Al contrario de lo sucedido este lunes en Chicago, donde la plaza estuvo de siesta por celebrarse, en EE.UU., el Día del Trabajo, el mercado local todo estuvo convulsionado.

Es que el Gobierno dispuso que las exportaciones de soja se liquiden, hasta el 30 del actual, a un tipo de cambio de $200.

Es una suerte de devaluación momentánea y particular, pues solo está dirigida al complejo sojero.

Se trata del “Programa de Incremento Exportador” que establece un valor especial de compensación temporario de $ 200 por dólar, durante el mes de septiembre. Y es sólo para la soja, no abarca los demás granos.

Tal medida apunta a lograr el ingreso de cerca de USS 5000 millones en un corto plazo. Responde al decreto 576 de necesidad y urgencia.

De acuerdo al artículo 1° del decreto, se trata de algo “de manera extraordinaria y transitoria” aplicable a quienes hayan realizado exportaciones en los últimos 18 meses. La adhesión al sistema es voluntaria y se hace vía el “Sistema Registral” disponible en la AFIP.

Respecto a los productores, específicamente, establece que “Los productores agrícolas que efectúen ventas de soja para exportación a corredores, acopiadores, cooperativas, exportadores e industriales de soja para afectar a operaciones de exportación del presente Programa por un porcentaje no inferior al ochenta y cinto por ciento (85%) de su producción referida a la cosecha 2021-2022 y con precio perfeccionado o fijado antes del 30 de septiembre de 2022, podrán acceder a los beneficios y programas que establezca la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca para la cosecha 2022-2023″.

Está claro cuál es el objeto de esta medida.

La necesidad de hacerse de dólares es apremiante.

Se estima que solo durante la presente semana alrededor de USD 1.000 millones hagan su ingreso.

Y, por eso, el mercado de cambios informal inmediatamente respondió con una abrupta reducción del dólar o, lo que es lo mismo, con una suba del valor del alicaído peso argentino.

La brecha cambiaria se redujo a poco más del 90%. Quedó entonces por debajo del 100%, por primera vez desde el 4 de julio, en ocasión de la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía.

La intención es acelerar la venta de soja que a esta altura del año muestra una demora cercana al 20% con respecto a igual fecha del año pasado.

A raíz del derecho de exportación sobre la soja, del 33% y la enorme brecha cambiaria, los productores, hasta el viernes pasado, recibían un tercio del precio internacional.

A consecuencia de esta discutida medida, la actividad comercial en el mercado doméstico fue más que acentuada. La participación en la actividad estuvo de manos de los agentes de comercialización, de la industria y de la exportación.

Así las cosas, por soja con descarga inmediata y para las fijaciones de mercadería, los precios habrían girado en torno a $ 72.500 por tonelada.

Como vemos, un aumento más que considerable.