La transición estacional tiene como como una característica frecuente, el aumento en la frecuencia de pasajes frontales interactuando con las masas de aire tropical que aún están presentes en gran parte del país. Esto potencia el desarrollo de sistemas precipitantes. En ocasiones esto también se proyecta al mes de abril, es decir es un período elástico dentro del cual las precipitaciones tienden a mejorar su volumen.

La última parte de febrero ya había mostrado un repunte significativo de las precipitaciones. Este comportamiento se mantuvo sin mayores cambios en la primera década del mes de marzo. Luego se impuso un período más estable, antes de que reaparezcan las precipitaciones hacia la jornada del 17. Desde entonces alternaron sistemas precipitantes de intensidad variable, destacándose el evento del martes 22 y miércoles 23, en buena parte del NEA y el norte de la Mesopotamia. Este evento también afecto de manera significativa la franja oriental de Paraguay. En muchas localidades, durante este evento, se observaron precipitaciones del orden de 150 milímetros, pero en áreas puntuales de Chaco, hubo reportes donde este acumulado llego a duplicarse. El centro este de Corrientes no recibió este volumen de precipitaciones, pero igualmente tuvo una buena provisión de agua.

Al desplazarnos hacia la región pampeana, vemos que las lluvias van decreciendo hacia el norte bonaerense, donde los pasajes frontales no fueron tan productivos. Este comportamiento de los sistemas frontales presenta una restricción mucho mayor hacia el oeste, con un mínimo que tiene epicentro en la región cuyana, pero que a la vez influenció negativamente a gran parte del oeste de CB. El saldo pluvial del mes de marzo, plantea cierta advertencia para la provincia mediterránea del centro del país, con una demanda insatisfecha que se transfiere al mes de abril, situación que deja con un diferencial negativo a las zonas trigueras del centro respecto de las vecinas ubicadas más hacia el este.

Cuando comparamos los valores de lluvia registradas del mes de marzo con los valores estadísticos (1973-2021), se obtienen los desvíos o anomalías de precipitación. El resultado es un gran cambio respecto del comportamiento que presentó el mes de febrero, más que nada en el noreste del país.

El mapa permite reconocer dos zonas con desvíos antagónicos muy destacados. Como mencionamos, la región cuyana fue el epicentro de las lluvias más pobres, pero esta condición arrastro a gran parte de la provincia de SL, el norte de LP y casi todo del oeste de CB. La contraparte de este comportamiento la encontramos sobre el este, con desvíos positivos generalizados en gran parte de la Mesopotamia y el NEA. Recordamos que en febrero Misiones se había desacoplado de la seca de Corrientes, Chaco y el norte de SF, donde si bien las condiciones ambientales fueron morigerando el impacto del rigor de enero, la solución final tuvo que esperar a las lluvias generosas de marzo. El sur de la región pampeana, también ha sumado lluvias que superan los valores estadísticos. Sobre el norte bonaerense predominan valores normales de lluvia, sin embargo, en áreas reducidas se detectan algunos faltantes, en general de importancia menor. También hubo faltantes de lluvia en el norte del NOA.