Como sabemos, las estimaciones del USDA también son formadores de precios presentes.

En tal caso uno se pregunta si realmente las actuales estimaciones sobre maíz y soja, para la campaña 22/23, consideran el impacto que tiene la seca en la producción.

Y no nos referimos tanto a los problemas climáticos de EE.UU. (a la preocupante falta de humedad en Nebraska, Dakota del Sur y en buena parte de Iowa).

También, y muy especialmente, a los de América del Sur, donde el núcleo sojero-maicero de la Argentina sufre agudamente la carencia de agua.

La pregunta es: ¿son realistas las proyecciones de producción y los balances de stock/consumo?

A juzgar por el comportamiento de los fondos, que muestran más compras que ventas, al menos a lo largo de las últimas semanas, el mercado no se deja llevar del todo por las proyecciones del USDA así como de otros organismos.

Efectivamente, el problema climático en EE.UU. incide en las decisiones de compra por parte de los fondos.

Pero hay que tomar en cuenta, que el centro de gravedad del mercado internacional va a ir pasando a América del Sur, con la mira puesta en la evolución de la campaña sobre todo de Brasil y Argentina.

La Niña que sufrimos por tercer año en nuestro país amenaza la producción en la campaña 22/23.

Sin embargo, la Asociación Brasileña de la Industria de los Aceites Vegetales (Abiove), este lunes, estimó la producción 22/23 de soja en Brasil en un volumen de 151 millones de toneladas.

Muy por arriba del producido en la anterior campaña: 126,60 millones de toneladas.

Se trata de un número todavía mayor al cálculo del USDA que había publicado en agosto un volumen de 149 millones de toneladas.

Por otra parte en la publicación del viernes pasado, ProFarmer, a raíz de las recientes recorridas (Crop Tour) por buena parte de la zona agrícola de EE.UU. (Iowa, Illinois, Nebraska, Minnesota, Indiana, Ohio, South Dakota) y merced a los reportes recibidos del resto de las regiones productoras, estimó la cosecha estadounidense de soja en 123,42 millones de toneladas.

Esta estimación parece darle crédito a la proyección del USDA que habló de 123,30 millones de toneladas. Se trata de números casi exactos.

La elevación del volumen estimado por parte de ProFarmer sería por considerar, fundamentalmente, un aumento en el área implantada.

Estos factores habrían sido los causantes quiebre en el auspicioso camino que venía trazando el precio internacional de la soja.

Por ello, este lunes el aumento de varios días se cortó, con una abrupta baja.

Así las cosas, sobrevino una fuerte toma de ganancias de los inversores tras las subas de la semana pasada, en un cuadro donde brilló la ausencia de demanda china.

Los fondos son ágiles para captar las noticias más frescas y actuar en consecuencia.

En fin, este lunes trajo cierta amargura. Pero no deberíamos caer en un fuerte pesimismo.

Hay razones para prever mejoras, más adelante…