Los productores agropecuarios defendemos los recursos naturales, los cuidamos porque son la herencia de nuestras generaciones, somos los que garantizamos la salud del suelo y del ambiente y conocemos las tecnologías para regenerar, remediar o enriquecer. Atentar contra las producciones regionales, los cinturones verdes suburbanos, las actividades que necesitan de la provisión de agua de riego sólo traerá a nuestro país un aumento de la pobreza y la indigencia.

La ineficacia de las autoridades nacionales para poder aplicar las leyes vigentes en tareas preventivas como incendios o inundaciones, no puede ser el único argumento que motorice el tratamiento de esta iniciativa. Necesitamos que se hagan cumplir las leyes que tenemos para proteger los recursos naturales, la población rural y la producción. Que los recursos humanos y económicos sean puestos en favor del ambiente. Que los funcionarios cumplan con su deber. La inoperancia y el incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos dejan al desnudo el fracaso de la política ambiental argentina y los tremendos problemas derivados de las fallas de contralor de quienes ejercen funciones en el Estado