Sabino Vaca Narvaja dice que recuerda su llegada a Beijing casi como si fuera una película de ciencia ficción. El embajador argentino en China viajó en mayo pasado en un vuelo que iba en busca de insumos sanitarios y llevaba sólo tres pasajeros: él, su esposa y su hijo. Volaron a través del Pacífico con una escala en Auckland, Nueva Zelandia. Casi 10 meses después, todavía en medio de una cuarentena estricta que no cede, el funcionario que tiene línea directa con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner narra escenas de la vida cotidiana que dan cuenta de la escala de las transformaciones chinas y sugieren que sigue experimentando, de a ratos, la sensación de irrealidad. En su teléfono, tiene su DNI, un kit de trazabilidad sanitaria en el que están registradas las dosis de las vacunas que recibió, los más de 70 PCRs que se hizo desde que asumió sus funciones y el código QR con el que paga todas sus operaciones y puede cargar incluso la batería de su celular en cualquiera de los centros que están habilitados para eso. Como él, dice, hay en China 900 millones de internautas. Los cambios no se restringen a la tecnología o a la infraestructura sino que incluyen también alteraciones en las pautas de consumo. En los últimos tiempos, explotó la apertura de tiendas de café en ciudades como Shanghai y la sociedad china se convirtió en la que más café consume en todo el planeta.

Después de que Argentina le comprara al país de Xi Jinping 35 millones de vacunas durante la pandemia y se extendiera la vigencia del swap que está asentado entre las reservas del Banco Central, Vaca Narvaja ultima ahora los detalles de la visita que el presidente argentino hará el 4 de febrero y se apura a cerrar algunos de los anuncios que el Gobierno espera hacer en esos días. Entre las novedades que ya circulan, hay una larga lista de proyectos de infraestructura, la compra de dos reactores del INVAP y la decisión de que Argentina se incorpore a la Ruta de la Seda, como ya lo hicieron otros países de América Latina. La distancia entre uno y otro mundo no se limita a los 19.000 kilómetros que separan a Buenos Aires de Beijing: también se expresa en el contraste entre las necesidades de un país acostumbrado a la urgencia y un imperio habituado a actuar en base a otra noción del tiempo.

Pese al entusiasmo con el que habla de las posibilidades de incrementar el comercio bilateral y salir de una ecuación hoy desfavorable, el embajador en Beijing habla de la relación estrecha entre Estados Unidos y China como socios principales y complementarios, se pronuncia a favor del acuerdo con el Fondo y afirma que no es viable esperar que al gobierno argentino lo salve su relación con China.

 

Fernández no conoce China y viaja por el aniversario de los 50 años de las relaciones comerciales y los Juegos Olímpicos. ¿Cuál es la importancia de su visita en este contexto?

La importancia es total, porque el primer punto es que la invitación surge en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno. China está completando todo el ciclo de Juegos Olímpicos, ellos hicieron en 2008 los Juegos Olímpicos de Verano y ese año el director del Comité Olímpico era Xi Jinping. Es cierto que Alberto nunca viajó a China, pero cuando Néstor Kirchner firma la asociación estratégica como presidente, él era jefe de Gabinete y de alguna manera fue un protagonista de ese acercamiento con China. Ya en el 2014, Cristina firma con Xi Jinping la Asociación Estratégica Integral, que abre el período de mayor profundización de los vínculos, las mayores obras, la mejor cooperación y financiamiento. La visita va a coincidir con los 50 años de relaciones, pero también con la decisión de Argentina de firmar la Ruta de la Seda. Además, Alberto llega como presidente de la CELAC, que también es muy importante para China.

Obviamente Estados Unidos expresó sus críticas y Biden no está incluido.

Es relativo. El boicot de Estados Unidos ha sido más bien discursivo, participan todas las delegaciones del mundo y obviamente Estados Unidos participa. Lo que no manda es autoridades de alto nivel, pero el Comité Olímpico, vienen todos los deportistas de Estados Unidos. Acá van a venir 10 presidentes, casi 30 ministros de deporte y el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. De Latinoamérica vienen Alberto y Lasso de Ecuador. Eso también es interesante. El Chile de Piñera está queriendo profundizar el 5G, el Uruguay de Lacalle que pide TLC con China, lo mismo. Entonces hay que pensar desde otro ángulo. Acá hay países que tienen mucha relación con Estados Unidos y están avanzando con China más que nosotros. Están en la Ruta de la Seda hace años.

De todas maneras, las autoridades chinas se pronunciaron sobre el boicot y el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que Estados Unidos iba a pagar un precio por eso.

