En Chicago, este lunes, los precios de la oleaginosa se establecieron en visible caída, así como también los de la harina de soja. Quedaron atrás, los tres días seguidos de bonanza.

De hecho, se habría dado un recorte de la posición neta compradora de los fondos de inversión para la soja.

Ello sucedió a pesar de que el aceite de esta oleaginosa evolucionó en alza, en sintonía con el mejoramiento del precio del petróleo.

No ayuda para nada la incertidumbre sobre los mandatos de corte obligatorios con biocombustibles para los ejercicios 2021 y 2022. La ausencia de información este tema por parte de la Agencia de

Protección Ambientan, pese al vencimiento de los plazos, dificulta una recuperación de los precios de la soja (y el maíz).

Sin embargo, el comportamiento del aceite de soja abre cierta esperanza en para la mejora de los precios de la oleaginosa.

En el cuadro que sigue, se puede ver cómo desde el 24 de noviembre pasado, se inició una abrupta caída del precio del aceite. No es mera coincidencia que el precio de la soja haya tenido cierta similitud en su evolución.

Para muestra, un botón: a partir del 1 de diciembre comenzó la suba del aceite y, en seguida, hizo la soja.

Veremos cómo sigue esta película, ciertamente muy relacionada con el precio del petróleo.

En tanto, la evolución de la campaña sojera en Brasil sigue actuando como depresor de los precios.

Es nuevas precipitaciones auguran una buena cosecha de soja, pese a la escasez de humedad en noviembre. Algunos prevén una cosecha récord, justamente en el primer exportador de esta oleaginosa del mundo.

Agrava cuadro, la posibilidad casi cierta de que en enero comience a ingresar la cosecha al circuito comercial, con la producción del Mato Grosso, donde las siembras se realizaron con mayor anterioridad.

Para no terminar este comentario con pálidas, vamos a resaltar dos aspectos del panorama actual.

En primer lugar, la demanda mundial no muestra signos claros de reducción.

En el informe semanal sobre inspección de embarques, correspondiente al período del 26 de noviembre al 2 de diciembre, el USDA dio a conocer recientemente despachos de soja por 2.246.664 toneladas, prácticamente el máximo previsto por el sector privado. Y acaba de confirmar una nueva exportación a China por un volumen de 130 mil toneladas.

Y hay otra buena, para los precios. Obviamente, no para Brasil.

“Corre la bolilla” pesimista sobre la producción. Porque el buen tiempo, para este país, podría llegar a su fin. El mercado parece temer una posible sequía, en el sur.

En definitiva, las reservas de humedad son limitadas.

Habrá que seguir de cerca los pronósticos climáticos.