La complementación entre ovinos y vacunos, sistema tradicional de producción en Uruguay, sigue generando buenos resultados productivos.

Se trata de un sistema rentable y la pasada semana, en el Centro de Investigación y Capacitación Ovina “Mario Azzarini” (Cicoma), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), mostró los resultados económicos. La jornada se focalizó en cómo obtener buenos resultados productivos y económicos en sistema de lanas finas y carne ovina, contándose con más de 400 productores.

Sistemas. En el Cicoma hay dos sistemas de producción ovina. “Uno está basado en Merino Australiano, donde se apuesta a las lanas finas. Se venden capones de 4 dientes, pero siempre buscando disminuir el diámetro de fibra, teniendo una buena producción de carne, con buena señalada y peso de venta”, explicó a El País el Ing. Agr. José Ignacio Aguerre, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana.

El otro sistema se basa “en la producción de carne intensiva usando Corriedale Pro, donde el 60% de la majada se cruza con razas carnicera. Se encarneran 200 ovejas y 120 van con carneros de razas carniceras”, detalló el especialista que presentó los resultados de ambos sistemas. Acompañando a ese sistema de producción de lanas finas, se hace recría e invernada de vacunos. El sistema de lanas finas abarca 567 hectáreas, entre las que hay 49 hectáreas de praderas y verdeos que se utilizan para la invernada vacuna. “Este año en particular invernamos vacas y novillos, pero a su vez, le dimos algunos días de pastoreo a terneros con destino a la cuota (cuota 481)”, contó Aguerre.

Resultados

Los números mandan y son excelentes. “Las ventas totales del sistema de lanas finas generan entre US$ 110 y US$ 120 por hectárea. Ese ingreso posibilita pagar una renta país y el costo de mano de obra, solo con el ingreso de los ovinos. A su vez, eso potencia la ganancia que otorgan los vacunos”, destacó el técnico del SUL. El aporte económico de los bovinos potencia el sistema y es muy bueno, porque se aplica un sistema de suplementación invernal, siguiendo las recomendaciones del Ing. Agr. Álvaro Simeone, especialista de la Facultad de Agronomía.

“Se suplementan los terneros durante todo el invierno y eso nos permite empezar la primavera con terneros de 240 kilos. Arriba de la primavera, tenemos muy buenas ganancias de peso y nos aseguramos midiendo la altura del paso con regla, tal como indicó el Plan Agropecuario con su proyecto de gestión del pasto, que medía el índice plata de comida”, detalló Aguerre.

En el Cicoma, se chequea la altura del campo natural a rajatabla y los terneros salen de la suplementación invernal y van al campo natural. Asegurándoles el “plato de comida”, se puede tener una carga alta (vacunos y lanares).

“Con la suple promedio invernal del lote, estamos agregando entre 170 y 200 kilos a cada terneros, depende un poco del promedio de cada animal. Este sistema nos ha funcionado muy bien”, aseguró Aguerre.