Los picos más calientes se daban con Trump y la hostilidad era muy fuerte. Acá en China se tomó con muy buenos ojos la reunión de Biden y Xi Jinping en noviembre pasado. Los medios chinos lo tomaron realmente como un cambio de administración, no sólo porque cambió mucho el tema discursivo, sino porque tuvieron un punto de encuentro -que no tenían nunca con Trump- en el tema ambiental. El punto de unidad con China es el tema ambiental y el punto de división, más que el tema de los Juegos Olímpicos, es el tema Taiwán.

¿Cuál diría que es el beneficio concreto más importante para la Argentina de incorporarse a la Ruta de la Seda? ¿Y cuánto tiempo van a demandar estos resultados concretos?

No es algo automático, pero lo que tenemos a favor es que China y Argentina están cumpliendo 50 años de relación y hay un proceso de acercamiento más fuerte desde hace 10 o 15 años que se dio en toda Latinoamérica. Primer punto con China tenemos economías complementarias; segundo, China tiene un nivel de intercambio y transferencia de tecnología y un formato de cooperación que no te impone un modelo. China está interesada porque ellos tienen el tema de la seguridad alimentaria con la provisión de alimentos, de recursos estratégicos, y vos necesitás ampliar tu capacidad exportadora y necesitás infraestructura. Entonces ahí es donde el tema de ingresar a la Ruta de la Seda, que es el plan de infraestructura más ambicioso hoy de la historia de la humanidad en términos de recursos. China en su fase expansiva busca mejorar la logística para que sus productos lleguen a todo el mundo a menor costo. El proyecto nace en la era de Xi Jinping y es un sello de su gobierno. Lo anuncia en 2013 como un proyecto en la zona de Eurasia. Después, en el 2015 incorpora Oceanía y África y en el 2017 incorpora a América latina como la ruta natural del Pacífico Marítima de la Ruta de la Seda. Ahí se termina de configurar como proyecto global de infraestructura. China ha tenido una política muy fuerte de llevar su desarrollo hacia la zona del oeste. Argentina tiene toda la representación consular en la costa este. Tenemos en Guangzhou, en Hong Kong, en Shanghai y en Beijing y ahora uno de los anuncios que vamos a hacer, que ya está bastante avanzado, es la apertura del consulado en Chengdu que precisamente está en el corazón de la zona oeste, hacia donde China está llevando su desarrollo, parecido a lo que hizo Estados Unidos, porque no es posible llevar a cabo el desarrollo sin integrar un territorio muy grande. Y la verdad es impactante. A donde yo viajo, que ya recorrí más de 20 provincias, tenés vías férreas, autopistas, puentes, infraestructura realmente impactante en zonas muy alejadas.

Usted se mueve en tren.

Yo le tengo pánico a los aviones, así que utilizo mucho los trenes que van a 350 kilómetros. China tiene cincuenta mil kilómetros de trenes de alta velocidad, algo que lo distingue y mucho de otros países como Estados Unidos. Amplió toda su red de subtes o trenes de alta velocidad, pero también sus trenes de carga. En infraestructura, China ha dado un salto muy grande. Tardás 4 horas para hacer los 1.500 kilómetros que separan a Shanghai de Beijing. Es como irte a Bariloche en tres horas y media, cuatro.

Hay un montón de proyectos de China en Argentina, de acuerdos a los que se consignó en su momento en el Diálogo Estratégico. ¿Cuál es la prioridad del gobierno argentino y otra vez le pregunto por los plazos para avanzar con esos proyectos?

Tenemos dos años. Nosotros tenemos tres mecanismos, si querés grandes, en función de la asociación de estrategia integral que se suscribió en 2014. El primero es ese diálogo estratégico para la coordinación y cooperación económica. Ese diálogo se hace con la Comisión Nacional de Reforma y con la Cancillería argentina. Se venció el año pasado lo que se llamaba el plan quinquenal integrado, que era este plan de listado de obra en el cual se avanzaba. Estos son créditos especiales que otorga China para que obviamente la infraestructura la desarrollen empresas chinas. Lo que nosotros pedimos, en esta gestión, es que sean proyectos asociados con empresas locales, que reciban transferencia de tecnología. Acá ya se hizo la primera reunión técnica y la idea es que se formalice todo antes de la visita de Alberto. Hay una fecha que va a ser antes de fin de mes, donde el canciller Cafiero se va a reunir virtualmente con el presidente de la Comisión Nacional de Reforma y va a firmar el listado de proyectos que conformarían el nuevo plan quinquenal integrado: líneas ferroviarias, ampliación de parque de todo lo que es energía renovable, la cuarta planta nuclear y las represas, un proyecto que tendría que estar finalizado, pero por demoras en la gestión anterior no se culminó.

