La presencia de diversas comunidades de insectos polinizadores puede ser un indicador ambiental de beneficios que contribuyan a mejorar la salud humana. Así lo señaló Lucas A. Garibaldi, director del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Río Negro e investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), durante el Congreso CREA 2022, que se está desarrollando hasta mañana viernes en la Rural de Palermo (CABA) con el lema “Ampliá el campo de tu mirada”.

Este año, Garibaldi lideró un equipo que elaboró un artículo (“Exploring connections between pollinator health and human health”), publicado en The Royal Society, que realizó una revisión de estudios orientados a detectar relaciones entre aspectos de la salud de polinizadores y la salud humana.

El trabajo encontró que tales relaciones son detectables a través de la polinización de cultivos nutritivos, plantas medicinales, productos derivados de polinizadores (como la miel), mantenimiento de espacios verdes y biodiversos y ambientes más saludables como resultado de iniciativas centradas en la reducción de uso de fitosanitarios que afectan a los polinizadores.

“Una de las cosas que más valoran las familias con las que trabajamos es que quieren volver al campo. Eso es parte de la salud mental”, comentó Garibaldi. El investigador propuso generar “paisajes heterogéneos y diversos sin perder productividad que, por supuesto, es importante, pero tenemos que gestionar los campos pensando en todos los beneficios que generan y no solamente en uno”.

También recomendó promover las ambientaciones para “salir de los cuadrados” e “ir aumentando la diversidad de cultivos y paisajes multifuncionales, para que los campos se vuelvan más regenerativos y puedan usar cada vez menos insumos externos”.

“Al hacer eso, el balance de carbono va a mejorar. ¿Es menos productivo? Tenemos estudios que dicen que no es menos productivo y que se puede hacer con menores costos”, aseguró Garibaldi, para luego indicar que en muchos sectores de lotes gestionados de manera tradicional se pierde dinero al usar una cantidad de insumos que no se corresponde con el potencial agronómico.

¿Es menos productivo? Tenemos estudios que dicen que no es menos productivo y que se puede hacer con menores costos.

En 2021, Garibaldi lideró la realización de otro estudio (“Time to Integrate Pollinator Science into Soybean Production”), publicado en la revista Trends in Ecology & Evolution, en el cual se detectó, al revisar diferentes trabajos científicos en la materia, un incremento de rendimiento promedio del 21% en cultivos de soja con presencia activa de polinizadores tanto silvestres como gestionados (como las abejas melíferas) respecto de cultivos que no recibieron el aporte de polinizadores.

El estudio señala que los efectos positivos de los polinizadores sobre la formación de las vainas y semillas de soja pueden deberse a las características de esterilidad masculina de las flores ubicadas más lejanamente del racimo primario o en los racimos secundarios de algunas variedades de soja, las cuales requerirían la transferencia de polen por parte de los polinizadores para su fertilización. Adicionalmente, los polinizadores pueden mejorar la distribución del polen en la superficie estigmática de las flores fértiles y promover la polinización cruzada.

Experiencias recientes realizadas en establecimientos agropecuarios del sur de la provincia Córdoba –integrantes de la red CREA– confirman un aumento importante de los rendimientos de soja que recibieron servicios de polinizadores.

Experiencias recientes en establecimientos del sur de Córdoba confirman un aumento importante de los rendimientos de soja que recibieron servicios de polinizadores.

En ese marco, Garibaldi, junto a Lucas Andreoni, responsable del programa “Integración con la Comunidad” del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, está trabajando en el desarrollo del diseño de sistemas que permitan generar servicios de polinización en cultivos de soja por parte de insectos tanto silvestres como gestionados.

La presencia de colmenas en cultivos de soja, además de promover una actividad productiva adicional, representa también una suerte de indicador biológico orientado a garantizar la gestión de buenas prácticas agrícolas.