El pesimismo había caída como granizo en una noche helada.

La falta de noticias alentadoras sobre la demanda china, las buenas condiciones climáticas en el Medio Oeste de EE.UU., y el aumento de la competitividad de las exportaciones brasileñas a raíz de la devaluación del real frente al dólar fueron las principales causantes de la bajas de precios.

Ergo, los primeros cuatro días de la semana pasada fueron tétricos por sobreventas visibles.

Pero la taba parece que ha comenzado a darse vuelta.

Nuevamente, este lunes el precio de la oleaginosa terminó el día con ganancias en las posiciones cercanas, aunque con cierta volatilidad en las posiciones lejanas.

Se trata simplemente de compras de oportunidad ¿o hay razones más sólidas?

¿Por qué podríamos apostar a esto último?

En primer lugar, y como probable detonante de este cambio de dirección, se destacan las expectativas -a partir del informe del USDA a publicarse este jueves- donde se aguarda un pronóstico de reducción en la superficie cultivada de soja en EE.UU.

En pocas palabras, la posibilidad de que el USDA ajuste su estimación sobre el área sembrada habría operado como trampolín.

Efectivamente, el promedio de las estimaciones privadas habla de una la superficie cubierta con soja en 36,58 millones de hectáreas.

Todo ello se da en un contexto donde, según el USDA para la campaña 22/23, los stocks de soja se ubican en niveles críticos.

Pero estos datos no serían los únicos para pensar en un cambio de tendencia.

Vamos a ver…

Si nos fijamos en el recorrido que viene haciendo el dólar respecto a las demás monedas, advertiremos que desde el día 23 de junio, su valor evoluciona en baja. ¿En baja? Sí, en baja.

Pese al aumento de la tasa de interés, en estos días el dólar viene bajando.

Miremos con atención cómo desde ese día, el dólar evoluciona en baja. El gráfico de Investing.com es claro.

Como sabemos, desde principios de mes, las apuestas de subas en las tasas de interés han impulsado su valor.

Así, el índice dólar alcanzó un máximo de 105,79 unidades (14/06/22), el más elevado nivel en casi dos décadas.

El gráfico es elocuente:

Sin embargo, desde hace unos días la cosa cambió. Y este lunes, más claramente, el dólar cayó frente a las principales monedas. ¿La razón?

Habría que buscarla en el descenso de las expectativas de inflación lo que ha llevado a estimar a los operadores que las subas próximas en la tasa de interés van a ser de menor intensidad.

Un buena noticia… ¿no?

Los futuros revelan que los operadores prevén ahora que la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal de EE.UU. se ubique en un ratio próximo al 3,5% para el año que viene. Se trata de un nivel inferior al 4% previsto.

¿Se trata de una visión demasiado optimista? En los próximos días, veremos si es así o no.