Las represas es uno de los temas centrales, tanto por su magnitud como porque están en Santa Cruz. Ahora se dice que se está destrabando el financiamiento.

Lo de las represas se frenó durante la gestión anterior. Es de las inversiones más grandes de China en la región. Ahí hubo una intervención del Gobierno más política y termina avanzando porque China más o menos le da a entender que si esa represa no avanzaba, no iban a invertir en más obras. Primero funcionó como un tapón. Entonces Macri decide avanzar y cuando lo manda al ministro Aranguren a las audiencias públicas que se hacen en el Congreso, sale un dictamen positivo y en el último tramo de la gestión de Macri se empieza a retomar después de tiempo de estar demorado. En el medio, apareció lo que se llamó la "falla geológica", que implicó una serie de cambios técnicos y ampliación y cambio de las condiciones. Es un proyecto de un volumen de recursos muy grande que tiene que pasar por un montón de instancias en China, un montón de ministerios, de organismos financieros. Y eso fue lo que demoró la formalización de esta adenda que se está firmando, creo, en el marco de la visita del Presidente, si no es antes. Eso el Presidente lo monitoreó punto a punto y el Gobierno decidió en el mientras tanto que estaba esa autorización a abonar con fondos propios para que no se pare, sobre todo la parte de la obra.

Pero estuvo parada la obra.

La obra no se llegó a parar porque el Gobierno decidió poner recursos propios hasta que esta adenda financiera se firme. Ahí esos recursos van a volver al Estado argentino.

Son 4.000 millones de dólares el financiamiento.

No sé cómo quedó el monto total, pero aproximado. Esa represa, como muchas de las obras que tienen que ver con la energía, se termina pagando con la misma generación de energía. Acá no se terminó la obra, entonces estabas empezando a pagar el crédito sin que te genere la energía, o sea, no tenías el repago. Ese es el dilema que tenemos ahora, es una obra muy cara y que estás empezando a pagar el crédito de una obra que tendría que estar terminada ya hace unos años.

Una parte de ese financiamiento llegó en su momento cuando comenzaron las obras.

Yo escuché información errónea, decían que China no iba a prestar recursos si no llegaba el acuerdo con el FMI. Eso es falso. Primero, porque China siguió prestando recursos, de hecho, están las obras ferroviarias, y después porque China también financia a países que tienen bloqueos económicos como Venezuela, como Cuba. Obviamente que China, al ser parte del FMI, quiere que a Argentina le vaya bien y tenga un acuerdo. Pero no es que si no tenés el acuerdo no va a financiar el proyecto.

Cerca del Presidente dicen incluso que China es más duro que Estados Unidos en el FMI.

La realidad es que China, en las reuniones que yo tuve y en los diálogos que ha tenido el ministro Guzmán, siempre ha apoyado nuestra posición con el FMI. China tiene una postura con respecto al tema financiero, lo está regulando. El caso de Alibaba, donde había tenido estos créditos y se habían endeudado un montón de chinos con un clic en el celular y el Estado lo agarró. Las acciones cayeron enormemente y puso una regulación muy fuerte. Si hubiese pasado en países del norte global un caso como el de la empresa Evergrande, estaríamos ante una crisis como la de Lehman Brothers. China lo está controlando, partió en tres esa gran deuda y está regulando. Todo el tema de las monedas electrónicas lo está regulando porque quiere intervenir, le interesa el tema, pero ve que puede ser un problema financiero.

Entonces entre las prioridades de obras estamos hablando de represas y del parque fotovoltaico Caucharí en Jujuy.

Si, el parque fotovoltaico Caucharí es el más grande de China en toda Latinoamérica. Pero además estamos hablando de ferrocarriles. Belgrano Cargas, Roca, tenemos ferrocarril de San Martín carga, pero también de pasajeros. Después tenemos el tema de líneas de transmisión, que hace poco también avanzó el ministro Darío Martínez con los anuncios en lo que es el AMBA, también lo que es los gasoductos. Se está pensando en poder exportar a Brasil aprovechando el tema contracíclico, pero también en poder exportar a China vía planta de licuefacción.

¿Qué pasa con el gasoducto de Vaca Muerta a Brasil?

