Los indicadores bursátiles siguen en baja.

El flagelo de Ómicron continúa haciendo de las suyas. Y afecta con fuerza los precios del petróleo.

A partir del día 16 de diciembre pasado, se inició una baja muy acentuada en el precio del petróleo, que claramente afectó el del aceite de soja.

Cayó cerca de un 5%, pues pasó de USD 75 a USD 71,30. El gráfico lo muestra:


También ha afectado, y muy seriamente, al maíz. El derrumbe del petróleo es un gran condicionante del precio del cereal, a consecuencia de su impacto en la demanda del etanol.

El petróleo sigue en baja, y la raíz está en la presión que efectúa Ómicron sobre la demanda.

Recordemos que en noviembre, durante varios días, el precio estuvo por arriba de USD 80.-

Ello, obviamente, no contribuye, para nada, a sostener los valores de los granos y los subproductos.

Sin embargo, el precio de la soja, al comenzar esta semana ha logrado no solamente mantenerse sino que también mejorar. Un poco. Distinto ha sido el caso del maíz.

La mejoras en la rueda diaria de Chicago, seguramente, proviene de previsiones de tiempo seco sobre el sur de Brasil y buena parte del área agrícola de la Argentina y de Paraguay. Además, se esperan días con temperaturas elevadas.

También han sido favorables las expectativas de corto plazo sobre una mayor demanda externa. En noviembre, las importaciones de China del producto estadounidense aumentaron en relación al mes anterior, de acuerdo a lo informado por la Aduana de este país asiático.

El valor del petróleo es muy sensible al desarrollo de la economía mundial presionada por el COVID y, lo peor de todo, por la aplicación de políticas de confinamiento.

Algo que ya se comienza a advertir en Europa.

El panorama es inquietante. Pero el clima en Sudamérica sigue sosteniendo los precios, sobre todo porque los pronósticos no son alentadores para la producción.

De hecho, algunas prevén que la cosecha de Brasil se reduzca de 144 a 142 millones de toneladas.