Según los últimos datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en los perfiles de suelo de la zona central del país hay un faltante de 150 milímetros de humedad disponible para iniciar, a tiempo y con calidad, la siembra de maíz.

Sin embargo, esto no impide hacer una planificación de la estrategia que permita considerar diferentes planes de alto rendimiento, considerando a la sequía como principal condicionante.

Gastón Añez es el especialista en Posicionamiento de producto para la Región Núcleo de KWS y dice que, actualmente, el 80% de los productores que tienen la decisión de hacer maíz en su campo no cuentan con el agua útil mínima para lanzar la siembra del cultivo. Ni tampoco, agrega, hay algún tipo de seguridad de que se consigan los 500 milímetros necesario para cubrir la demanda en secano que tiene el cereal a lo largo de su ciclo.

Por el contrario, agrega que, “la realidad es que los campos cuentan, en su gran mayoría, con 50 a 60 milímetros de humedad acumulada, hasta los dos metros de profundidad, en un triángulo geográfico comprendido entre Marcos Juárez (Córdoba), Venado Tuerto (Santa Fe) y Salto/Rojas (Buenos Aires), y dado por la falta de lluvias en los últimos cinco meses, desde iniciado el otoño”.

Justamente, y en función de esto, el técnico indica que para pensar en una estrategia de cultivo defensiva/ofensiva, lo primero que hay que tener en claro, de cada ambiente del campo, es el rendimiento alcanzable del cultivo y esto depende, principalmente, del agua disponible.

De esta forma, el contenido hídrico es el indicador de la posibilidad de sembrar temprano o tardío. Teniendo en cuenta el rendimiento alcanzable, agrega que se puede pensar en subir, mantener o bajar la densidad, más allá de si el cultivo es temprano o tardío. En este sentido, el asesor brinda la primera recomendación.

Pensando en uno de los materiales de más vendido de KWS, el KM 3916 VIP3, Añez se apoya en la adaptabilidad de este híbrido. “El KM 3916 VIP3 es un granífero, de alto potencial, que se puede sembrar tanto en fecha temprana como en tardía y, a su vez, ofrece la posibilidad de elegir el mejor momento para sembrarlo a lo largo de casi un mes. El componente de peso de 1.000 granos, que es muy alto, ofrece una buena compensación ante el atraso en la fecha óptima de siembra y, a su vez, ajustar una sensible baja en la densidad -menos del 10%-, siendo más defensivos en el planteo y buscando que cada planta produzca una mayor cantidad de materia seca”, aconseja.

Asimismo, sostiene que, durante la campaña 2021/22, esa espera hacia octubre permitió acumular más milímetros de agua de lluvia en los perfiles que aseguró más hectáreas tempranas a la planificación inicial de cada productor.

La plasticidad temporal y densidad de KM 3916 VIP3 permite, además, que exista un aumento de la probabilidad de las lluvias en torno a la floración del cultivo, que es el momento crítico.

Respecto al clima, Añez también deja otro dato clave. “Para septiembre, se pronostican algunas heladas tardías, lo que ya afectaría el estado inicial de las plántulas de maíz cuando se encuentran en V1-V2 (1 a 2 hojas expandidas) que puede provocar un fuerte estrés inicial”, subraya, obviamente, nada recomendable cuando se trata de evitar estrés cuando la campaña se perfila compleja.

Por su parte, cuando se trata exclusivamente de siembra tardías, desde finales de noviembre y hasta inicios del nuevo año, el asesor cambia de alternativa y se refiere a KM 3927 VIP3, otro híbrido de calidad granífera, de ciclo corto (116 días), que se adapta bien a la estrategia de tomar rápidamente todos los recursos agronómicos disponibles para asegurar los altos rendimientos. “En siembras tardías, permite conseguir una muy buena curva de secado”, destaca Añez.

También comentó que entre los híbridos que se encuentra desarrollando la empresa se viene un híbrido de alto potencial, que en la última campaña en los ensayos de KWS de la zona núcleo superó en 5%-6% en el rendimiento de KM 3916 VIP3.

En los casos tardíos, el asesor indica que, para aquellos productores que tienen la posibilidad de plantear una siembra variable, con los híbridos de KWS pueden hacer un ajuste de la densidad desde 75.000, 65.000 y 58.000 plantas, desde el bajo, los ambientes intermedios y las lomas, respectivamente, ante un escenario de faltante de agua.

Cabe destacar, según explicó el técnico, que el cultivo de maíz empieza a afectar su crecimiento, en torno al período crítico, cuando el contenido hídrico del suelo es la mitad del óptimo.

HÍBRIDOS SILEROS

KWS también se destaca por las características de sus materiales sileros, los cuales también implican los mismos criterios de decisión y planificación que los graníferos.

Uno de los híbridos sileros de mucha flexibilidad al que se refiere Añez es un lanzamiento de este año, el KWS 60-050 VIP3 FULL, para planteos de silo de calidad y mayor producción de mayor materia seca digestible total, debido tallos grandes y bien engrosados, muy adaptado a fechas tempranas como tardías.

El otro lanzamiento el año, el KWS 60-950 VIP3, es un híbrido muy destacado en siembras tardías cercanas a enero. Ambos materiales, subraya Añez, tuvieron destacada sanidad contra escaldadura de hoja, un riesgo que se suma ante el atraso de la fecha de siembra.