Hay un tramo que conecta con Brasil, que también es uno de los pocos puntos de encuentro que tenés con Brasil, porque hasta el propio Bolsonaro ha hablado bien de ese gasoducto y vos tenés un tema geopolítico donde algunos estudios hablan de que el gas de Bolivia también está con menores proyecciones, con lo cual vos podrías usar todo ese volumen de Vaca Muerta para venderle el gas al sector industrial en el sur de Brasil, que es muy bueno.

El gobernador Gerardo Morales está obviamente interesado en el Parque Solar en Jujuy, que es una de las que se aprobó en la época de Macri.

Es una de las obras que se consolidó con el gobierno de Macri, no sé si una de las pocas, pero está funcionando. Tiene impacto en muchas provincias.

¿Habló con Morales de estos temas en algún momento?

Hablamos cuando él estuvo también con todas las tratativas de las vacunas, sí. Así que si yo tuve intercambio con él con respecto a eso. Nosotros tenemos un programa en la embajada que tiene el respaldo de la Cancillería, que llamamos programa subnacional porque las provincias chinas tienen escala a veces de dos o tres países. Yo pongo de ejemplo el caso de San Juan, que acá en China se hermanó con una provincia que se llama Shandong y tiene potencial minero. Shandong Gold compró la Barrick Gold y hoy es una de las empresas chinas que más invierte en San Juan en minería. Entonces poder identificar lo que yo llamo inteligencia comercial, estudiar los mercados, las provincias, ver la posibilidad de complementarse en los perfiles industriales, económicos y asociarse con las empresas locales es una estrategia que estamos haciendo. Eso nos lleva a tener mucho trabajo con los gobernadores.

Se habló también de la posibilidad de vender reactores del INVAP

Se está muy avanzado con INVAP para poder venderle dos reactores para radioisótopos medicinales como el que se vendió a Australia. China importa el 86% de los radioisótopos medicinales que se usan para medicina nuclear, las imágenes de tomografía computada. Entonces quiere empezar a ser tecnológicamente independiente también en ese rubro y estudió hace 12 años los reactores de producción de radioisótopos y eligió a los del INVAP. Se va a firmar un acuerdo durante la visita del Presidente y se va a anunciar un inicio de compra de todo retorno. El impacto es muy fuerte, se calculan unos 400 millones de dólares cada reactor.

Hace dos semanas, viajó a la provincia de Jiangxi.

Claro, es ahí donde está la empresa que va a comprar los reactores. Y lo importante es que si vos avanzás con estos dos reactores, China necesita muchos más. En esto es Argentina la que le está dando transferencia tecnológica a China, hay que exportar el orgullo argentino. Nosotros tenemos muchas empresas vinculadas al tema espacial satelital, como Satellogic o Innova Space, con las cuales trabajamos mucho y las estamos enlazando con empresas chinas que tienen tecnología. Hace poco Innova Space lanzó un mini satélite y nosotros tenemos un campo científico técnico muy interesante y ahí la verdad es que tenemos un plan para trabajar con China también muy interesante. Y el otro punto para mí central de lo que va a ser la visita tiene que ver con la Ley de Movilidad Sustentable. Argentina junto a Bolivia y Chile son parte de lo que se llama el triángulo del litio y tenemos las reservas de litio más importantes del mundo. Pero Argentina tiene casi el doble que Chile y el litio de mayor calidad está en el norte argentino. Tenemos que armar una OPEP del litio desde la región. Ya tenemos muchas empresas china interesadas en invertir el tema de minería, de litio, pero además en un proceso de industrialización en baterías de litio tenemos el anuncio, por ejemplo de Cherry, que va a instalar una fábrica de autos eléctricos, se va a dar una serie de anuncios muy fuertes con respecto al sector. Argentina tiene una potencia para reconvertir su industria automotriz en electro movilidad y pasar a la delantera en la región.

¿Cómo definiría el vínculo de Argentina con China? ¿Está avanzado o considera que es más bien incipiente?

Te voy a poner un ejemplo. ¿Sabés cuántos consulados tiene Argentina en China? Cuatro. Pero tiene siete consulados en Estados Unidos y diez consulados en Brasil. Hay una asimetría absoluta en la representación institucional. Por eso vamos a abrir este quinto consulado en la región de Chengdu. Pero yo presenté un programa para abrir más representaciones porque es nuestro segundo socio comercial, hace dos años que por varios meses fue nuestro primer socio comercial. Y yo te pongo un titular: en dos o tres años más, China va a ser nuestro primer socio comercial. Es lo que ya está pasando con todos los países de la región. Es el primer socio comercial de Brasil, es el primer socio comercial de Perú, es el primer socio comercial de Chile, es el primer socio comercial de Uruguay y va a ser así.

