Las metodologías para infiltrarla son zanjas, pozas, canales, pozos de inyección, entre otros, y depende, entre diferentes factores, de las características locales.

La recarga artificial permite almacenar el agua en los acuíferos para su uso en el futuro, según las estrategias de gestión, reduciendo las pérdidas por evaporación y escurrimiento.

Esto permite no sólo almacenar el agua, sino también estabilizar o aumentar los niveles freáticos en acuíferos sobreexplotados, mantener caudales ecológicos de cursos superficiales de agua y, en algunos casos, mejorar la calidad del agua.

A pesar de que, para implementar un proyecto de recarga artificial es necesario una serie de estudios hidrogeológicos y un diseño, construcción y planificación precisas, es una opción recomendable en acuíferos sobreexplotados.

La recarga artificial de acuíferos desempeña un papel importante en la integración de la gestión de los recursos hídricos superficiales y subterráneos para la seguridad del suministro de agua, garantizando al mismo tiempo la salud pública y la protección del medio ambiente.

El almacenamiento de agua es esencial para mejorar la sostenibilidad y la resistencia del suministro de agua, lo que contribuye al bienestar y habitabilidad de las ciudades. Además, el tratamiento natural en el acuífero ofrece una opción de tratamiento del agua de bajo coste y bajo consumo energético.

El tipo de recarga artificial dependerá de las condiciones hidrogeológicas locales, tales como la profundidad del nivel freático, la cobertura del suelo, el material poroso en la cual el agua subterránea fluya, la recarga natural, entre otros factores. Adicionalmente, se encuentran aspectos legislativos que contemplan, entre otras cosas, la calidad del agua que se está infiltrando.

En este sentido, encontrar agua para la recarga artificial de acuíferos no siempre es fácil y depende del ciclo local del agua y de los usos. En el caso de iniciativas en otras partes del mundo, consideran que las aguas residuales tratadas son las que proporcionan un suministro más constante del agua.

Las aguas pluviales, a pesar de su disponibilidad esporádica y estacional, se han convertido en una fuente popular de agua para la recarga de acuíferos porque en este tipo de proyectos las aguas pluviales disminuyen las inundaciones y capturan el agua que, de otro modo, se iría como escorrentía. En la práctica, muchos proyectos de recarga artificial de acuíferos existentes dependen de una combinación de estas fuentes de agua.

En el Centro de Investigación y Desarrollo de Ecosistemas Hídricos de la Universidad Bernardo O’Higgins se están llevando a cabo proyectos para evaluar potenciales zonas para recargar el agua mediante infiltración de canales preexistentes. Estas iniciativas permitirán generar un marco de referencia para la gestión de los recursos hídricos en una determinada Cuenca, ya que hay que gestionar las aguas lluvias que caen en exceso en ciertos eventos extremos, o también la reutilización de aguas para su posterior inyección. Debido a la naturaleza compleja de los acuíferos y de la variabilidad climática, es por lo que hay que generar mayor cantidad de iniciativas de recarga artificial de acuíferos, puesto que permitirá obtener experiencia sobre la eficiencia del método y generar ajustes para ir mejorando el marco de gestión.

Fuente: Portal Fruticola