Un mayor contenido de materia orgánica implicará mayor retención de humedad y nutrientes, y mayor resiliencia a condiciones meteorológicas adversas.

Efectos de los ácidos húmicos

Además, tiene un efecto mitigador frente al cambio climático, ya que los suelos contribuyen a secuestrar carbono de la atmósfera.

Pese a estos beneficios, la aplicación directa de MO, como los ácidos húmicos, como enmienda se ve limitada por la oportunidad de entrada: solo será posible abonar cuando no haya cultivo y en momentos puntuales del año.

Por esto, se han buscado soluciones para continuar aplicándolo durante el cultivo, de modo de apoyar aplicaciones de fondo con aplicaciones de menor escala, pero de forma más o menos permanente.

Una de estas soluciones es la aplicación de ácidos húmicos, que representan una fracción de la MO soluble en agua y soluciones alcalinas (pH > 7), pero insoluble en ácidos.

Gracias a esta cualidad es posible extraer los ácidos húmicos, para luego aplicarlos en su forma soluble, vía fertirriego.

Cabe recordar que la aplicación de ácidos húmicos es solo un complemento; no reemplaza las aplicaciones de MO. Después de todo, la materia orgánica es mucho más que solo ácidos húmicos.

Preparación de ácidos húmicos

Materiales

- Equipo de Protección Personal (EPP).
- Tambor de 200 litros.
- Medidor de pH (pH-metro o papel pH).
- 40 kg guano (cordero, cabra, vacuno y/o caballo).
- 5 kg hidróxido de potasio.
- 180 litros de agua (sin cloro).
- Ácido fosfórico.

Procedimiento

- Colocar 40 kg de guano en el tambor.

- Agregar 100 L de agua.

- Revolver, integrando el guano con el agua.

- Con precaución, de a poco y siempre revolviendo, agregar 5 kg de hidróxido de potasio.

- Agregar agua hasta completar el volumen del tambor.

- Controlar el pH. Debe marcar 14 puntos, aproximadamente.

- Dejar reposar la mezcla a la sombra y destapada por 12 días, revolviendo diariamente para levantar la borra.

- Transcurridos los 12 días, controlar el pH: debe estar alrededor de 14. Filtrar y envasar: los ácidos húmicos solo están en la fracción líquida (El producto envasado, guardado en un lugar con sombra y ventilación puede durar hasta 6 meses).

Optimizaciones e la preparación de ácidos húmicos

Existen pasos extras para mejorar la calidad del producto. Son opcionales, y los recomendamos solo para quienes cuenten con los materiales y la factibilidad de realizarlos.
a. Harneado Harnear el guano antes de preparar la mezcla. Puede utilizar un harnero; mientras más fino, mejor. El guano deberá estar lo más seco posible, para que el procedimiento tenga éxito.
b. Cantidad justa de hidróxido de potasio.

Los 5 kg de hidróxido de potasio están calculados para 180 litros de agua en el tambor. Esta relación (5kg / 8L) da la concentración óptima para una buena extracción.

El volumen que ocupe el guano dentro del tambor dependerá del estado en que se encuentre; si está más húmedo, utilizará más espacio.

Lo mismo si está pasado por harnero fino. Recomendamos diluir los 5 kg de hidróxido de potasio en 180 L de agua en un tambor aparte, y utilizar esta solución para ir llenando el tambor donde están los 40 kg de guano.

Así estaremos seguros de no aplicar hidróxido de potasio de más o de menos.
Aplicación y uso de los ácidos húmicos

La aplicación de ácido húmico se realiza solo vía riego (de manera foliar, puede manchar hojas y frutos).

Para esto es necesario diluir el ácido húmico en un tambor de 200 L, en el que se agregan 100 L de agua y 200 ml de ácido fosfórico, lentamente y revolviendo, para evitar que precipite y/o salpique.

Una vez preparada esta mezcla, agregar al tambor 20 L de ácido húmico.

Revolver y agregar agua hasta completar el tambor. Chequear el pH: debe estar entre 6 y 7.
Recomendamos aplicaciones cada 7 o 10 días. El tambor preparado de 200 L alcanzará para una hectárea.

Composición

En INIA analizaron la composición mineral del ácido húmico extraído por un agricultor, a partir de guano de cabra.

Fuente: Portal Fruticola