¡Terror en la casa! Los precios de la soja se derrumbaron este lunes.

Fue una jornada negra para Chicago y los principales mercados del mundo.

Con los mayores indicadores de Wall Street en baja, los fondos de inversión, con gran aversión a mayores riesgos, se dedicaron a liquidar contratos de commodities, buscando seguridad.

Los especuladores de mayor porte habrían considerado que, luego de las alzas de la semana pasada, era hora de salir. Y así lo hicieron.

Obviamente, los commodities agrícolas siguieron la misma ruta descendente.

Además, está próximo a publicarse el informe del USDA (WASDE). Los fondos empezaron, en consecuencia, a posicionarse. Si bien, pocos creen en una buena cosecha, la realidad es que hay serias dudas sobre el volumen de recortes productivos estimados, a publicarse este miércoles.

El mercado observa, con agudeza, que la probabilidad de que la Reserva Federal (EE.UU.) suba la tasa de interés es cada vez mayor.

Si uno se preguntara dónde estuvo el disparador de esta suerte de corrida, la respuesta pareciera estar en la continuidad del problema climático en la principal región productiva de soja del mundo. Y que, también, afecta al maíz.

Porque no hay duda: la suma de la producción de Brasil y Argentina, solamente, deciden la oferta en los próximos meses del año.

Acá el problema no solo reside en la baja performance pluvial sufrida po la región sino también en los pronósticos para los días venideros.

¿Qué dicen los pronósticos? Que el exceso de lluvias continuará, tanto en el centro como en el norte de Brasil. ¿Se agravarán los problemas de anegamiento? Pareciera que sí.

Mucha agua acá. En tanto en el resto de la región persistirá la sequía.

Concretamente, sea en el sur brasileño como en buena parte de Paraguay y de la Argentina seguirá la sequía y las temperaturas extremadamente elevadas.

El panorama es muy incierto.