Las tecnologías Bt son aliadas clave en nuestros sistemas productivos ya que otorgan protección al cultivo para resistir a lepidópteros, como la oruga de las leguminosas, medidora, bolillera, entre otras. De esta manera, entre otros beneficios, se reducen los costos de control, impactando de forma positiva, directa e indirectamente sobre los productores, el ambiente y los consumidores.

Una de las preocupaciones que surgen con esta tecnología es la gran presión de selección ejercida por la proteína insecticida que se expresa en todas las plantas del cultivo, lo que puede acelerar la evolución natural de los lepidópteros hacia la resistencia. Esto puede llevar a la pérdida de eficacia de control y, por ende, de las ventajas que aporta esta tecnología.

La primera edición de noviembre de “Agenda Aapresid”, dedicada a lepidópteros en soja, contó con la participación de la especialista María Luz Zapiola (ArgenBio), que brindó recomendaciones para retrasar la aparición de resistencias en insectos y cuidar la tecnología Bt en soja.

¿Cómo hacer correctamente un refugio?

Para “aflojar” la presión de selección, la principal herramienta es hacer refugios con soja no Bt, indicó la experta. Un refugio es una porción del lote con cultivo sin tecnología Bt, que constituye una fuente de alimento para larvas susceptibles, que eventualmente se cruzarán con larvas Bt resistentes, dejando descendencia susceptible que será controlada por la tecnología.

La superficie del refugio debe ser del 20% del lote, detalló. El lugar debe diseñarse en función de la movilidad natural de la plaga, y para ello se recomienda que no esté alejado más de 1200 m de las plantas Bt, para que los insectos de ambos sectores puedan interactuar. “En lotes alargados, el refugio puede ubicarse en el medio, mientras que en lotes cuadrados el área no Bt se puede diseñar a un costado”, ejemplificó María Luz.

Otro punto importante es sembrar separadamente el lote y el refugio, aunque en la misma fecha y con variedades de ciclo comparables, para que los insectos coincidan en sus estadios larvales.

Adicionalmente, la estrategia debe incluir monitoreos frecuentes y el control químico sólo debe realizarse si se supera el umbral de acción, es decir la densidad poblacional máxima tolerable. En los refugios se podrían hacer aplicaciones si fuera necesario, pero siempre evitando productos que contengan proteína Bt.

En un contexto de manejo integrado de plagas, será fundamental acompañar la estrategia de refugios junto con una adecuada y diversa rotación de cultivos para cortar el ciclo de las plagas a través de los años, y asegurar un buen control en barbecho de malezas e insectos “para reducir las poblaciones de plagas desde el inicio”, concluyó María Luz.