¿El Gobierno busca también potenciar el turismo de China hacia la Argentina?

Cuando no estaba la pandemia en el mundo, China era el turismo emisor que más gastaba en promedio. Los chinos empezaron a comprar los centros de esquí, las instalaciones donde su población consumía productos de turismo. Ese es otro punto que estamos trabajando fuerte el tema del turismo de cooperación con China, porque nosotros calculamos que podemos incrementar de los 70 mil turistas chinos que tenemos de pico y pasar rápidamente al millón de turistas en unos años. Hicimos un convenio con Trip, que es una de las plataformas de turismo más importante. Estamos trabajando para mejorar las visas y también un vuelo directo con código compartido por el Pacífico que vaya de China a la Argentina, que reduciría bastante el tema del vuelo y las escalas.

¿En qué plazo se podría pasar a un millón de turistas?

Tres o cuatro años, para lo cual hay que hacer un trabajo integral con las cadenas de hotelería, de ver las costumbres y el gusto, porque a los chinos les gusta comer su desayuno, sus comidas, tener cartelería en mandarín, trabajar mucho con universidades con el idioma, armar un plan integral. Y después el chino que viene de Argentina no solo viene a Argentina, son más de 19 mil kilómetros y generalmente va también a otro lugar. Entonces tenemos que trabajar la relación con China como región.

¿Hay alguna ayuda concreta que se esté gestionando para fortalecer las reservas del Banco Central? Porque en su momento se habló tanto de ampliar el swap como de un acuerdo para transferir los Derechos Especiales de Giro sobrantes…

Eso se lo dejo a Miguel Pesce, pero vamos a tener buenas noticias al respecto. Solo quiero rescatar algo que se logró y que fue muy importante: que se le permitió a Argentina empezar a pagar en yuanes las vacunas. Las últimos 20 millones de dosis de Sinopharm fueron con un descuento muy importante y eso fue también producto de un trabajo muy fuerte que después del swap empezó a hacer Pesce y nosotros lo ayudamos con el Banco Popular de China.

Según dicen en el Gobierno, Argüello le informó hace un año a la administración Biden que Alberto iba a viajar a China. ¿Cómo trabajan ustedes esa relación?

Soy una persona súper orgánica, coordino mucho con todas las estructuras, pero también con el Presidente y con la vicepresidenta. Además, estoy en diálogo permanente y tengo muy buena relación con el embajador en Washington, hay una coordinación en todo sentido. Me parece que Argüello está haciendo un buen trabajo y creo que la apuesta con la administración Biden es la correcta, porque no es lo mismo que Trump. También hay un costo en Estados Unidos, porque lo que hicieron con Trump fue un apoyo claramente político. Nunca el Fondo había dado ese volumen de préstamo para que lo usen casi en una elección.

Guzmán dice que el Fondo va a tener un costo si Argentina se desestabiliza.

Yo creo lo mismo. Esperemos que no se desestabilice. Yo creo que no se va a desestabilizar porque vamos a tener esta ayuda de países que también tienen peso, que van a estar presentes y estuvieron presentes cuando más lo necesitamos. Yo creo que la política va a reaccionar.

El dueño de Electroingeniería, Gerardo Ferreyra, planteó en noviembre que no había que apurarse con el acuerdo con el Fondo y que era necesario avanzar en una alianza con China para crear un fideicomiso que aumente las exportaciones. ¿Hay en marcha una iniciativa de ese tipo entre los dos países?

Soy de la idea de tener esta mirada autónoma. Yo no basaría una estrategia unidireccionalmente con ningún país en ese sentido, ni para que te rescaten de un lado ni de otro. Yo soy de la idea de que nosotros tenemos que cerrar con el Fondo, pero de la mejor manera y la verdad que el acuerdo fue obsceno. A nadie le sirve que eso se dilate y está todo el Gobierno trabajando para resolverlo de la manera mejor posible para la sociedad argentina. Entonces, la verdad es que no veo esa cuestión de que China te resolvería… Primero porque no veo a China peleándose a ese nivel con Estados Unidos y es parte del FMI. Es raro ese planteo. Creo que te puede ayudar, pero de ahí a depender de China y pedir que nos dupliquen el swap, eso para mí no sería bueno. Me gusta más la idea de negociar con China también desde la región.

Fuente: elDiarioAR