Rob Mallinson, coordinador del Grupo de Biocombustibles Sólidos de la Asociación de Bioenergía, dice que la bioenergía de los residuos forestales respaldará el sistema energético de Nueva Zelanda, ya que la presión sobre el sector eléctrico se ve exacerbada por el aumento de la demanda.

«Los recursos de electricidad renovable de Nueva Zelanda ya están bajo una presión cada vez mayor a medida que eliminamos gradualmente nuestros campos de gas natural en alta mar y aumentamos el uso de electricidad para el transporte», dijo Mallison.

El ejecutivo destacó que el mayor uso de la bioenergía y los biocombustibles puede garantizar que la electricidad esté disponible para las aplicaciones en las que se utiliza mejor y puede ayudar a distribuir la carga y reducir la dependencia del carbón para la generación de electricidad. «Un mejor apoyo para el sistema energético en general también ayudará a aliviar la demanda del uso de carbón para la generación de electricidad y calor de proceso».

Mallison dijo que la presión sobre el sector eléctrico del país se verá agravada aún más por el aumento de la demanda futura de electricidad. «La demanda de energía aumenta y no disminuirá. La buena noticia es que la bioenergía puede ayudar con el trabajo pesado a medida que nuestro país se adapta a la eliminación gradual de los combustibles fósiles manteniendo las luces encendidas».

«El diésel renovable puede ayudar a eliminar las emisiones de carbono de los vehículos utilitarios y deportivos; el biogás puede alimentar calderas de gas industriales, así como utilizarse para calentar y cocinar en el hogar; la leña y los pellets de madera pueden calentar hogares de manera eficiente y económica; y la silvicultura, los residuos de aserradero y los troncos de exportación de baja calidad pueden utilizarse como combustible para calderas industriales», dijo Mallison.

El ejecutivo agregó que «La práctica de silvicultura sostenible de Nueva Zelanda ofrece una fuente constante de energía local con bajas emisiones de carbono para uso industrial. Y a través de la magia de la fotosíntesis, la biomasa es en realidad energía solar almacenada, por lo que puede liberarse las 24 horas del día, los 7 días de la semana, cuando y donde haya demanda. La biomasa es la propia batería de energía de la naturaleza».

Mallinson dice que el Plan de Transformación de la Industria Forestal y de Procesamiento de la Madera sería un aporte valioso para la Estrategia Nacional de Energía de Nueva Zelanda que se presentará en 2024.

Fuente: Bioeconomia.info - Emiliano Huergo