El fenómeno ENSO en su fase fría La Niña, que persiste desde mitad de 2021, derivó en un contexto de escasas precipitaciones, con eventos puntuales, y temperaturas más frías. Sin embargo, en varias áreas del Océano Pacifico Ecuatorial las anomalías de temperaturas frías disminuyeron en intensidad en las últimas semanas. Con esta información, especialistas del Instituto de Clima y Agua del INTA hacen un balance de la situación actual y analizan las perspectivas para los próximos meses.

“De acuerdo a los modelos internacionales para el trimestre julio-agosto-septiembre se prevé que continúe esta fase fría con un 52 % de probabilidad de ocurrencia, mientras que la transición a una fase neutral es del 46 % para dicho trimestre”, expresó Natalia Gattinoni, meteoróloga del Instituto de Clima y Agua del INTA.

“Si se mira la evolución de las anomalías de las temperaturas de la superficie del mar en el Océano Pacifico Ecuatorial pronosticadas para el próximo trimestre todos los modelos predicen condiciones frías con valores umbrales entre condiciones neutrales y La Niña”, puntualizó Gattinoni.

Según la especialista, es importante destacar que no solo se debe monitorear este fenómeno a gran escala, sino que también, a escala sub-estacional: “durante los próximos meses, también se sigue la evolución de otros fenómenos oceánico-atmósfericos como, por ejemplo, el dipolo del Océano Índico”. Este es un fenómeno que a escala global también influye sobre el régimen de lluvias en nuestro país que, durante su fase negativa, puede inhibir la formación de precipitaciones.

De acuerdo al último informe semanal del Instituto de Clima y Agua del INTA, nuevamente se daría una semana con lluvias que estarán prácticamente ausentes en la Región Pampeana y norte del país, exceptuando la probabilidad de lluvias y chaparrones que se prevén para sur y norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. Mientras que se esperan lluvias y nevadas de variada intensidad sobre zonas cordilleranas de Mendoza y Patagonia.
La evolución de las condiciones climáticas y las perspectivas de corto plazo indican que vuelve a manifestarse claramente un contexto de escasez de agua al inicio de la campaña de fina.

Desde el punto de vista agronómico las precipitaciones de probable ocurrencia en el corto plazo en áreas agrícolas sólo permitirán recuperar disponibilidad de agua en el horizonte superficial. Es una campaña que se inicia con restricciones hídricas y las decisiones agronómicas deben considerar siempre la disponibilidad de agua en profundidad y el conocimiento de los ambientes lote por lote.

Todas las grandes regiones del cono sur siguen afectadas por manifestaciones cada vez más frecuentes de escases de agua, y hasta el momento la proyección de los océanos no nos beneficia.

“Hacia el 10 de julio se espera otro evento de precipitaciones, que se concentraría sobre el este de Córdoba, norte de Buenos Aires y NEA”, detalló el informe. En cuanto a temperaturas, “se espera marcado descenso hacia el fin de semana sobre el centro y sur del país con probabilidad de heladas, mientras que sobre el norte se mantendría el ambiente cálido y húmedo”.

Balance del último mes

Junio extendió la racha seca, días con precipitación inferior a los 5mm diarios, a más de 30 días. En particular, en áreas de Córdoba llevaban un total de 39, y en Santa Fe – Reconquista 56, aunque durante el día martes 28 recibieron algunas lluvias con acumulados inferiores a los 10mm. El panorama es similar en el centro y norte de la provincia de Buenos Aires, donde en Azul, Bolívar y Olavarría totalizan 57 días sin precipitaciones significativas.

“Esta ausencia de precipitaciones y la escasa demanda evaporativa durante esta época permitieron que las condiciones hídricas de los suelos no presentaran cambios con respecto a los días previos, mostrando una disminución del contenido agua disponible con respecto al máximo posible en la región centro-este del país”, indicó Gattinoni.

Según el modelo BHOA-FAUBA-SMN, actualizado al 28 de junio, el porcentaje de agua útil en la capa arable, es inferior al 20 % en las provincias de Córdoba, Santa Fe, La Pampa (norte), Buenos Aires (centro, centro-oeste y noroeste) y Entre Ríos (oeste). Además, en el resto de la provincia de Entre Ríos, Buenos Aires (norte, noreste y centro este) y La Pampa (centro del área agrícola) este indicador se encuentra entre el 25 % y 35 %. Finalmente, en La Pampa (sur del área agrícola) y Buenos Aires (franja sur), el porcentaje de agua en la capa arable presenta valores de entre 40 y 70 %.

Por el contrario, la región del noreste argentino ha finalizado el mes con lluvias superiores a los 20mm, sumando las lluvias registradas en Entre Ríos durante el martes 28. En particular, estas últimas lluvias permitieron una recarga de los primeros centímetros del suelo. En esa línea, Gattinoni aseguró: “en esta región al igual que en la Provincia de Buenos Aires, se estiman condiciones adecuadas de agua útil en el perfil de los suelos, en particular sobre el sur de la esta provincia”.

De acuerdo con la especialista, “las bajas temperaturas también han sido característica de este último mes, que, sumado a mayo, hicieron que en varios puntos de la Región pampeana se llegaran a contabilizar más de 30 días con heladas agronómicas y registros de temperaturas mínimas inferiores a los 3.0°C”.

Por ejemplo, “el INTA Balcarce alcanzó más de 20 días con temperaturas bajo este umbral al igual que Pergamino, hacia el norte Las Breñas y Sáenz Peña, tuvieron más de 8 días con temperaturas bajo este umbral y en particular varios días seguidos”, comentó Gattinoni, quien agregó: “estas bajas temperaturas han condicionado el crecimiento de los trigos ya implantados”.