Hoy por hoy, la mirada en los fundamentos tiene menor relevancia, a la hora de entender el recorrido de los precios.

Frente a la incertidumbre existente, el dólar camina en ascenso, fundamentalmente porque los fondos buscan seguridad. Y por ello, se dirigen hacia los mercados más seguros.

A continuación, vemos el comportamiento del dólar, mediante el Índice Dólar, desde la invasión de Rusia al territorio ucraniano.

Obviamente, el fortalecimiento del dólar no es un estímulo para que los precios agrícolas mejoren.

Sin embargo, lo hacen.

Porque la guerra está por encima de todo. Rusia y Ucrania son demasiado gravitantes en la formación de los precios agrícolas.

Ambos países representan cerca del 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y casi el 20 % de las exportaciones de maíz.

Y los más impactante de todo: ambos explican el 80 % de las exportaciones mundiales de aceite de girasol.

Si a ello, agregamos el pesimismo, claramente justificado, sobre los resultados de la cosecha de soja, que acaba de comenzar, de América del Sur, es lógico el cuadro de nerviosismo imperante, cercano al pánico, en los mercados mundiales, con Chicago a la cabeza.

Para ver por qué hay tanto pesimismo, basta reparar en lo que este miércoles, StoneX informó. Redujo su estimación en el volumen de la cosecha de soja para Brasil de 126,50 a 121,17 millones de toneladas por escasez de humedad en los Estados del Sur. ¿Qué lejos quedó aquella estimación de 145 millones al inicio de la campaña!

Y para la Argentina se estima una rebaja de alrededor de 12 millones de toneladas. Las bajas son graves, también, en Paraguay y Bolivia.

Así las cosas, la situación de volatilidad sea una constante porque nadie sabe cómo terminará este conflicto bélico, que se desarrolla agudizándose en su gravedad.

En estos días, los precios de la soja alcanzaron niveles máximos casi 10 años. Y también hubo fuertes bajas. La semana en Chicago comenzó con claros incrementos, hasta este miércoles que tuvo bajas.

Este miércoles, los fondos actuaron en contra de los precios, con leves bajas en la rueda de Chicago por una toma de ganancias, tras las acentuadas subas de las dos ruedas previas.

Por la dificultad de recibir el aceite de soja adquirido en la zona del Mar Negro, se aguarda que la India adquiera más aceite de soja en EE.UU. y América del Sur.

Ahora bien, si levantamos la mirada, el horizonte es más bien borroso. Porque detrás de estas mejoras en los precios, se esconden interrogantes que no alientan mucho optimismo.

El panorama para nuestro país, incluyendo la producción agrícola, es de extrema incertidumbre.

¿Un dato contundente? Los gasoductos de Rusia proporcionan aproximadamente el 40% del gas que utiliza Europa. La U.E. se encuentra así entre la espada y la pared.

Y aunque la producción de gas aumentó en 2021, casi un cuarto de lo que se consume, en la Argentina, es importado en invierno.

Con este cuadro global, los fertilizantes para el agro deberían de seguir aumentando.

El tema es más que preocupante para nuestro país, porque alrededor del 65% de los fertilizantes empleados son importados.

Los costos serán entonces una materia de extremo cuidado, mucho más que el actual.

En el horizonte se dibuja la cuestión ¿ una de cal y otra de arena?