Cuatro jornadas en Chicago de precios en baja fueron las que tuvo la semana pasada.
Cuando el nerviosismo caía con fuerza sobre los tenedores de soja, este lunes la situación cambió radicalmente en Chicago y la jornada mostró considerables alzas.

El pasado viernes, este mercado terminó el día con un precio (noviembre) de USD 532,23.- Y este lunes lo hizo con USD 536, 92.- Casi 5 dólares por arriba.

¿Esta jornada podría ser el comienzo de, al menos un breve, período de mejoras? Es posible.
¿Cuáles fueron los detonantes de este cambio de rumbo?

En primer lugar, la confirmación de una nueva importación de poroto de soja, por parte de China.

De acuerdo a los informes diarios del USDA de este lunes, hubo una nueva exportación de soja a China, por un volumen de 136.000 toneladas

Y, en segundo lugar, hay que mencionar una cierta paralización/ralentización de la trilla, a consecuencia de las precipitaciones, que desde el domingo golpean el oeste y el centro del cinturón sojero/maicero de EE.UU.

El tema no es menor pues los pronósticos aseguran que las lluvias seguirían durante buena parte de la semana. Ello detiene el operativo de recolección y genera incertidumbre sobre los rendimientos.

Ambos puntos son especialmente sensibles para el mercado estadounidense, luego del fuerte ajuste realizado por el USDA el pasado 12 de septiembre, al estimar la producción estadounidense por debajo de lo esperado.

Un aspecto que patentiza las bajas de la semana pasada viene de la Argentina.

Hay que recordar que la semana pasada estuvo impactada por el régimen cambiario que favorece la liquidación de la oleaginosa.

El fuerte crecimiento de la oferta argentina ha presionado los valores y ejercido una fuerza bajista en el mercado global.

El beneficioso efecto sobre el mercado cambiario local tiene patas muy cortas. Como dice el popular dicho: “Pan para hoy, hambre para mañana”.

Solo entre el 5 y el 15 de septiembre, en plena vigencia del Programa de Incentivo Exportador (PIE) se efectuaron operaciones finales con soja por un total de 7,4 millones de toneladas.

Y las ventas continúan.

Así las cosas, en los próximos meses, el volumen argentino a liquidar habrá de ser claramente menor al de los mismos meses de años anteriores.

Como siempre, nuestras políticas miran la coyuntura. Y, hoy como nunca, mucho más.

Seguramente, ello incidirá en los precios internacionales.