El Tesoro de Estados Unidos, varios bancos internacionales de desarrollo y otros grupos lanzaron ayer un plan multimillonario destinado a abordar una crisis global de seguridad alimentaria exacerbada por la guerra de Rusia en Ucrania. Entretanto, en Bolivia el agro pide apoyo para mejorar la soberanía alimentaria nacional.

El Tesoro norteamericano, en una nota reproducida por elnuevoherald.com, anunció que varios bancos mundiales de desarrollo están “trabajando rápidamente para hacer uso de su financiamiento, compromiso político y asistencia técnica” para evitar el hambre provocada por la guerra, el aumento de los costos de los alimentos y el daño climático a los cultivos.
Como parte del plan se destinarán decenas de miles de millones de dólares para apoyar a los agricultores, abordar la crisis de suministro de fertilizantes y desarrollar tierras para la producción de alimentos, entre otros temas.

La nota cita que el Banco Asiático de Desarrollo contribuirá con fondos para alimentar a Afganistán y Sri Lanka, mientras que el Banco Africano de Desarrollo utilizará $us 1.500 millones para ayudar a 20 millones de agricultores africanos.

El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y el Banco Mundial también contribuirán con decenas de miles de millones de dólares en los próximos meses y años para apoyar a los productores de alimentos y abordar los problemas de escasez en la cadena de suministro.

Rusia y Ucrania producen un tercio del suministro mundial de trigo. La pérdida de productos básicos debido a la guerra ha provocado un aumento vertiginoso de los precios de los alimentos e incertidumbre sobre el futuro de la seguridad alimentaria a escala mundial, especialmente en los países empobrecidos.

Ayer, citado en la agencia AFP, el Banco Mundial (BM) anunció que asignará $us 12.000 millones adicionales en los próximos 15 meses a proyectos para combatir la crisis alimentaria mundial, agravada por la guerra en Ucrania. Los fondos apoyarán la agricultura, brindarán “protección social para amortiguar los efectos del alza de los precios de los alimentos” y promoverán proyectos de agua y riego.

A decir del presidente del BM, David Malpass, el alza de los precios de los alimentos está provocando efectos devastadores en los más pobres y vulnerables.

Ola de oportunidades

A decir del presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Óscar Mario Justiniano, la situación mundial a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania agudizó la débil economía de muchos países, afectados por la pandemia. “Aquellos países que rápidamente orienten sus políticas de Estado a estimular la producción de alimentos, faciliten el acceso a nuevas tecnologías, abran nuevos mercados exportables y generen medidas competitivas podrán tener mejores oportunidades que aquellos que no lo hagan”, anotó.

A juzgar por Justiniano, la seguridad y soberanía alimentaria se logra generando excedentes productivos en alimentos y la liberación de exportaciones permitiendo mayores ingresos para el productor, toda la cadena y, por supuesto, para el país.

El gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández, indicó que debido al conflicto bélico Rusia-Ucrania los países en el mundo están estableciendo políticas públicas para ayudar a sus agricultores a producir alimentos para garantizar la seguridad alimentaria de su población, situación que, en Bolivia, como sector productivo importante, han pedido para que de manera conjunta y concertada se pueda optimizar la soberanía alimentaria.

En criterio del gerente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), Martín Salces, los recursos que incorporará EEUU y las entidades financieras internacionales para producir más alimentos, promoverán mayor competitividad en los productores con la incursión de tecnología para mejorar la calidad y cantidad de la producción alimentaria.

“Bolivia no puede quedarse al margen de esta ola, ya que es una gran oportunidad para posicionarse como uno de los proveedores de los denominados superalimentos o alimentos funcionales como chía, quinua, amaranto, castaña, además de soya y carnes”.

En el ámbito estatal

En Bolivia, mientras los productores piden un diálogo al Gobierno para concertar una agenda productiva, este mes se creó la estatal Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria, cuya finalidad, a decir de fuentes oficiales, es fortalecer la producción agropecuaria y exportar los excedentes.