 Nº 600.000 "Kukala" en Gaviña. de Gaviña.
Año 2000 Nº 650.000 "El Algarrobo" en Mayor Buratovich. de Santamarina.
Año 2002 Nº 700.000 "San Máximo" en Yerbas. de Fossati.
Año 2004 Nº 750.000 "Sanquilcó" en Rocha. de Lanús.
Año 2006 Nº 800.000 "Los Ángeles" en Pablo Acosta. de Llavallol.
 Año 2008 Nº 850.000 "La Sureña" en Líbano. de Scala de Ficocelli.
Año 2010 Nº 900.000 "La Alondra II" en J.N. Fernández. de Ortiz Basualdo.
Año 2012 Nº 950.000 "El Ñandú" en Cañada Seca. de Ortiz Basualdo
Año 2015 Nº 1.000.000 "San Máximo" en Yerbas. de Fossati.
Año 2017 Nº 1.050.000 “Doña Juana” en Juan N.Fernández de Ortiz Basualdo.
Año 2020 Nº 1.100.000 “La Cañada” en Santa Luisa de Bernardo Arieu.

Algunas anécdotas

Sin lugar a dudas las anécdotas más jugosas han sido en mis primeros tactos, en uno de mis primeros trabajos avisaba por telegrama que tal día a tal ahora estaría en la manga para hacer tacto. Luego la noche anterior llovía y a las 5 de la mañana no me quedaba otra que llamar a la comisaría del pueblo y se suscitaban las conversaciones más alocadas, hola buen día, ha llovido por ahí y la respuesta y si ha llovido. Tendría una idea cuánto llovió?, bueno espere que miro una lata que hay en el patio y al rato, la lata tiene un poco de agua. Mi pregunta cómo estará el camino a La Victoria y debe estar bravo pues ese camino es un cangrejal. Yo ando en un Citroën 3 CV que le parece pasaré? Va a ser complicado pero buscando no caer en la huella tal vez pase. Bueno Muchas gracias. Con toda esa información más que nada por ser apasionado la mayoría de las veces me largaba y a veces llegaba, otras veces me volvía. Hoy en día a veces me quejo de la falta de conectividad pero al lado de lo de antes estamos en Sillicon Valley.

Siempre lo más complicado era cuando salía de gira y a veces pasaban 10 días en volver a casa, sin celular, sin poder hablar todos los días, y María con 6 chicos al hombro. Que importante en nuestra profesión tener a nuestro lado una compañera 4 x 4, atajando todo tipo de penales.

Como no recordar mi primer tacto grande en “Sanquilcó” en marzo de 1973, una “foliculitis” en el brazo derecho que se me puso como una morcilla, terminé en el médico con antibiótico y yo pensaba recién empiezo y como seguirá mi vida con el tacto. Qué locura es pensar para atrás y como se fueron sucediendo las cosas.

Una vez lo recuerdo siempre, estaba haciendo tacto en mis primeros años con 26 años de edad y los perros ladraban y ladraban toreando a las vacas y eran una pesadilla y nadie hacía nada, llegó un momento me fui para atrás y chisté los perros y el capataz, muy serio y manoteando su cintura buscando el fierro me dice, oiga a los perros los chisto yo y nadie más. Perfecto le dije y seguí haciendo tacto y hubo un gran silencio en la manga, con decirles que ya ni ladraban los perros. Luego con el paso de los años nos acordábamos de ese cuento y nos reíamos.

Siempre he sido muy puntual y me gustaba serlo y tenía fama por eso. Muchas veces iba a un campo en Madariaga que se llamaba “Macedo”, estaba a 350 km de Azul. Yo le decía al administrador (otro enfermo de la puntualidad) llego el miércoles a las 12 hs. un churrasco y empezamos el tacto y me quedaba 2 o 3 días. Este hombre unos segundos antes de las 12 salía a la galería y miraba el camino y siempre veía el Citroën avanzar. Luego y durante todos los años en que trabajé allí siempre recordaba esa anécdota y que nunca pudo salir a la galería y no ver avanzar al Citroën 3 CV.

Con el paso de los años en 1978 pasé a mi primer Ford Falcon y tuve 4 igual que los Citroën. Una vez salíamos apurados de un campo con mi gran amigo y colega Juan Musso, el camino interno del campo muy arreglado y levantado, parecía una autopista y me olvidé que estaba dentro del campo y mejor dicho dentro del potrero, ya era de noche y cruzaron 5 vacas negras, obviamente frené contra 3 de ellas de las cuales murieron 2, una de ellas se subió al capot, que duro era el Falcon y con cinturón de seguridad colocado casi ni nos enteramos de las vacas.

Eso fue en junio a las 19 hs., noche cerrada, ni les cuento las peripecias, a caballo enancado con Juan a pedir auxilio, a lo de un vecino a 10 km luego nos llevó al pueblo y llamé al ACA de Azul, nos buscó la grúa y aparecí en casa a las 2 de la mañana, creo que María había prendido una vela por mi suerte.

En fin sin duda el principal cambio de la actualidad con mis comienzos es el poder estar comunicado, si bien por momentos falta señal, a la noche en casi todos los campos podes comunicarte.

A partir del nuevo siglo en el momento del tacto aprovechamos para sangrar las vacas para diagnóstico de brucelosis. Tenemos muchos establecimientos “libres” de la enfermedad, por lo tanto no hace falta sangrar para vender, esto significa no hacemos el “certificado de egreso”, en esos campos todos los años sangrando una cantidad de vacas que salen de una tabla y con resultado negativo te extienden el libre por un año calendario. También haciendo el DOES se puede declarar el establecimiento negativo y solamente sangras si vendes con destino a reproducción. Eso es muy importante para lograr el apto CHINA.

Ya en los últimos años hemos incorporado a la identificación de las vacas el botón electrónico y el bastón true-test, algo muy bueno y que llegó para quedarse y nos permite tener una información certera y valedera de las vacas. Tecnologías de las cuales ni soñábamos hace algunos años

Este logro fue gracias a mi gran amigo Juan José de Urrengoechea de Identag que me entusiasmó con este tema.

El legado

Gracias a Dios y a la Virgen he logrado llegar a ese número de tactos que jamás se me ocurrió que podría lograrlo y poder llevar la contabilidad. Con el transcurrir de los años, conversando con los muchachos, en la manga, mientras hacía mi trabajo, decíamos cuándo llegaría a superar el millón de vacas palpadas, y porque no pensar en seguir tactando, una vez logrado ese objetivo. Finalmente, eso sucedió. Siento una inmensa satisfacción por haberlo logrado. Ahora, si Dios quiere, seguiré con la rutina y algún día colocaré la caravana Nº 1.200.000, en alguna vaca de algún campo

Agradezco a todos los que me ayudaron en mi trayectoria, en especial a mis clientes, a mi mujer María y a mis seis hijos que se bancaron muchos años de ausencias. Y tal vez, si alguno de mis veintidós nietos sigue veterinaria, pueda dejarle mi legado en la profesión que tanto he amado y sigo amando como el primer día. ¿Apasionado yo?... Un gran abrazo, Chuni.

Por Carlos Martín Acuña - Veterinario