El panel “Contribuyendo a una intensificación inteligente de la producción de soja” fue dirigido por el especialista del INTA Fernando Salvagiotti, quien afirmó que para hablar de nutrición de cultivos se debe pensar en “estrategias que se complementan”, que tienen que ver con “la intensificación sustentable” de los cultivos pensando en “el sistema como un todo en el que se manejan recursos naturales” y donde además se parte del conocimiento de que “los suelos están degradados”.

Salvagiotti advirtió que para nutrir el cultivo “hay que dejar de pensar solo en los fertilizantes” e incorporar a los bioinsumos (biofertilizantes y biopesticidas), a los cultivos de cobertura y a los inoculantes biológicos.

En el caso de la brecha de nutrición en soja está establecido que para obtener una tonelada más de rendimiento se necesitan 80 kg de nitrógeno (N); 8 kg de fósforo (P); y 33 kilos de potasio. “Pero para apuntar a un alto rendimiento la demanda va a ser mayor”. “Esa demanda se puede satisfacer de cualquier forma”, dijo el especialista del INTA, y luego describió los aportes de:

• Los fertilizantes biológicos, que colaboran en la fijación de N y asimilación de P y otros nutrientes;

• Los inoculantes, con los cuales se logra hasta 20% más de rindes;

• Los bioinsumos, los cuales tienen mayores efectos en el cultivo en momentos de mayor estrés del cultivo, como el actual por la extensión de la sequía.

Salvagiotti señaló que una mejora en la nutrición de las plantas y condiciones de crecimiento en general afecta la acción de la fijación biológica de N. Entre las recomendaciones, el experto apuntó que se debe “conocer las dosis a aplicar” para lo cual hay que hacer diagnóstico de suelo.

El panel sobre Fertilización se completó con la presentación de las empresas que tienen productos en estos segmentos.

Por Compo Expert, compañía de origen alemán con presencia en 100 países, que produce bioestimulantes y biofertilizantes con microrganismos de cepas específicas con tolerancia a salinidad, Mauricio Castillo, de Marketing y Desarrollo, dijo que sus productos brindan tres grandes beneficios: control y antibiosis de patógenos, inmunización con resistencia inducida en la planta y solubilización de fósforo.

“Las bacterias forman colonia en 2 días mientras que los hongos que afectan al cultivo tardan más, así el microorganismo produce prevención contra enfermedades e induce a la inmunización”, con lo cual “se obtiene mayor crecimiento de raíces que captan más agua y nutrientes”.

Y le puso números, “Con un bioestimulante ‘arrancador’ se tienen respuestas de hasta 12% de rindes”.

Luego, de Nutrien Ag Solutions, firma originaria de Canadá, con presencia en 7 países y más de medio millón de productores (en Argentina tiene presencia hace más de 25 años),

Hernán Borcano, destacó el producto biológico Accomplish, con tecnología coating, para fertilización fosforada. Contiene un catalizador bioquímico de fertilizantes, usa distintas cepas de bacterias y un componente bioquímico que aumenta la eficiencia de uso de fertilizante fosfatado, dándole mayor vigor aéreo y radicular.

De Rizobacter, empresa de 45 años en investigación y líder en desarrollo productos microbiológicos en la región, Gabriel Mina, aclaró que “todos los productos hay que complementarlos”. Y que en este año con el problema de la sequía “hay que reforzar con tecnología”.

Mina destacó tres productos de la empresa: Signum, un inoculante -bioinductor y biofungicida- para condiciones desfavorables para el cultivo; Vitagrow, bioestimulante para tratamiento tanto para semilla como foliar, y Rizoderma, un biofungicida multisitio de promoción de crecimiento.

Por su parte, Agustín Bianchini del Área de Desarrollo de Spraytec se refirió a las tecnologías para soja en las que trabajan en la empresa junto a investigadores tanto de INTA como de CREA como independientes. En este sentido, contó que usando fitoestimulantes como Top Seed han llegado a generar 400 kilos de respuesta en ensayos realizados en zonas marginales como el norte de la provincia de Córdoba. Asimismo, dio a conocer un producto fitoestimulante para situaciones de estrés, Top Zinc Max.

“Cuando los preemergentes no funcionan y hay que recurrir a postemergentes, muchas veces las plantas de soja resultan afectadas, en esos casos, hemos comprobado que Top Zn ayuda a detoxificar, reducir los problemas de fitotoxicidad e incrementar los rendimientos en 400 kilos y hasta 700 kilos en el centro de la provincia de Buenos Aires”, aseguró Bianchini. Además, indicó que obtuvieron respuestas a zinc y boro mayores a 200 kilos en la localidad de Nueve de Julio.

Por su parte, María Virginia Balbuy de Stoller abordó la necesidad de lograr una distribución temporal uniforme en la implantación para no tener pérdidas de rendimiento que, según midieron, pueden ubicarse entre 180 y 200 kilos por hectárea, y sostuvo que las densidades de plantas más altas no pueden compensar las distribuciones temporales no uniformes. Por eso, llamó a trabajar desde el número de plantas por metro cuadrado para lograr una óptima implantación utilizando tratamientos bioestimulantes y bioprotectores. La ingeniera presentó dos productos, Stimulate, un tratamiento de semillas que garantiza la población inicial de plantas, una rápida generación del sistema radicular, un crecimiento inicial uniforme y un seguro contra carry over. Por otro lado, Bio-Forge Advance, un producto que contiene molibdeno, cobalto, nitrógeno, potasio e inhibe la síntesis de etileno, reduciendo los síntomas de estrés y retrasando la maduración y senescencia.

A su turno, Antonio Cavaglia, de Red Surcos abordó las formas de medir el impacto ambiental a través de distintos índices como el EIQ, una herramienta on line de uso libre y gratuito, y el PRORIPEST, una plataforma para el pronóstico de riesgo de pesticidas. En cuanto a su empresa, contó que trabajan en la aplicación de nanotecnología en productos fitosanitarios desde hace quince años, con formulaciones que se traducen en un mayor número de impactos, mayor superficie de contacto y mayor penetración, trabajando con ultra baja volatilidad.

Por último, Diego Billone, del Área de Desarrollo Tecnológico y Servicios de YPF Agro, dio a conocer las novedades de la compañía. Entre ellas, la línea Y-TERRA, productos cien por ciento biológicos para soja que incluyen un inoculante, un biocontrolador y un promotor del crecimiento que logra mayor crecimiento nodular, mejor captura de nutrientes y mayor fijación biológica de nitrógeno. También mencionó Summa Mix, una mezcla física que se hace a medida de cada cultivo y cada lote, incluyendo fósforo, azufre, calcio, magnesio y potasio.

Billone instó a realizar una fertilización balanceada y a medida de cada lote para acortar la brecha de rendimiento en soja, considerando los macro, mezzo y micronutrientes, así como, combinando fertilizantes químicos con bioinsumos que permiten una mayor eficiencia en la nutrición de los cultivos.

Fuente: AgroNOA