El maíz 2021/22 se encamina a ser la gran estrella de la nueva campaña. Con un crecimiento del área de más del 7% respecto de la campaña actual, las primeras proyecciones vislumbran una producción récord de más de 56 Mt. Frente a estas expectativas, ya se ha lanzado la siembra del temprano en gran parte del territorio nacional, habiéndose cubierto el 26% del área de intención de siembra. Además, en la última semana se intensificaron las labores y se superó tanto el ritmo de la campaña previa como el del promedio del último lustro.


No obstante, la nueva campaña presenta una amenaza en lo que refiere a la cuestión climática. La posibilidad de un nuevo año Niña fue creciendo con el correr de los meses y, de acuerdo con el último informe del IRI, la mayor probabilidad de un evento Niña se daría en el trimestre nov-dic-ene.

Que un año sea Niño o Niña depende de la temperatura de la superficie del agua en la región del Océano Pacífico que se encuentra a la altura del Ecuador. Cuando la temperatura del agua es más cálida de lo normal, se está en presencia de un año Niño, que usualmente está asociado a mayores precipitaciones y menores temperaturas en el sur de Brasil y gran parte de la región productiva del centro norte argentino. Contrariamente, cuando el agua en esa región del Océano está más fría de lo normal, nos encontramos ante un año Niña, fenómeno global que está asociado a precipitaciones por debajo de lo normal y temperaturas más cálidas en el caso de nuestro país.

De todas maneras, al menos en principio, la intensidad del fenómeno Niña de los próximos meses sería moderada. En el siguiente gráfico puede observarse la evolución de la temperatura de la superficie del Océano Pacífico en la mencionada región. Tal como se puede apreciar, en agosto y septiembre, la temperatura de la superficie del agua en esa región del Pacífico se ubicó por encima de los registros del año 2020. Asimismo, las proyecciones para los meses que vienen también dan cuenta de que la intensidad del fenómeno no sería tan marcada.


Además, también es necesario remarcar que lo que ocurre con el Pacífico es un fenómeno climático global por lo que influye en todas las regiones de nuestro planeta, pero no es el único determinante del clima. También existen fenómenos regionales que pueden aportar humedad independientemente de la situación del Pacífico. Por ejemplo, el Océano Atlántico puede realizar sus propias contribuciones de humedad en la región. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es que la temperatura de este Océano es más volátil, por lo que no es posible prever a mediano plazo el aporte que generará.

De todas maneras, frente a este panorama de menores lluvias, se espera que una mayor proporción de lotes sean sembrados con variedades tardías, cuya cosecha ocurre en el bimestre julio-agosto, en detrimento de las siembras tempranas cuya trilla ocurre mayormente en marzo-abril. Al igual que lo ocurrido con la 2020/21, esto se basa en que un gran número de productores retrasaría sus siembras para evitar que el cultivo transite su período crítico en los momentos en que se espera el “pico” de este fenómeno Niña. Esta estrategia ha sido exitosa en la última campaña: los rindes de los maíces tardíos y de segunda fueron superiores a los esperados, lo cual empujó la productividad a nivel nacional 3 quintales por encima de la media de los últimos cinco años.

Sin embargo, esto repercute en el momento del año en el que hay mayor volumen de granos ingresando al mercado, lo cual tiene su impacto en los precios. Este año, al igual que el anterior, se ha disparado la brecha entre los precios del maíz temprano respecto del tardío. En base a los precios ofrecidos en el Mercado Físico de Granos de la Bolsa de Comercio de Rosario, tomando los precios ofrecidos para entrega en abril como indicativos del temprano y los ofrecidos para entrega en julio como indicativos del tardío, se puede apreciar que la brecha entre ambos segmentos se encuentra en niveles máximos en al menos cinco años, superando incluso la brecha que registraba hacia estos momentos del año pasado.

Tomando el período entre fines de septiembre y principios de octubre para las últimas cinco campañas, el diferencial promedio entre los precios ofrecidos para la nueva campaña se ubicó en US$ 14,3 /t, superando la brecha promedio del año pasado. Además, otro aspecto remarcable es que, en años anteriores, cuando la situación climática se mostraba favorable al momento de las siembras y no eran muchos los productores que se decantaban por sembrar maíces tardíos, el diferencial de precio se ubicaba considerablemente por debajo de sus valores actuales.


Intentando extender el análisis en el tiempo para ver cómo se ha comportado esta brecha en años anteriores podemos valernos de los contratos de futuros de Matba-Rofex. Tomando el contrato de maíz para entrega en Rosario en abril y julio de cada año como indicativos de los precios del maíz temprano y tardío, respectivamente, podemos ver que el diferencial de precios en favor del maíz temprano ha estado este año en niveles máximos para el momento del año en relación con años anteriores.

Sin embargo, a pesar de haber estado sostenidamente elevado, el diferencial aún no ha superado el máximo que el maíz 2020/21 registró a principios de enero del corriente año, cuando la brecha entre los contratos de futuros llegó a US$ 20,5 /t.

Por Tomás Rodríguez Zurro – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario